sábado, 14 de diciembre de 2019

Foxxie - El Asesino

Foxxie
El Asesino - Valencia


Hagamos a la MUJER a nuestra IMAGEN, según nuestra SEMEJANZA; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, todos los animales que se arrastran por el suelo” y los que andan a dos patas.
Génesis 1:26.

Este sábado fue especial y genial, vi cinco conciertos en los cuales, cuatro de las músicas eran mujeres.

Voy a quedarme hoy con el primero, pues fue en el que más sereno estaba y el que vi en su totalidad (nunca hago crónicas de conciertos que no he visto en su totalidad, no me parece bien hacerlas sin verlos al completo).

Así pues, me subí a mi corcel blanco (el coche de la Sara y el Rafa) y me dirigí hacia El Asesino, sabía que tocaban dos bandas con tintes Hard Rock que no conocía, aunque en mí esto es de lo más lógico, ir a ver bandas que no conozco. Al entrar me encontré con Jaume, me dio mucha alegría saber que está programando allí. Esta temporada se verán conciertos bien planificados en esta sala.

Bucles de color en forma helicoidal, de los cuales destacaba el negro, cubrían el ante escenario, que por cierto apenas se veía por la cantidad de gente que llenaba el pequeño recinto.

La primera banda en salir fueron Foxxie y mi cara se llena de felicidad, una banda de Hard Rock, Heavy Metal, Room Metal, Metal Gótico o lo que sea, me daba igual, porque quien cantaba era una mujer.



Era la primera vez que Foxxie como banda se subían a un escenario. La primera vez es dura, hay muchos nervios porque te viene a ver mucha gente y quieres hacerlo bien; yo l@s vi muy bien. Para empezar, una versión de los suizos Krokus, “Born to be wild”. Cuando te estrenas en las tablas es usual tirar de versiones, pues no tienes aún suficientes canciones propias, quieres ver cómo responde la gente. Pero las composiciones propias vendrán, porque si todas las noches son como esta estoy seguro que las musas estarán con ell@s. 

La segunda otra versión, esta de The Cult, “Lil Devil” “vamos pequeño diablo ¿quieres ser mi ángel?” Al barítono Ian Astbury le hubiese dado envidia la belleza civilizada y visual y el tono vocal con su longitud, espesor y flexibilidad casi perfectas, que Soles le da a esta canción. 



Give it all, es una composición propia, aquí se ve el estado natural de las personas cantando y tocando lo suyo, su creación. Y es que Mike al bajo, Rami a la batería y Ángel a la guitarra dan a sus instrumentos esa expresividad emotiva y realzan el tinte y la identidad entusiasta de sus notas.

Crash Course In Brain Surgery” de los ingleses Budgie es la cuarta, la versión de Metallica no les llegan a los talones.

Otra canción compuesta por ell@s es Bad Luck; en esta, el meneo prolongado de diversión, afecto y cariño de l@s fans, fue al unísono con la poderosa y seductora voz de Soles, eso es buena suerte.

¿Quieres encontrar el infierno conmigo? Puedo mostrarte como es, hasta que estés ensangrentado.” Como me gustan estas letras, “Mother” de Danzig, bien escogida, es la banda del ex The Misfits, Glen Danzig



Me resulta curioso que una canción inglesa que tiene 46 años se siga tocando por una banda que acaba de nacer en una pequeña ciudad española. Ya me gustaría a mí que mis fotos y mis crónicas se vieran y leyeran dentro de esos años, con esto quiero decir que otra vez la elección de esta canción es sublime “Sabbra Cadabbra” de Black Sabbath. Los cuatro en esta melodía, trasmiten los enormes sufrimientos del espíritu de Ozzy Osbourne que van sujetos a los oscuros conocimientos de lo inmortal y lo indefinido, léase el amor, que hace cuarenta y seis años era un desasosiego excéntrico.

La octava canción es la tercera manufactura de la banda, Until l Reach. La voz y la aptitud de Soles en esta canción es activa y excitante. El narrador de esta crónica cada vez está más convencido de que este grupo de música moderna se lo está tomando muy en serio, que por otra parte es la única manera de sobresalir en el universo de la música, hasta que llegue ese día…


Para terminar el concierto interpretaron la versión de una banda que a mí personalmente me gusta mucho, Dio y su “Shut up and shout”. La hicieron de tal forma que me pareció una emoción plácida, como el génesis de algo nuevo e inédito.

Esa noche también tocó el grupo Kroom, de ellos hablaremos otro día.

Un sábado magnifico y genial con cinco buenas bandas, pero quiero dar unas especiales gracias a Soles, Patty, Cris e Iosune, que hicieron que siga amando la música y la fotografía como ellas aman el Rock.

Texto y fotografías: Iziar Kuriaki.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Lipstick + Slavedown - Rocksound Bcn

Lipstick + Slavedown
Rocksound Bcn
13.12.2019
(Maite Cardó Prod.)

Hablar de solera nos lleva al carácter tradicional de las cosas, a la lía del vino y a lo atávico, sin embargo, el término en sí mismo, procede de suelo, es decir, base al fin y al cabo. Y, no hay duda, el basamento de cualquier estructura, física, moral o cultural, debe ser férreo, consistente y consolidado, aún más cuando hablamos, no sólo de música, sino del ámbito y la atmósfera en el que se apoyan y avituallan cualquier banda que se precie. Es decir, esas salas “malditas” donde se reúnen grupos y espectadores que, en más casos de los esperados, se convierten en preámbulos de bulliciosos escenarios. Protopedéstales donde, el músico, se deja llevar por la autenticidad del contacto con su público, por el casi sólido ambiente irreverente y, por supuesto, por el acogimiento y el enmarcado perfecto de esas plataformas. Si nos centramos en la siempre Layetana ciudad, la “Sala Rocksound”, relativamente joven, con once años de andadura, ya nació con las mismas perspectivas que cualquier grupo musical, -Vamos a empezar y a ver hasta dónde llegamos-. Y, quizá, por esa equidistancia delirante y rockanrolera, ha llegado hasta la actualidad mejorando día a día para convertirse en mucho más que una “maldita” sala de música en directo, en base y recipiente de la solera local. Una raigambre que, el pasado día trece de diciembre, de la mano de “Maite Cardó Productions”, representada en una mujer por cuya sangre sólo corre rock&roll, local y foráneo, nos trajo a dos bandas que, en sí mismas, ambas por su increíble avenencia entre sus componentes, una con treinta años sin una sola baja en sus filas, y la otra por casi tres lustros de idéntico maridaje. Representan, ambas, de tierras layetanas  unos y, de aquellas que pertenecieron a íberos Indigetes prerrománicos otros, esa absorción de la solera musical y, aún más, el éxito de la impertérrita defensa de su más que particular carácter, “Lipstick” y “Slavedown”.


Fueron “Slavedown”, cual aquellos indigetes insurrectos con el sedicioso Marc Corso, a la voz, el indomable Andreu Runo, a la guitarra, el levantisco Sue Gere, al bajo y el contestatario Big Villano, a la batería. Y doce temazos de heavy metal poderoso y brutal de una contemporaneidad insultantemente atronadora, que iniciaron con la “Intro” y “Poison” comenzando a asentar esa solera tan particular de “Slavedown”. 


Una pátina de realidad social que, lejos de calar en el respetable, golpeaba a éste obligándole a reaccionar contra esa violencia aclaratoria de la obviedad con los incesantes rasgados de Andreu, capaz de acallar con sus seis cuerdas hasta los eternos y estridentes ecos del infierno. Mientras Marc, con su característica y aturdidora voz, no dejaba lugar a dudas de la credibilidad de un mensaje al que la gravedad de Sue, golpeando las cuatro cuerdas, manteniendo la básica cadencia a la par que insuflaba la veracidad de cada estrofa. Con la contundencia, igualmente sin perder la perfecta consonancia, de Big Villano, enarbolando las baquetas cual cuerdas vocales, estuvieron a punto de arrasar hasta los cimientos del local.


Una docena de temas que finalizaron con “Freedom, should never taste like this”, ante un público, ese que atesta salas “malditas”, destrozado por la fuerza arrasadora de “Salvedown”.

Sacando fuerzas de una flaqueza fortalecida por el disfrute, quizá algo de avena y, desde luego, una incontestable complacencia, el respetable se acomodó, cual si en la sala de ensayos se encontraran, frente a los siguientes en ascender al escenario, “Lipstick”.


 Dave Escalona, voz y bajo; David Lipstick, guitarra solista; Sugar Kane, voz y guitarra; y Fran Castillo, batería, no dieron ni un segundo de respiro iniciando su hardrock-punk-glam con “Mama let me go”, el primero de los once temazos que tenían preparados para esa noche. Y, manteniendo el irremediable y, por otro lado, más que consentido y deseado ambiente desenfadado y festivo, cual si se encontrasen en el local de ensayos con mucho más que amigables invitados, se fundieron con su público en un derroche de música y camaradería. Casi como con sus precedentes indigetes, “Slavedown”, los temas fueron cayendo coreados por un respetable que, salvo respeto, pedía insaciablemente caña a saco Paco.


Y, así lo hicieron, Dave o Sugar cantando con el convencimiento de quien ha creado las letras por una razón que, a veces, es desconocida pero cuya esencia arriba hasta las entrañas, coreados, desde luego, por David, sin dejar de zumbar cada uno su instrumento apoyados y, a la par, siguiendo a la locura de las baquetas de Fran, en ocasiones similar a la rapidez de los dedos de David rasgando las seis cuerdas. Convirtieron, con mucha solera, el local en una auténtica fiesta destroyer que, de nuevo, estuvo a punto de echar abajo el local cuando arribaron a su último tema, “I Wanna Believe”. Sabiendo que no necesitan creer, porque sólo tienen que poner una fecha en el calendario y se encontraran con su público, amigos que admiran las formas de “Lipstick”, unos apócrifos del, a veces, insustancial mundo de la música.


Capaces de retarse Sugar y David con sus guitarras mostrando la bestialidad que llevan en sus dedos mientras Dave y Fran mantienen una base casi improvisada sin perder en ningún momento, no sólo la cadencia, sino el carácter de estos pares de par que, sin pretenderlo, postran a su público impetuoso y atolondrado. Poniendo fin a una noche de metal con personalidad, identidad y, por encima de todo, connivencia, contubernio y mucha solera entre la sala, “Rocksound”, el público y dos bandas que no necesitan la estulticia de unas listas manipuladas, “Lipstick” y “Slavedown”.

Texto: Yon Raga Kender
 Fotografías: Manuel Alferez

sábado, 23 de noviembre de 2019

Trogloditas - Rocksound Bcn

Trogloditas
Rocksound Bcn


LOS TROGLODITAS LLEGARON A BARCELONA PARA VOLVERNOS LOCOS CON SU MÚSICA.

¿Es posible ver a los Trogloditas sin Loquillo y, perdón por la redundancia, enloquecer de alegría? Sí y mil veces sí. Si me lo llegan a preguntar en 1989 no me lo hubiera creído, pero ahora el mundo es así y Jordi Vila y Josep Simón llevan unos años poniéndose el mundo por montera y recordando sus años de mayor gloria junto al vocalista Andreu Muntaner “Lobo” y dos solventes guitarristas: Antonio “Tony Pick” Retamosa y Diego García



La noche del pasado 23 de noviembre, la barcelonesa Sala Rocksound miró al pasado -¿quién no puede vibrar con temas como “Autopista” o “Siempre libre”?- ante un público entregado desde el primer momento. Pero sería una injusticia convertir este concierto en un simple ejercicio de nostalgia. Los temas de su nuevo disco “II” poseen verdadera enjundia, con números tan trepidantes como “A cara perro” y toques de verdadera clase en “Una especie diferente”, como ese gran fan que es Óscar Vila, que llevó una botella de tequila a Tony a cambio de cantar ese “Cadillac solitario” del que nunca hemos bajado. No en vano, de su primer trabajo rescataron otras joyas como “La espuma de los días”, “Desconectado” o “Ráscale”. Y es que los años pasan, pero la locura y la pasión permanecen. 

Texto: Barón Ashler
Fotografías: Manuel Alferez








viernes, 22 de noviembre de 2019

La Guardia - Sarau 08911

La Guardia
Sarau 08911


Esta vez, mil calles llevan hacia la sala Sarau de Badalona, muy cerquita de la Nacional II, y es que La Guardia, escoltada por los guardianes y guardianas que es como se autodenominan sus seguidores, entre los que me incluyo, volvía a esta sala justo dos años después de su ultimo concierto.
La carretera les trae hasta Badalona, en furgón con los cristales tintados, como los músicos de toda la vida. Los que hacemos cola en la entrada somos testigos de su llegada bajo una intensa lluvia, esta vez no brilla el sol.
Ezequiel Navas en la batería, Paco Villamayor a la guitarra y coros con su sombrero inconfundible, Jean Louis Barragan a la guitarra, Javi Cano, el bajista mas estático del pop rock español y el jefe, Manuel España a la guitarra tras sus gafas de sol.



Como un fantasma y completamente a oscuras toman sitio en el escenario, pero se vislumbran sus sombras, el concierto esta a punto de comenzar y el publico lo sabe,  suenan los aplausos y voces de jaleo, ganas de escucharlos no faltan, y se hace la luz en el escenario, todos en su sitio, se olvidan las horas de cola y de espera bajo la lluvia.
Un repertorio con 18 temas, corto para mi gusto, ya que un grupo como La Guardia debería llevar un reper como mínimo de 23 temas y completar las dos horas de concierto, pero solo es mi opinión, supongo que la acumulación de kilómetros y de conciertos les obliga a ello y es que estos chicos llevan muchos meses a piñón fijo, ademas, un concierto suyo siempre se hace corto dure lo que dure.
Se entienden a la perfección, llevan mucho rodaje y contagian al publico ese buen rollo desde encima del escenario.



El público vendido, móvil en mano, inmortalizan el momento, todos al unisono y brazos al aire de izquierda a derecha cuando suena Donde nace el río, esta vez se hecho de menos la grabación al publico de Manuel con su teléfono.
Otro fin de semana disfrutando de canciones de la banda granadina que desde hace mas de treinta años están poniendo banda sonora a muchos de nosotros con temas que forman parte del panorama musical español, solo les falta la grabación de un concierto en directo en dvd, pero solo vuelve a ser mi opinión.



Llevan dos años girando, como un disco que da vueltas sin descansar, con su ultimo trabajo Por la Cara, espero que saquen tiempo para un nuevo trabajo, creo que va siendo hora de ello.
Este escenario se ha quedado corto para los saltos acrobáticos de Barragan cuando suenan los acordes finales de la mayoría de los temas, pero aun y con eso, Jean Louis los ejecuta como de costumbre, convirtiéndose en el objetivo de todas las fotos y vídeos.
Tras casi hora y media de concierto,  justo después de las lentas, toca que se luzca la banda  en el tema Me Voy a Esconder, pues aquí no se esconde nadie y ni mucho menos Ezequiel que se marca un solo de batería  con el resto del escenario a oscuras arrancando un largo aplauso del publico.
Los que estamos en primera fila y tenemos a tiro el folio con el reper, vemos que esto se acerca al final. 



Con un primer amago de despedida y tras las voces del publico pidiendo mas madera, llegan los bises, y de tres previstos ejecutan dos y como viene siendo habitual, terminan con un homenaje a los madrileños Burning, Manuel sin guitarra y micrófono en mano interpretan Mueve tus Caderas.
Finaliza el concierto, aplausos y enhorabuena a la banda que lo ha dado todo, algunos se llevan el premio de conseguir alguna púa de los músicos y otros despegar el folio del repertorio del suelo del escenario, esos recuerdos molan y terminan  de dejar un buen sabor de boca al espectáculo que hemos presenciado.



Vámonos y a partir de mañana, voy a poner dos velas al santo mas malo para que este no sea el penúltimo rock, por que a La Guardia le quedan muchos días redondos y yo te seguiré.   
Solamente le puedo poner un pero a la noche, el trato de los vigilantes y resto de la organización de la Sala, dejo mucho que desear, retrasando la entrada a la sala mas de media hora tras una intensa lluvia.

Texto y fotografías: Manuel Samaniego

sábado, 16 de noviembre de 2019

Los Barones - Razzmatazz 2

Los Barones
Razzmatazz 2 Bcn


Si hay una generación de músicos a los que el tiempo y la indiferencia de los medios han tratado mal, esa ha sido la rockera nacional de finales de los 70 y principios de los 80. Se lo robaron todo, incluso su lugar en la historia. Hoy en día parece que la movida madrileña fue el movimiento mayoritario de aquella época y esto no se ciñe en absoluto a la realidad. Las radios y los críticos gafapasta se encargaron de enterrar la grandeza de bandas tan enormes como Obús, Banzai, Asfalto, Ramoncín o Barón Rojo. Manejaban sus instrumentos con fiabilidad y los pabellones se llenaban al ritmo de sus canciones. Esa década les perteneció y hoy en día la versión oficial ha borrado hasta las pruebas de aquel esplendor.

Por eso ver a Los Barones de Sherpa colgando el cartel de no hay billetes sirve como reivindicación de aquella generación irrepetible.



Las primeras notas de “El Malo” surgieron al son de unas guitarras magistrales, y desde ese momento hasta que se retiraron del escenario la algarabía fue un constante. Esas canciones forman parte del ADN de toda una generación y volverlas a escuchar en voz de su creador siempre será placentero.
Canciones como “Campo de Concentración”, “Hijos de Caín”, Resistiré” o “Concierto Para Ellos” nos devolvieron a un tiempo en el que el arte, la creatividad y la fantasía mas desbordante juguetearon entre sí.



Barón Rojo fue derrotado por el hacha de la indiferencia de los medios y la sierra de la mediocridad de las compañías discográficas. Pero su público no ha permitido que su recuerdo se haya difuminado en la noche de los tiempos. Esta nueva reencarnación capitaneada por la mejor base rítmica que ha dado este país, puede alardear de solvencia y eficacia. Se han rodeado de dos guitarristas con un virtuosismo más que digno y cimentada, sobre todo en aquellas canciones que nos hicieron volar. 

Ya con su público luciendo cierta afonía, interpretaron “Los Rockeros van al infierno”, aquel himno de los ochenta capaz de derrotar a las gargantas más dotadas. Idóneo para soliviantar y excitar a las masas.


No existe el futuro, solo tenemos estos momentos para saborearlo. Fue todo un placer pertenecer a aquella generación rompedora de tendencias y tradiciones. 

Texto:General Lee
Fotografías: Manuel Alferez

domingo, 3 de noviembre de 2019

Green Day - Sevilla

Green Day
Plaza de España - Sevilla


Seis horas de coche más seis horas de cola para que una hora casi y media pasara en un minuto, y es que nos encontramos en Sevilla, el sábado 2 de noviembre donde la MTV nos traía a Green Day.

La plaza de España estaba repleta por 12.000 personas, con un Sold Out que se pronunció casi un minuto después de poner las entradas a la venta, aunque Internet diga que se agotaron en cuarenta y cinco, sé de primera mano que no llegaron ni al minuto. La banda californiana lanzará en enero su próximo álbum de estudio, y decidió dar dos sorpresas comenzando su tour en España, primero en Madrid donde tocarían su disco Dookie entero en la sala Riviera, ya que cumple 25 añitos y después en Sevilla, en un escenario que les permitió lanzar fuegos artificiales al son de la caja de Tré Cool.



La fiesta comenzó con "Minority", canción de su álbum Warning, el único electro-acústico que lanzaron por demostrar algo que la prensa estadounidense pensaba que no serían capaces: lanzar un disco todo él en formato electro-acústico. En ese momento nos dimos cuenta de que la MTV no nos había engañado, Green Day estaba en España y allí estábamos nosotros con ellos.

Green Day es una de esas bandas que ayudan a que la música siga viva, ya que son los antecedentes de muchos de los grupos, ¡qué digo muchos! Muchísimos grupos del panorama musical actual. Su PopPunk, u Opera-Punk como les gusta describirse a ellos, ha calado en el corazón de todos los que hoy en día comenzamos nuestra carrera musical haciendo “covers” de sus canciones y subiéndolas a Youtube.



No es la primera vez que disfrutaba del trío californiano, ya que Billie Joe, Mike Dirnt, Tré Cool y yo hemos estado en la misma habitación cuatro veces, pero este concierto fue especial, sin duda, el mejor de los cuatro.

Con un listado que no llenaría la hora y media, nos deleitaron con "Holiday", "Waiting", "Saint Jimmy" o, mi favorita, "American Idiot" entre otras, incluso se tomaron la libertad de tocar "Basket Case" dos veces para que la gente saltara y gritara el doble. Esa canción marcó un antes y un después en el directo, pues al principio parecía que ya estaban mayores para saltar, correr y gritar como lo hacían en el "Bullet In A Bible", vídeo del directo en Inglaterra grabado en el año 2005, pero nos volvieron a demostrar que la edad no pasa por ellos, ya que vimos a unos Green Day con más energía que nunca.



Fuego y confeti salían de detrás del escenario, un escenario sin lona negra ni carteles con su nombre o pantallas de luz, ya que el fondo era tal cual la Plaza de España de Sevilla, una licencia artística perfecta, ya que el juego de luces que acompañó el espectáculo fue digno de los 24.000 ojos que estábamos allí mirando.


Me alegra muchísimo que el señor Iziar Kuriaki me haya dado la oportunidad de escribir esta crónica, pero he de decir que no puedo ser objetiva cuando hablo de Green Day aunque lo esté intentando con todas mis fuerzas.

En definitiva, estoy segura de que todxs lo que asistimos al evento salimos de allí con una sonrisa de oreja a oreja, sin voz y deseando que llegue el año 2021, ya que Billie Joe afirmó en una entrevista que ese año volverán a España para tocar de nuevo, así que si te perdiste su paso por España en 2019, no dudes de asistir en el 2021, ya que según dice el dicho, todo el mundo debe vivir ciertas experiencias antes de morirse: Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro y ver a Green Day.

Texto: Iosune Kuriaki
Fotografías: Iziar Kuriaki

sábado, 2 de noviembre de 2019

Brote - Bar Can Birra

Brote
Bar Can Birra
Sant Climent de Llob.

El viernes tuvo lugar en Can Birra en Sant Climent de LLobregat, unos de los pocos bares  que sigue apostando por la música en directo y dando espacio a las bandas locales. En este caso le toco el turno a una de las bandas mas destacada de la zona, Brote. el concierto fue de menos a mas, contundente y directo como sus letras, llenas de pasión y amor a la vida. También fue una fiesta para darle despedida a los temas de su primer Cd, Rock Contagioso, y dar paso a los temas nuevos de su segundo trabajo que esta casi listo para ver la luz.

Texto y fotografías: Vasko hd






sábado, 26 de octubre de 2019

La Polla Records + El Drogas - Palau Sant Jordi

La Polla Records + El Drogas
Palau Sant Jordi
25/26.10.2019


Fin de semana de lujo en Barcelona para los amantes del rock ibérico con el doblete histórico de las dos consagradas bandas que, después de 40 años a pico y pala plasmados en la tenacidad de sus cabezas más inquietas y visibles, llenaron dos noches consecutivas el Palau Sant Jordi. Un merecido baño de masas a modo de justo homenaje a dos figuras clave para entender el devenir de la música rock y punk de los últimos 25 años en el Estado español. Un reconocimiento a unas canciones imperecederas que, por desgracia, cobran más vigencia que nunca en estos últimos tiempos. Un agradecimiento sincero a una filosofía de vida que abrió la mente a numerosas generaciones y explicó, de un modo de vista muy particular, desde un prisma diferente, lo que en la escuela y en casa nos escondían, mientras los poderes fácticos desde su escondrijo dictaban a los medios de comunicación el camino a seguir. Y a juzgar por lo visto en ambas actuaciones, esas letras continúan siendo un bálsamo de aire fresco para los jóvenes que empujan desde abajo inflamando la moral de las mentes políticamente correctas.

La Polla Records ha logrado algo que ni ellos mismos habían pretendido nunca, que decenas de miles de personas hayan peregrinado por toda la península en 8 conciertos en grandes aforos para escuchar su Santa Misa. ¡Salve Evaristo… Mater misericordiae! Y para la ocasión, para esta gira tan profana donde no ha habido ni descanso ni paz, el monaguillo invitado por su similar planteamiento vital y su cercanía ideológica ha sido El Drogas, que puso toda la leña en el container, perdón, en la hoguera, para que LPR lo incendiara y el público propagara el fuego con sus cánticos y su apoyo místico-religioso.


A sabiendas de que la información sobre los conciertos realizados, así como las entrevistas previas a los artistas y las crónicas de los shows han invadido los medios y las redes durante estos últimos diez días, me centraré en contaros mis sensaciones desde la subjetividad de un seguidor entregado, mezclando los conciertos de viernes y sábado como si fuera uno, aunque viví los dos de manera diferente : el primer día, ante la expectativa de la sorpresa, me dejé llevar por el corazón y entregué mi cuerpo entero al ritual mágico del ruido. Mientras que el sábado, con el guión estudiado, preferí analizar con mi cerebro lo que estaba sucediendo y entregué mi cabeza a la captura de todos los detalles para guardarlos en un lugar preferente de mi memoria.


Salió El Drogas a ganar con “Okupación”, sabía dónde se metía y eligió un repertorio con una mayoría de temas de su etapa con Barricada, para que el público se metiera de lleno en el espectáculo. “En la silla eléctrica” pone el pabellón patas arriba y viene a mi retina el primer concierto que vi de ellos, la grabación del directo del 89, con el grupo en su máximo esplendor. ¡Treinta años no son nada! “Sofokao” y “En punto muerto” esculpen la roca con acierto y van dando forma a lo que sería la tónica habitual a partir de ahora.


Canciones de todas las épocas, sin olvidarse de los grandes éxitos de TxarrenaEmpujo pa´kí”, “Frío” y “Azulejo frío” e intercalando algún medio tiempo para darse un respiro. Así fue como “La hora del carnaval”, “Animal caliente”, “Cordones de mimbre” y “Víctima” fueron cantadas por el público en su práctica totalidad. Aunque los puntos álgidos del concierto, donde el público se implicó más y no sólo con su garganta, fueron las interpretaciones de “Bahía de Pasaia”, “Barrio conflictivo” y la explosiva “Aprieta el gatillo” de Cicatriz respetando su versión original.


Lógicamente el final quedó reservado para los grandes clásicos “No hay tregua”, “Balas blancas” y el cierre habitual con “En blanco y negro”, intercalando como novedad entre ellas la gutural “Peineta y mantilla” y la siempre bien recibida “Todos mirando”. Coraje, fuerza, empatía e inteligencia para un Drogas al que no pesan los años que no sólo cumplió con su cometido, si no que hasta fue el ganador del combate para no pocos asistentes.


La Justicia. Sin orden ni ley. En todo caso, la que dictó sobre el escenario La Polla Records desde que se intuyó su entrada en el escenario, mientras ardían dos cruces en las gigantescas pantallas y un coro de voces gregorianas anunciaba que la tormenta estaba punto de estallar. “Salve” suena atronadora, el montaje es espectacular y Evaristo ya sabe cómo manejar grandes audiencias, se ha curtido durante años en los grandes festivales y no paró ni un momento de teatralizar cada una de las composiciones con sus gestos y movimientos marca de la casa. Tocaron 44 temas dando un extenso repaso a toda su discografía y, como es de suponer, todos hubiéramos hecho cambios en el set-list, pero no creo que esta vez importara a nadie.


El público disfrutó de cada segundo, de cada nota, y todas las canciones fueron coreadas de principio a fin al unísono por todo el respetable, uniendo las gargantas a la vez que las almas, y ahí radica bajo mi punto de vista el éxito del grupo : han logrado que la gente haga suyas sus canciones y las cante desde sus adentros. Mi “yo cerebral” me susurraba que él hubiera aprovechado esta gira para incluir algún tema de la maketa “Y ahora qué?” e incluso del Maxi “Barman” y, aunque el repertorio en su mayoría fue bastante previsible con todas las esperadas “Nuestra alegre juventud”, “Chica Ye Yé”, “Los 7 enanitos”, “Cara al culo”, “Come mierda” o “El avestruz”, también hubo lugar a la sorpresa, con temas como “Memoria de muerte”, “El suicida” (brutal), “Maigenerasión” o “Eutanasia” (rotunda).


 Su nuevo tema “Ni descanso ni paz” no desentonó en absoluto y sirvió de puente para llegar a “Balada inculta”, mi tema preferido del grupo, pura artillería. Fue una alegría encontrarme de nuevo con él, así como con “Europa”, “Los monos”, “Radio Krimen”, “Iván” y “Ciervos, corzos y gacelas”, los mejores momentos de ambas noches, a juzgar por la coincidencia de mis dos “yos”.


Del último disco nos brindaron 3 temas “Hoy vamos a explicar la palabra feo”, “A tu lado” y “Punkyfer”, sentido homenaje a Fernandito y no faltó el bloque de canciones que se ha enquistado en Gatillazo desde hace años : “Lucky man for you”, “Porno en acción”, “Txus”, “Johnny” y la que cerró el concierto “Odio a los partidos”. Sin desmerecer su importancia, yo no las hubiera tocado todas. Como anécdota, os confesaré que sus temas insignia “Ellos dicen mierda” y “No somos nada” los viví el viernes de cara al escenario y el sábado decidí hacerlo de cara al público, mirando, observando las expresiones de la gente, sus rostros desechos de satisfacción, desde la ternura y el sentimiento de la primera de ellas hasta la rabia y la furia que provocó la segunda en la muchedumbre.



Gente que grita, que se abraza, que golpea sus codos, hasta hay quien prefirió vivir esos momentos en la soledad de su mundo por la importancia de esas canciones en su vida. Lo que vi en esos dos temas de espaldas al escenario es el reflejo de dos conciertos memorables que siempre llevaremos en nuestro recuerdo.

Sí, se ha hecho justicia. Por fin La Polla Records ha podido recoger el jugoso fruto de lo que durante tantos años sembró.

Texto: David Domingo Domingo
Fotografías: Manuel Alférez