sábado, 28 de mayo de 2016

Los Doctores - Rocksound Bcn

Los Doctores
Sala Rocksound - Barcelona


Las calles, con el reflejo del rojo y verde de los semáforos, asemejaban un paisaje post nuclear, si bien, los bares, atestados, arrancaban un comecome ininteligible, apagado por el eco de las pisadas de pacientes en busca de sus recetas. Unas prescripciones extendidas en un lugar, aparentemente, poco usual para ello, la Sala Rocksound, en el número ciento dieciséis de la calle Almogavers en la siempre layetana ciudad. Si bien, los pacientes, lejos de mostrar apariencia enfermiza, lucían semblantes sonrojados y amplias sonrisas que, a cualquiera, podría hacer entender que era una muy distinta medicina la que perseguían. Y, así era, estimulantes para la heroína y alucinógenos para el héroe, o viceversa, a modo de notas instigadoras y letras excitantes de Rhythm and Blues y “Pub Rock” procedentes de la nada temblorosa mano de “Los Doctores- Homenaje a Dr. Feelgood”. 



Xavi Sospedra, batería; José “Blues Bird” Toval, guitarra y coros; Jordi Vesa, voz; Jesús Arcas, bajo; y Guillermo Gasparino guitarra, armónica y coros, comenzaron a inyectar adrenalina con el primero de los dieciocho temas, “As long as the price is right”, a un importe más que correcto, para columpiarse cual monos con “Monkey” en un árbol sin alambradas, sin llaves que impidan subir a él. Disfrutando con “Every kind of vice”, como el de dejarse arrastrar por las seis cuerdas, un auténtico vicio para José “Blues Bird”, que se pone de acero hasta las trancas, mientras Jesús, quizá aún más adicto, golpea sin abstinencia el bajo arrancando esa “Base” bien mezclada con las baquetas de Xavi.



Creando un compuesto que se exalta con la sustancia de la guitarra y la armónica de Guillermo, puesto de metal soplado o rasgado, hasta llegar al alucinógeno perfecto con el último componente, la voz de Jordi. Recetando y dosificando específicos de la ancestral botica de “Dr. Feelgood” reelaborada en la farmacéutica de “Los Doctores”, píldoras “Dawn at the doctors”, elixir de “That’s it I quit”, cristal de “Stupidity”, intravenosa de “Roxette” y unas clekas de “She does right”. Una alucinante y estimulante noche de “pub rock”, un “guateque” que unos pocos afortunados disfrutaron extasiados, mientras el resto de la ciudad vegetaba con el placebo del perdedor que nunca juega. Y ellos, jugaron y se dejaron llevar por el efecto del “cartón” que les pasaron en esa Sala Rocksound, esos “Chinos” del “Dr. Feelgood” convertido en “mierda de primera” por la perfecta elaboración de “Los Doctores”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez



viernes, 27 de mayo de 2016

Los Zigarros - Bikini

Los Zigarros
Sala Bikini - Bcn


El rock & roll fue el resultado natural de una rebelión hacia la inmovilista música clásica, aquel movimiento inicialmente naíf necesitado, no sólo de dar marcha al cuerpo, sino de acercar éstos aunque sólo fuera para compartir el sudor del baile. Y, habrá quien piense afortunadamente, esos mismos ritmos, hoy día casi infantiles o de adolescentes, parecen intentar volver para rebelarse contra una repetida época de música inmovilista. Y, qué mejor lugar donde expresar aquellos originarios y coleccionables ritmos, que la Sala Bikini de la siempre layetana ciudad, que ha visto y mostrado la evolución de la música desde aquel año mil novecientos cincuenta y tres cuando abrió sus puertas. Esas que, una vez más el pasado veintisiete de mayo, abrió para dar entrada a un público veterano y joven del rock & roll para arremolinarse y atestar el local frente a “Los Zigarros”.



Ovidi Tormo, voy guitarra; Álvaro Tormo, guitarra solista; Nacho Tamarit, bajo y coros; y Adrián Ribes, batería y coros; representantes de ese nuevo clásico rock&roll que, como su propio vocal ha dicho “no hemos inventado nada, porque está todo inventado”. Y con esa premisa se lanzaron con el primero del largo repertorio de temas y que da nombre a su último y segundo trabajo, “A todo que sí”, un eslogan perfecto para ese momento de la vida necesitado de nuevas experiencias que, en ocasiones, es evidente, no siempre son positivas, momento en que, como ellos mismos aconsejan, baila. “Baila conmigo”, su siguiente tema, como “No obstante lo cual”, transporta a aquella época evocadora de tupes donde, en otro idioma, se exclaman palabras como “Cáspita” o, como la siguiente composición, “¿Qué demonios hago yo aquí?”. Que, casi obligado, si se siguen las pautas de aquella pacata época y que, desde luego, “Los Zigarros” las prolongan a la perfección, se arribara a la postrera canción “Cayendo por el agujero”, ese nuevo estado de desasosiego que invade en el paso de al niñez a la pubertad. 



Esa época febril en que no se tienen ganas de cenar y la incapacidad para para llamar a la necesidad natural por su nombre lleva a recurrir a frases como la que da nombre a la siguiente entrada, “Voy a bailar encima de ti”. O para expresar la incomprensión de las que se creen víctimas, con sentencias como el tema consecutivo “Odiar me gusta”, muy a la altura de la que excusa el neófito despechado “¿Qué harás, amor?”, la siguiente melodía. Casi interrogando al público, exaltado y acalorado bailando en pequeños espacios, coreando y cantando las canciones con el grupo, siguiendo esos impecables e increíbles riff de Álvaro, los rasgados de Ovidi, el golpeo del imparable e incombustible Nacho a las cuatro cuerdas y el impactante sonido de las baquetas sobre los bombos y platillos de Adrian.



Rock & roll clásico al aroma de unos buenos chupitos de esa botella de bourbon con etiqueta negra de Tennesse para brindar con el público, aderezado con un no menos increíble riff de “Money for Nothing” de Dire Straits antes de lanzarse al siguiente tema, “Resaca”. Y avanzar hasta esa última petición que cerraría el concierto, “Dentro de la ley”, la narración de una historia de amor que cuadraría perfectamente en algún film aún en blanco y negro de aquella época en que nació el rock & roll. Aquellos inocentes ritmos que tantos estilos han provocado y que han elegido para satisfacer a un público evidentemente complacido en la Sala Bikini, “Los Zigarros”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez


jueves, 26 de mayo de 2016

Manolo Garcia - Plaza de toros - Valencia

Manolo Garcia
Plaza de toros - Valencia
26.05.2016

El pasado Jueves 26 de Mayo, paso por Valencia en la plaza de toros un terremoto llamado Manolo García, con su gira Todo es ahora. Sobre las 21:40 arrancaba con un video en las pantallas con aires de Luis Buñuel y salió al escenario exclamando a los allí presente “Lo mas importante en la vida es, contra pronóstico estar alegre.
Con una plaza de toros llena, corearon uno a uno todos sus temas. El catalán muy entregado con su público y mas emocionado aún, que todos los que estaban allí.




Bajo del escenario mas de una vez para cantar, con su gente algunos temas. El primer tema que bajo, lo hizo con “Un giro teatral” donde hizo enloquecer a la gente.
Un concierto que empezó con temas de su último disco en el primer tramo, seguido de un segundo tramo donde canto temas como Zapatero, Nunca el tiempo es perdido o Pájaros de barro, para terminar casi tres horas después con un último tramo, donde toco himnos como Insurrección y cerro con A san Fernando, un ratito a pie y otro caminando, donde presento a la gran banda.




Con músicos americanos donde este sería su penúltimo concierto con ellos, con Gerry Leonard, Jack Daley, Mark Goldenberg y Zachary Alford. Seguirá de gira con Juan Carlos García Guillermo, Charly Sardá, Iñigo Goldaracena, Ricardo Marín, Albert Serrano, Victor Iniesta Iglesias, Olvido Lanza, Susana Ribalta y Mone Teruel. 

Un Manolo García que aunque esta ya en los 61, no paro en todo el concierto, bailando, bajando y subiendo del escenario. Un concierto para no perderse.

Toda la galería de fotos  aquí: https://flic.kr/s/aHskAwwFuW

Texto y fotografías: Juan Antonio Díaz Ruíz

domingo, 22 de mayo de 2016

Ocean Rocks Summer Prelude

Ocean Rocks Summer Prelude
Némesis Boat Bcn
22.05.2016

Las inmediaciones del Port Vell de la ciudad condal, totalmente remodelado, se encuentran completamente atestadas de paseantes y turistas bajo el tórrido sol del vigésimo segundo día del quinto mes del año. El gentío, ataviado con bien diferentes ropajes, algunos con escuetas camisetas sobre el bañador, no presta atención a nada más allá de las mil mantas extendidas en el suelo repletas de género, en su mayoría, plagiado a costosas marcas o bien objetos de artesanía expuestos en pequeños puestos autorizados. Terrazas de restaurantes repletas y ajenas al elevado coste del atento servicio, vehículos yendo de un lado a otro con sonrientes semblantes apenas visibles tras las elevadas lunas de cristal y, entre todo ello, un grupo de personas que, sin sobresalir con espectacularidad, sorprendentemente acaparan un instante la atención de los viandantes. Una cincuentena de personas hablando entre ellas distendidamente hasta que, dos vigilantes del puerto, les franquean la entrada a éste tras una rápida supervisión de su nombre en los listados, previa a recorrer un pequeño trecho del muelle hasta arribar a la pasarela, escoltada por el solícito personal del lujoso catamarán de treinta y siete metros de eslora, “Némesis”. Y disfrutar, una vez asciendan a la última cubierta o se queden en cualquiera de las demás de “Ocean Rocks Presents Summer Prelude”, la fiesta de presentación de “Ocean Rocks”, lo que va a ser sin duda alguna el privilegiado hogar del rock & roll con bandas en directo del verano.

Autor desconocido

De la mano de Fréderic Wuillaume y Johnny Golden, dos nombres emblemáticos de la música y la fiesta ibicenca capaces de aunar esas bandas que harán vibrar a los asistentes cada fin de semana y que, ese día, se encontraban entre la cincuentena de personas que esperaban en Port Vell, Manu y Miguel Ángel Esteve, Eugeni Moreno y Toni Duque de “Big Rocks”. Franco Felici, David Osanz, Xavi Flames, Álex Alonso y Nico Terren de “Sons of Meteora” y Sergio Ortíz, Jean Paul Dupeyron, Lluís Arcos, Santi Ursul, Miguel Izquierdo y Julio Lobos de “Smokes Stones”. Albert Freixenet, Chany Domínguez, Dani Ortín, Quim Zango y Tony Hernández de “Mala Vida”.



 Mientras seguían llegando amigos e invitados, se reunieron con Neusinha, Marky, Didak y Tavi componentes de “Awake” que se encontraban ya en el “Némesis” acompañando a Nacho y JB Ibáñez, Iván Fusté y Enzo Beats, “Big Mouthers”. Los protagonistas y anfitriones de la fiesta de rock que se convirtió en iniciática de las que van arrasar éste verano en las cálidas y apacibles aguas de ese mar de entre tierras cuna de parte muy importante de la historia. 



Y, esa nueva parte de la historia arrancó una vez “Némesis” se encontró en alta mar, entre vino, cerveza, cocteles, la brisa salada y las primeras notas de “Big Mouthers” dieron el pistoletazo de salida de la primera gran fiesta de “Ocean Rocks”. Al vaivén de las olas Nacho comenzó a cantar con esa voz que, en su día, “Whitesnake” alabo y, a buen seguro, sigue alabando. Parapetado por el siempre presente Iván, con su bajo mucho más que mágico, JB, con esa guitarra que, en sus manos, puede convertirse en la de cualquier guitarrista histórico y, a la vez, completamente única y personal. Y Enzo, con sus innovadoras baquetas elevadas por encima de bombos y platillos marcando la cadencia necesaria en todos los clásicos del rock que tocaron, desde Livin on a pryer de Bon Jovi a I just can’t get enough de Depeche Mode, pasando por Highway to Hell de AC/DC, Sky full of Stars de Coldplay, I was made for loving de Kiss, Born in the USA de Bruce Springteen, Whith or whithout de U2, Satisfaction de Rolling Stones o I want to brak free de Queen. 



Un derroche de talante desbordado en una fiesta de rock & roll a la que se sumaron Awake. Neusinha, Marky, Didak y Tavi abordaron el escenario y lanzaron el tsunami de su música. Un maremoto de metal con temas como el que da nombre a su último disco “Six years of War” y de sus anteriores trabajos, “New Age”, “Tornar a respirar” o “Wake Up”. Una fiesta que no se detuvo, si quiera en el pequeño período de descanso donde se pudo degustar de buenos platos y aperitivos, los invitados y el atento personal del “Némesis” pudieron ser testigos del hábitat natural de estos animales salvajes, el escenario. Sino uno, otro, asía el micrófono para cantar más temas clásicos de rock & roll, asistidos por la guitarra de JB, improvisando cualquier tema al son de las palmas y el acompañamiento de todos.



Hasta acabar, una vez retomaron y finalizaron su actuación “Big Mouthers”, invadiendo el entablado y cantando todos, componentes de “Big Rocks”, “Sons of Meteora”, “Smokes Stones”, “Mala Vida”, “Awake” y, desde luego, los mismos “Big Mouthers” y algunos de los invitados y amigos. En un seísmo musical y festivo que, afortunadamente, la fortaleza del lujoso “Némesis” soportó estoicamente como lo hará a lo largo del verano en las interminables fiestas del “Ocean Rocks”. Un sarao de música en vivo que volvió a la raíz de su naturaleza, una fiesta donde los desconocidos acaban siendo compañeros y amigos de por vida, una celebración con buenos caldos y mejores viandas y un festejo al mejor espectáculo, el directo de unos grupos que respiran rock & roll, “Ocean Rocks”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

sábado, 21 de mayo de 2016

Malos Tragos + Anything - Monasterio

Malos Tragos + Anything
Sala Monasterio - Bcn


El concepto de la teoría del caos se encuentra resumido en un antiguo proverbio chino “el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo” y, sin una distancia tan desproporcionada y, desde luego, no por un aleteo, sino por el mangoneo efectuado en un punto separado del otro por seiscientos cuarenta y pico de quilómetros. El concepto fue convertido en hecho por ese latrocinio llevado a cabo por unos desconocidos amigos de lo ajeno en las meseteras calles de la Villa, cuna del hurto, la rapiña y el saqueo a gran escala. “Jet8”, tras su concierto en una de las salas de esa centralista tierra fue objeto y diana de unos desalmados, por usar un término que no agreda más a los oídos que el de su simple existencia. Éstos, decidieron de forma unilateral apropiarse y, por tanto, expropiar los instrumentos con los que“Jet8” entusiasman a sus seguidores y convierten a quien les descubren por primera vez. Evidentemente, se vieron obligados a cancelar el resto de sus citas incluida la del veintiuno de mayo en la Sala Monasterio, en Port Olímpic de la siempre layetana ciudad, donde compartían cartel con “Malos Tragos” y “Anything”. 




Ambos grupos, estoicamente y como apoyo a sus camaradas de oficio, decidieron ofrecer el concierto completamente gratis y, quizá a una previa mala organización o, simplemente, efectos colaterales de ese lejano aleteo de una mariposa, se encontraron con una sala insultantemente vacía. Lejos de amilanarse o dejarse arrastrar por ese hecho trasmutado de un concepto, decidieron ofrecer su música y ascender a ese escenario, el de la Sala Monasterio, acostumbrado a lidiar y derogar conceptos. Así, “Anything”, con un invitado especial, Álex, y no porque se encontrase sentado en una silla de ruedas, sino porque es una parte tan fundamental del grupo que han decidido no sustituirlo, aun cuando una extraña enfermedad le ha tenido varios meses y aún le tendrá alejado de su bajo. José, vocal y bajo; Álex, guitarra; y Sergi, batería; ascendieron al entablado para divulgar su metal alternativo, que no es cualquier cosa, comenzando con “Empezar de cero”, Álex rasgando la guitarra con profusión con el presente apoyo de Sergi con sus bombos y platillos, mientras José, consciente de su complicado papel tocando el bajo, además de cantar, por la presencia del otro Álex. 




No cometió fallo alguno, llevando con agilidad a todos a través de su queja y enfrentamiento al reggaetón y similares, con “Diferentes” o “Por última vez”, ésta vez al rechazo del desamor, como en “Espejismos”. “Aullidos” o “Abismos”, dos caras bien distintas pero afines de la necesidad de ser, de enfrentarse a la vida que, irremisiblemente, les lleva a esa “La cara oculta” donde de nuevo el dolor del desamor les obliga a golpear con rabia cuerdas y bombos. Hasta llegar a “Levántate” compuesta, sin ironía, con ánimo y apoyo a su bajista, el cual parecía estar a punto de subir al escenario a cada nota y más, con ese último tema. Disfrutando de esa música derrochada por sus compañeros y de la que hubiera disfrutado un público bien informado, descubriendo a estos nuevos “Anything”. Dejando paso a “Malos tragos”, con su último trabajo bajo el brazo, “Welcome to Hipsterland”,  un grupo de largo recorrido que decidió tocar para los cuatro amigos que siempre les acompañan y los tres componentes en activo de “Anything” que no perdieron la oportunidad de ver en directo a estos grandes del punk y hardcore. 




Sergio, guitarra y voz; Rubén, bajo y voz; y Delf, batería y voz; hicieron honor a sus palabras, aún después de veinticinco años, divertirse con su música, con sus bromas, con sus punteos, con sus golpeteos a las cuatro cuerdas, con el vuelo de las baquetas. Y, el primero de los dieciocho temas fue “Reacción”, seguido de “Chatarra”, “R’N’r”, “Chulería”, “la Prostitución española”, buscando que esa taoría del caos en forma de letras denuncia provoque, no un huracán, sino un tsunami que arrase con aquellos que roban y se ríen en la cara de los trabajadores. Con palabras tan claras como los punteos y rasgados de Sergio, el bajo de Rubén, sin hacerse oír por encima de la guitarra pero completamente autónomo y presente como esa batería. Delf, salvo en ese continuo desenfado de sus dos compañeros, tan presente como éstos con sus baquetas golpeando bombos y platillos a un ritmo acelerado. 




“Clavos en mis manos”, “Arde el mundo”, “Ignición”, “La Distancia” y “Welcome to Hipsterland”, el tema que da nombre a su último trabajo y, aunque es una denuncia clara a la ciudad condal, en realidad es una acusación de hastío hacia el autoritarismo escondido entre otras cosas, bajo esas impostoras barbas y gafas de pasta. Que, esa noche, incluso llevó a Sergio hasta el exterior de la Sala guitarra en mano, cual metralleta, para disparar con sus notas a un entorno reflejado en el siguiente tema, “El baile de las marionetas”. Continuaron con “Ruido de sables” y “Canaán”, ese reflejo de la imposición y el libertinaje de una nación creada por la insultante hipocresía de agónicos vencedores de la última guerra mundial. “Con la Ignorancia”, “No ver, no oír, no hablar”, “Decepción” y “Take on me” de “A-Ha” la cual, según palabras de ellos mismos, “representa nuestra obcecación por destrozar canciones que nada tienen que ver con el estilo de la banda, que nos han acompañado indirectamente en nuestra adolescencia, eso sí, destrozándolas con estilo…el nuestro”. 




Para acabar con “Brown eyed girl”, un cover de Van Morrison, no para matizar lo anterior sino para dejar bien claro que “Malos Tragos”, por encima de todo, disfrutan de la música pasándoselo bien, incluso cuando, como esa noche, no haya quién les escuche para disfrutar con ellos. Porque, como siempre, como en todos sus conciertos bien organizados, arrastran a un más que buen puñado de seguidores que atestan las salas, disfrutando con su enérgico y lleno de rabia directo. Con sus letras, cargadas de ira pero sin violencia, de su música, ese “punk rock actitud” y, sobre todo, con ellos, Sergio, Rubén y Delf, unos veinteañeros del escenario que insuflan diversión e ironía. Aun cuando, como esa noche, no sólo a causa del injustificado mangoneo de unos desalmados amigos de lo ajeno, sino a, buen seguro, de una nefasta planificación, asciendan a un escenario como el de esa emblemática y ya histórica Sala Monasterio. Ese entablado que, esa noche, albergó a unos iniciados y a unos veteranos que, como buenos profesionales, aun siendo víctimas de la teoría del caos, lo dieron todo atronando la Sala con un conciertazo para unos pocos privilegiados, “Anything” y “Malos Tragos”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

viernes, 20 de mayo de 2016

Bad Way + Mistika + Last Rain - Sala Boveda

Bad Way + Mistika + Last Rain
Sala Boveda - Bcn
20.05.2016

“El postrero aguacero arrastrará el ascetismo hasta el calamitoso sendero”, es una frase que podría implicar bien dispares connotaciones que, a priori, nada tendrían que ver con el desangelado entorno industrial del barrio de Poble Nou en la ciudad layetana. Ese chaparrón final podría considerarse, entre otras muchas cosas, como un último llanto, un sufrimiento concluyente de un dolor causado por error, de forma irresponsable o bien, sufrido ante un inexplicable e inesperado rechazo. Donde la austeridad de la misantropía, siempre repleta de un fundamentalismo necesito de preguntas y respuestas degeneraría en un escepticismo, en una incredulidad ahogada con el líquido de la desesperanza y el humo de la apatía. Esto es, se arribaría a ese calificado como erróneo sendero recorrido, no paso a paso, sino arcada a arcada en un campaneo de un lado a otro de la senda que, es evidente, no llevaría a lugar alguno. Aún menos a la Sala Bóveda, donde esa frase, el pasado día veinte de mayo, cobró un sentido bien distinto pues “Last Rain”, es una banda de muy reciente creación, con lo que sus lágrimas, si las hubiere, son de emoción ante el estreno de su formación. Y, si de algo carece “Mistika”, es de austeridad, sus conciertos son un derroche de energía, contundencia muy similar a la de “Bad Way” que, no hay duda, precisamente lo que tiene y ha tenido siempre por delante, no es un mal camino precisamente. Como demostró el público que, poco a poco, fue acercándose a la sala para disfrutar de las tres bandas, “Bad Way”, “Mistika” y “Last Rain”, ajenos a últimas o futuras lluvias arribaron con el talante contemplativo de recorrer, frente al escenario, el “camino más malo” el del metal y el rock&roll con leves toques punk. Y los que dieron el primer paso, fueron los neófitos, como formación que no como músicos, “Last Rain”, presentándose a sí mismos y su primer trabajo. 



Eric Calderón de la Barca, guitarra (Hardlife); Fran Valverde, batería (A40); Sergio Rubio, guitarra (Profanos); Raúl Rumen, bajo (Profanos, Kilmara); Xiscu López, vocal (Rotten Apples, Fahrenheito, Etérea);  y Carlos Lira, teclado; comenzando con el tema “After the Storm”, mostrando ya su estilo A.O.R. y Hard Rock melódico, con buenos rasgados de guitarra y la presencia del teclado. “These lonely nights”, más contundente e igualmente melódica como el resto, “Compares to you”, “Tonight come whith me”, “Separate ways” e, incluso, la última, “Last Rain”. Despedida con un aplauso y ovación unánime por un público invadido repentinamente por el cuestionamiento de su existencia terrenal, esto es, dejarse arrastrar por el ansia de fumar, lo que incluye abandonar la sala momentáneamente y que, esa necesidad, no se alargue privándose del inicio de “Mistika”.



Jou Mistika, voz; Jaime Ortíz, guitarra; Roma Soler, guitarra y teclados; Ferran Plana, bajo; y Frederich Carreras, batería; envueltos en su “Gira’16- On the road” presentaron íntegramente su nuevo larga duración, “Oscuros sueños”. Arrancando con “Alineado”, con su innegable sello de rock metal, como “La verdad que fingimos” y “Oscuros sueños”, con la colaboración en los coros de Andrea Bladi Mir. La guitarra de Roma con sus rasgados, acompañando la voz de Jou, en ocasiones gutural, con la batería de Frederich, como una bomba cuyo eco parece tomar el bajo de Ferran mientras Jaime se lanza a punteos y “waw waws”, para continuar con la profundidad de sus temas en “Impasible realidad”, las contundentes “Revolución” y “Contra el suelo” para contar en “Hágase tu voluntad” con una nueva colaboración, la gutural voz de Erik Pablo Garrigós, vocal del grupo “Cyatec”. 



El tema más endiabladamente espiritual acatando una voluntad que nada tiene que ver con “Puedo ver en ti”, “De Zero” y la que pone punto final, “Corazón”, tremendista y realista tema donde dejan bien claro su perfecto dominio de ese metal melódico que corre por sus venas. Hinchadas, las del público, aplaudiendo, no especialmente contemplativo, tras el derroche de energía mostrado por “Mistika” y que, no hay duda, finalmente ponen en la encrucijada de la elección al respetable. Satisfechos y colmados por su música, de nuevo, deben elegir entre la ineludible afección del alcohol, una vez se encuentren en el exterior aspirando humo o simplemente el aire fresco, capaz de hacerles perder el oremus y dejarse arrastrar por la cháchara o, mantenerse alerta y, entre aspiración y locución, tener presente iniciar la elección equivocada, la del mal camino. La de no perderse ni un segundo de la actuación de “Bad Way”, que han vuelto después de cuatro años de ausencia con nuevos temas a punto de grabarlos para presentar un nuevo trabajo. 



Marc Vanway, vocal; Paul Rewood, guitarra solista; Alec, guitarra rítmica y coros; Dabis, bajo y coros; Carlos Sziko T., batería; comenzaron con el primero de los dieciséis temas, “Summer song” una inicial muestra de su Rock and Roll directo con leves toques punk de estribillos contagiosos con “Bad Way”, “Suicidal” “Don’t tell me” y “Tatoo” mostrando un espectacular torbellino que mezcla la combativa voz de Marc con los ajustados solos de Paul y la intensidad del grupo entero lanzados a “Don’t tell me”. “Tatoo”, “Lady lie”, “Talk Dirty” interactuando Marc con el público en todo momento, llevando al respetable por ese mal camino que es el de “Bad Way”



Recorriendo el sendero con “Dogs of the Dawn”, “It’s just me” en un “Gotta get away” hasta llegar a “Cocaine” con la que el polvo del camino parece no elevarse del suelo y sí la exaltación del público. Que, completamente apresados por esos guitarreos de Paul y Alec y esos bombazos de Carlos con sus baquetas y sus pies, no pueden más que dejarse arrastrar “Forever” y por “Serenna” en el particular “My Way” hasta arribar al final del trayecto. A ese himno que es “Rock’n’Roll is dead”, asombrados por el poderío del grupo tras el maratón mientras, el público, exhausto, ebrios de música pero en pie y anhelantes de arribar al coma que, casi, han rozado, demandan más solos de guitarra, más platillos golpeados y que “El postrero aguacero arrastrando el ascetismo hasta el calamitoso sendero”, signifique lo que signifique, no acabe nunca. Reacios a abandonar la Sala Bóveda y continuar siendo asaltados por una lluvia que nunca sea la última y les lleve a una comprensión más allá de la realidad, en mitad de un aparente inaccesible camino al son de esos ritmos tan particulares y personalizados de “Last Rain”, “Mistika” y “Bad Way”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez