sábado, 16 de marzo de 2019

Lumpen Club - 16 Toneladas

Lumpen Club
Foc & Roll Festival - 16 Toneladas - Valencia
16.03.2019

"El Punk no ha muerto". Esto era lo que repetía una vez tras otra una chica el sábado de Fallas en 16 toneladas. Lo decía porque encima del escenario estaban tocando Lumpen Club.

Decía Bukowski: “Ningún dolor significa el fin del sentimiento; cada una de nuestras alegrías es un trato con el demonio”, y es el caso de Roco, guitarra y voz, el Demonio, Marina, teclados y coros, Lucifer, Manu, bajo y coros, Satanás y Montse, batería y coros, la Anticristo, est@s 50% son, Lumpen Club. Eso es lo que pensamos los simpatizantes del infierno cuando Mefistófeles, más conocido por Tony Vidal, nos convocó para disfrutar del festival Foc & Roll en plenas Fallas y “torturarnos” eternamente a base de Punk.



Roco es el maestro de ceremonia y un prosaico experto en aumentar el fuego del averno con su tridente de músicos que, para empezar, nos contó un cuento desde la cripta, Tales from the crypt, una versión de The Screamers. A lo largo del concierto harán siete versiones todas ellas muy sui géneris.

Relamido, Pablo Iglesias, 122 horas (The Screamers), Niños asesinados. El cielo está temblando por la insurrección artística y los instintos genésicos que a los teclados Marina armoniza entre los sentimientos y el cosmos, Rakel, Ey mai, Aborto y Papa Noel (Garotos Podres) van sofocando las llamas de nuestra condena. Manu con su bajo, nos mete en un gran cementerio cuya entrada humaniza eternamente la tea impulsora de que mis pies se acompasen al ritmo de Cuidagramos, Violencia en Valencia (Parálisis Permanente), Boyer y Judi la Punk (Ramones).




Tienen una maqueta “Violencia ciudad” y un L.P “Arde Europa”.  Además, algo que mi esencia afectiva y épica no había visto nunca, una B.S.O de su propia película sobre la banda “10 años de crisis”.

Mi empírico vivir Punk a menudo está en la vaguada rebelde del proceder periódico que incita al arroyo profundo de la desazón e ilusión, a ser envidioso, vago, amoral, cobarde y borracho; pero por lo demás, mi buena armonía conmigo mismo alegra y embellece mi alma.

Es preferible una mujer de alma grande para el mal que una cobarde y una cobarde precisamente Montse no es. Montse es la baterista de la banda, es zurda, me recuerda tocando a Brett Redd de Rancid que también lo es. Siempre he flipado con las mujeres que tocan la batería, pero sobre todo que tocan la batería en una banda Punk. Me dice mi hija que no compare nunca a músicos hombres o mujeres pues un@ buen@ músico es sobre todo persona y sí, estoy de acuerdo con ella, pero es que he visto tanto hombre baterista haciendo Punk dándole al tom solo y construir una canción o, mejor dicho, destruir la canción, que no tengo por menos que romper una lanza por las mujeres baterista que construyen una canción con toda la batería. Además, hay pocas y hay que alentar a que sean muchas más.



Con toda la fuerza de la pasión repentina que conlleva la batería y los coros, Montse hace que Quant l’home apareix, Tenemos que irnos (The Animals), Matarratas y Venid a las cloacas (La banda trapera del rio) y nosotr@s que somos un grupo social urbano formado por individu@s socialmente marginados, indigentes y mendigos, nos haya abrasado el raciocinio con la descarga infernal de su batería.

Foc & Roll es un festival fallero en el que también tocaron Santa Espina, Mantequilla Voladora y Punk Sailor. Este año ha sido el primero, pero espero que los que vengan sigan cantando metralla y escupiendo dinamita y como repetía una vez tras otra la chica del principio El Punk no ha muerto.

 Texto y fotografías: Iziar Kuriaki.

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