Chaqueteros + Atomic (Tributo a Blondie)
Sala Monasterio - Bcn
El sonido algo tosco que parecía haber tomado la noche, no procedía de esa morralla que, increíblemente, toma y ensucia con su simple presencia el Port Olímpic de la siempre eterna ciudad layetana. Sino de unos ilusos walkman cuyos redondos auriculares de almohadilla no pueden silenciar la música que emiten colocados en la aún más ilusa cabeza de ese palmeral conocido como “Sala Monasterio”. Situado entre ahumados, malsonantes y malolientes locales que, en su ansia, si quiera pueden ser tugurios, repletos de túmulos cuya existencia insulta la inteligencia. Un sonsonete que, aunque conocido con nombres que estarían acordes con el carácter de esa rezumante masa cuyo hedor, si quiera la brisa marítima puede arrastrar. Podría ser tachado de cualquier cosa, salvo de sucio o despreciable, bien al contrario pues precede, el sonsonete, a la música que, abandonando ese ya olvidado y tosco sonido de aquellos casetes, sonará a new wave, punk y grunge con nitidez y calidad de la mano de “Chaqueteros” y “Atomic – Tributo a Blondie”. Dos grupos, especialmente el primero por su asiduidad mensual, conscientes, no sólo de la fidelidad de sus seguidores, montaraces, aguerridos e indiferentes a esa escoria que les rodea, sino de la pasión, de éstos y del resto de asistentes que atestaron la sala, por el sustancioso placer de la buena música y los grandes espectáculos.
Iniciado por “Atomic-Tributo a Blondie”, un proyecto para retrotraer la música de “Blondie” fundado por Carles Domingo, batería (Baden Baden, Los Lagartos, Alef Tau, Wax and Boogie); y Merili Varik, vocal (Sopruse Puestee, Agent M, Eurovisión) que quedó aparcado y ha vuelto con fuerza con sus nuevos componentes, Laura Cugat, bajo (Cantante y actriz teatro musical); Jordi Carrillo, guitarra (Nan Roig); Raúl Segura, teclado (The Serial Medlers, One for the Road).
Arrancaron con “X-Offender” que, de alguna manera marcó el carácter provocador de Blondie, “Rupture”, “Maria” tema con el que, Merili, mostró, una vez más, su potencial como intérprete emulando, sin perder su personalidad, a Deborah Harry. Fue una vuelta, una puesta en escena con seis temas donde Carles evidenció el porqué de su larga carrera profesional con las baquetas, Laura, siempre sonriente, parecía acariciar las cuatro cuerdas arrancando un ritmo perfecto. Como los solos de guitarra que pudo permitirse y ejecutar con pasión Jordi a la altura de ese teclado en manos de Raúl, en el que, sin perderse, se dejó llevar en un par de ocasiones para deleite de un público que, tras “One Way or Another”, cuya aparente frivolidad esconde un caso real de acoso sufrido por su autora, Debbie Harry, “Hanging on a telephone” y la postrera “Heart of glass.
Pidió una canción más consiguiendo que repitieran “One Way or Another”, y disfrutar de esa gran cantante internacional que es Merili y la banda que le acompaña, “Atomic – Tributo a Blondie”.
Los siguientes en ascender al escenario, “Chaqueteros”, por su nombre, parecerían estar más ligados a la ponzoña ideológica y, con ello, al tósigo que asemeja cercar, cual centurias romanas, la imbatible Sala Monasterio que a cualquier grupo musical.
Sin embargo, ellos mismos se autodefinen como la única banda de rock and roll que cambia de repertorio cada mes, y, éste mes, Charly 90, voz; Toni Nervioroto, bajo; Jan Gura y Camarero Oscuro, guitarras; y J. Hammer, batería; lo han dedicado a la “Música de los 90’s”. Salvo el talante lánguido de aquellos grupos, Chaqueteros se impregnó a la perfección de esa última década del siglo incluido, citando textualmente al grupo aunque no sea autodefinión, “la incapacidad manifiesta para combinar ropa decentemente” (Su forma habitual de ascender al entablado). Haciendo suyos cada uno de los temas previstos de Guns’n’Roses, Metallica, Nirvana, Pearl Jam, Red Hot Chili Peepers y otros más consiguiendo, de nuevo, para sorpresa de casuales y anodinos espectadores detenidos frente al local por un instante, convertir la Sala en una ingente multitud sudorosa ávida de bailar y corear los temas. Comenzaron con “Fight for your Right (To party)” de “Beastie Boys” y acabaron, etílicos de rock and roll, sobrepasada la una y media de la noche y las veintidós canciones del setlist con algún tema que ni ellos son capaces de recordar.
Con invitados de honor que han participado en uno u otro mes anterior, casi habituales, como Mercé Herrero, Adrià Marva u Oscar Zombie, y uno siempre presente que, para sorpresa de todos, estuvo a la altura de las circunstancias, Raúl el técnico de sonido de la sala. También un momentáneo cambio de posiciones, Camarero Oscuro asió las baquetas y Hammer cantando y a la seis cuerdas empezó algo dubitativo, como si el peso de la guitarra fuera excesivo, pero, rápidamente se lanzó a rasgar los cables, casi con la misma soltura con que Camarero Oscuro golpeaba los tambores.
Un “Tributo a los 90’s” que fue cualquier cosa menos un homenaje pues, Chaqueteros, es el uno de los pocos grupos capacitados para elegir temas ajenos y convertirlos en propios sin que por ello, pierdan calidad, bien al contrario. No pueden mejorar aquello que, si ha quedado marcado en la historia ha sido, precisamente, por su excepcional naturaleza, no obstante, ellos, se apropian del tema, lo personalizan y lo convierten en insólito. Llevando a su público, el fiel y el que los descubre cada mes, a ese terreno donde sólo importa sentirse parte de un espectáculo que desborda alegría, desenfado y jarana, en una fiesta a la buena música y el desenfreno. Que, a buen seguro, quizá se mitigó pero no cejó, una vez descendieron del escenario botella de Jack Daniel’s vacía en mano a causa de ser vertida por Charly en las bocas abiertas de su público más cercano durante el concierto. Bien se mantuvieron en la Sala, que no cierra sus puertas hasta mucho más allá del amanecer, bien, valerosos, cruzaron ese enrededor despojado de humanidad lanzándose a la estrellada noche de la ciudad siempre layetana. En cualquier caso, todos acabaron aquella noche con la satisfacción de haber disfrutado en la Sala Monasterio de una gran noche de rock and roll, con “Atomic – Tribute to Blondie” y “Chaqueteros”.
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez
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