Los Barones
Razzmatazz 2 Bcn
Si hay una generación de músicos a los que el tiempo y la indiferencia de los medios han tratado mal, esa ha sido la rockera nacional de finales de los 70 y principios de los 80. Se lo robaron todo, incluso su lugar en la historia. Hoy en día parece que la movida madrileña fue el movimiento mayoritario de aquella época y esto no se ciñe en absoluto a la realidad. Las radios y los críticos gafapasta se encargaron de enterrar la grandeza de bandas tan enormes como Obús, Banzai, Asfalto, Ramoncín o Barón Rojo. Manejaban sus instrumentos con fiabilidad y los pabellones se llenaban al ritmo de sus canciones. Esa década les perteneció y hoy en día la versión oficial ha borrado hasta las pruebas de aquel esplendor.
Por eso ver a Los Barones de Sherpa colgando el cartel de no hay billetes sirve como reivindicación de aquella generación irrepetible.
Las primeras notas de “El Malo” surgieron al son de unas guitarras magistrales, y desde ese momento hasta que se retiraron del escenario la algarabía fue un constante. Esas canciones forman parte del ADN de toda una generación y volverlas a escuchar en voz de su creador siempre será placentero.
Canciones como “Campo de Concentración”, “Hijos de Caín”, Resistiré” o “Concierto Para Ellos” nos devolvieron a un tiempo en el que el arte, la creatividad y la fantasía mas desbordante juguetearon entre sí.
Barón Rojo fue derrotado por el hacha de la indiferencia de los medios y la sierra de la mediocridad de las compañías discográficas. Pero su público no ha permitido que su recuerdo se haya difuminado en la noche de los tiempos. Esta nueva reencarnación capitaneada por la mejor base rítmica que ha dado este país, puede alardear de solvencia y eficacia. Se han rodeado de dos guitarristas con un virtuosismo más que digno y cimentada, sobre todo en aquellas canciones que nos hicieron volar.
Ya con su público luciendo cierta afonía, interpretaron “Los Rockeros van al infierno”, aquel himno de los ochenta capaz de derrotar a las gargantas más dotadas. Idóneo para soliviantar y excitar a las masas.
No existe el futuro, solo tenemos estos momentos para saborearlo. Fue todo un placer pertenecer a aquella generación rompedora de tendencias y tradiciones.
Texto:General Lee
Fotografías: Manuel Alferez
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