Burning + Judith Mateo
Festival Segóbriga Inmortal
Saelices (Cuenca)
No es mala idea esto de mezclar historia de la humanidad con historia viva del rock and roll patrio. Por un lado, las ruinas de Segóbriga, un paraje único y testigo mudo del momento más esplendoroso del imperio Romano. Monumental ciudad Romana que a lomos del Lapis Especularis se erigió como uno de los municipiums más importantes de la meseta sur. En sus piedras esconde las huellas de un pasado del que somos deudores.
Por otro lado, Johnny y sus Burning que se están encargando de dejar bien alto el pabellón Burniano reivindicando un pasado apabullante, pero sacando pecho y orgullo con un presente incontestable.
Como aperitivo tuvimos a Judiht Mateo que se presentó con una propuesta fresca y novedosa, aunque lo suyo son versiones de clásicos del rock pasados por el filtro de su violín. Kansas, AC/DC o Guns And Roses son algunas de las bandas que son homenajeadas con su violín y dio un buen recital siendo un buen aperitivo para lo que se nos venía encima.
El escenario se colocó en el centro del teatro Romano y aunque el público estuviese colocado en el graderío y la distancia diera una cierta sensación de frialdad ellos se encargaron de calentar el ambiente para obsequiarnos con una vibrante noche de rock and roll.
Que los Burning actuales tienen la mejor formación que han tenido nunca ya casi nadie lo niega. Esa dupla talentosa a las guitarras que forman Edu Pinilla y Nico Álvarez se compaginan a la perfección, Edu es la contundencia mientras que Nico es el temple. El resultado es excelente. Carlos Guardado posee la chulería necesaria para ser el bajista de Burning. A estas alturas su aplomo a las cuatro cuerdas está sobradamente contrastado. Kacho Casal se encargó de la batería con precisión matemática y la inclusión de Nico Roca a las percusiones son todo un acierto y se manifestó durante todo el show de manera convincente.
Y ahí tenemos a Johnny que actúa como cedula articuladora de todo el combo, toda una ebullición vitalista inherente a la aristocracia del rock hecho en este país. Algún día se le agradecerá a este hombre todo lo que ha hecho por la música del diablo en este país. Esa noche se comportó como un auténtico gladiador que una a una iba poniendo a las fieras en su sitio.
Con el repertorio de Burning siempre tengo la misma sensación, cualquiera de esas canciones puede servir como colofón a una gran noche de rock and roll. “Las Chicas del Drusgtore” o “Que Hace Una Chica Como Tú En Un Sitio Como Este” y sus cadencias Loureedianas pueden cerrar un show con la misma intensidad que las mas Stonianas “Esto Es Un Atraco” o “Mueve tus Caderas” y es que los Burning tienen un repertorio de muchísimo calado. Muy pocas bandas pueden competir con ellos en repertorio y esa noche quedo muy latente que sus temas nuevos pueden mirar de tú a tú a sus clásicos imperecederos sin sufrir el más mínimo sonrojo.
“Jim Dinamita”, “Jack Gasolina”, “Tú Te Lo Llevas Todo”, Todo a Cien” o “Corre Conmigo” entre otras fueron las encargadas de arrastrar al público hacia su torbellino colocándolos de esta manera en su esfera que se constituyó como absolutamente mágica.
La traca final provoco un revuelo en el público que a esas alturas había caído rendido a los envites burnianos. “Nena”, “No Es Extraño Que Tu Estés Loca Por Mi” y la inmortal “Una Noche Sin Ti” pusieron punto final a una noche veraniega en la que los Burning hicieron subir la temperatura.
Salí del recinto totalmente convencido de que hacía casi dos centurias que unos gladiadores no salían tan victoriosos de ese coso Romano.
Texto: General Lee
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