Reincidentes + Zerzedilla + Ron de Kaña
Sala Salamandra - L´Hosp.
Como diría German Coppini “Corren malos tiempos para la lírica”. Cantantes de Hip Hop juzgados por supuestas letras ofensivas, chicos multados por disfrazarse de Jesucristo o presentadores de televisión pasando por los juzgados para rendir cuentas por utilizar temas religiosos en sus chistes. En estos delirantes tiempos en los que la dictadura de lo políticamente correcto se está llevando por delante la creatividad y las libertades están en un claro retroceso no hay nada mejor que zambullirse en un concierto de una de esas bandas que a principio de los 90 significaron un verdadero soplo de aire fresco, a base de buenas letras y actitud Ramonera, azotaron la conciencia de miles de jóvenes entre los que me cuento.
Hacia unos 18 años que no asistía a uno de sus conciertos y como no soy partidario de vivir en vidas detenidas, pugnando inútilmente por volver al tiempo que quedo atrás, me acerque a la sala Salamandra con cierto escepticismo y mucha curiosidad, con la necesidad de comprobar de primera mano que aquella banda temperamental y combativa seguía ofreciendo shows enérgicos y contundentes. El resultado no pudo ser más satisfactorio.
Pero antes de que los Reincidentes se adueñaran del escenario dos bandas pasaron por el para dejar de relieve que hay cantera.
Ron de Kaña fueron los encargados de abrir la velada aprovechando los 40 minutos de los que dispusieron ante una sala que dado la temprana hora a la que comenzaron el show se encontraba medio vacía.
Zerzedilla dieron un auténtico repaso al punk nacional, versiones de canciones que hoy no pasarían la censura de la moral. Ofrecieron un grato recibimiento a un personal que poco a poco iba llenando la sala.
Hubo un lapso largo, ondulante, lleno de sonidos sordos, y mientras la banda acababa de dar las ultimas pinceladas al sonido, la concurrencia iba pasando a una sala que casi completó el aforo. Los Reincidentes siguen teniendo su poder de convocatoria intacta.
Los sevillanos se plantaron en escena sobre las 10:15 y sin dar respiro atacaron con su obra más reciente. Mientras iban desgranando con un oficio inusitado temas como “Terrorista”, “Ciudadano K.K.”, “La Misa Final” o “Hermano” el respetable permanecía atento y tranquilo. En las primeras filas se podía transitar sin grandes impedimentos.
En mi memoria se agolpaban aquellos conciertos en los que pasarse por las primeras filas de un concierto de estas características era entrar directamente en zona de guerra. En aquel momento la vida era eso, llevar la contraria, sentirnos gallos de pelea para en muchos casos acabar convirtiéndonos en simples animales de laboratorio.
Lejos de estar mansamente domesticado, el público que poblaba las primeras filas solo tuvo que escuchar el inicio de “Rip Rap” para volverlo todo inestable, todo parecía volatizarse y el empuje de la banda ya no dio ni un momento de descanso. Las primeras filas volvían a sufrir las convulsiones de antaño.
Sabiamente los Reincidentes dedicaron la primera parte del repertorio a su última criatura con un par de meses escasos en el mercado para luego tirar de clásicos y de esta forma complacer a su público.
Es muy difícil ir a un concierto de esta banda y no emocionarse en algún momento. Temas en los que se rinde homenaje a Brigadistas, se habla de vidas horadadas sin posibilidad de rehacerse del taladro, crítica feroz a una sociedad que desdeña fundamentos para edificar sobre arena y todo ello barnizado con el ineludible matiz de la amistad.
De esta forma temas como “Gracias Por Venir”, “Grana y Oro”, “Mi Balcón”, “Dos Colegas” o esa chirigota en clave de rock que es “Cucaracha Blanca” fueron acogidas con euforia, provocando bailes asincopados y anárquicos.
Se agradece que en estos tiempos en los que se utiliza otro léxico, otro trajín y otro estilo más sedentario y menos dado a la reivindicación, bandas como la que nos ocupa no muestre ni un ápice de desfallecimiento.
Para finalizar dejaron sus temas más populares, “Vicio”, Jartos de Aguantar”, “Odio” y “Aprendiendo a Luchar” dejaron totalmente extasiados y satisfechos a los asistentes.
Conciertos como este son los que hacen que no importe que al día siguiente el cansancio me deje enervado, laxo, con el insomnio adherido a mis piernas. This is Rock And Roll.
Texto: General Lee
Fotografías: Manuel Alferez
No hay comentarios:
Publicar un comentario