Chaqueteros 7º Aniversario
Sala Monasterio
11.12.2015
“La única banda de Rock & Roll que cambia de repertorio cada mes”.
Chaqueteros, un grupo de descerebrados de la música capaces de hacer vibrar con sus versiones a un público fiel que abarrota la sala cada primer viernes de mes. Arriba a su octogésima cuarta cita en pleno estado de facultades físicas, que no psíquicas, somatizadas a través de la energía y el desparpajo de Charly Noventa. Capaz de retar al público a un combate de saltos a la par que, sin perder el hilo y la voz de la canción, ahoga con bourbon sedientas bocas. O con el inexplicable punteo de la guitarra de Camarero Oscuro, agazapado tras la rizada melena que oculta hasta sus intenciones en un paroxismo enfermizo y vital idéntico al de Jan Gura. Éste, inexplicablemente, capacitado para saltar cual corredor en una pista de atletismo, sin que una sola nota malsonante escape de las cuerdas de su bizarra guitarra.
Muy distinto del ímpetu recóndito de Tony “Nervio Roto”, cuyos cuatro alambres del bajo desprenden un exaltado talante con graves arpegios carcomidos por la propulsión de su vesania. Antagónica y a la vez afín a la de Joan Hammer, poseído por el carácter de sus baquetas extirpadoras de un sonido armonioso y contundente a bombos y platillos. Todos ellos, Chaqueteros, zalameros imbuidos en éste séptimo Aniversario, por “America 70’s Hard Rock” con cazadoras a lo “Van Halen”, ojos pintados a lo “Alice Cooper”, chalecos a lo “Aerosmith”, cintas a lo “Guns N’Roses” y sin maquillaje a lo “Kiss” ni barbas a lo “ZZ Top”. Acompañados por invitados ilustres y, no hay duda, igualmente perturbados como los bajistas Sue Gere y Mercé Herrero, Ferran Rebolledo al teclado o Sito, guitarra de “Morosito”.
La demencia de Gianni Fartalli (Joni) al bajo, la voz del inapelable Amadeo de Mescaleros, e incluso un debut inesperado a las baquetas de un no menos demente Manolo Hermosín, tío de Camarero Oscuro. Sin olvidar a espontáneos del respetable como Jou Mistika o la colorida Andrea Bladi Mir que ascendieron a ese escenario que insufla poderío a aquellos que rebosan arte y maneras. Un entablado, el de la Sala Monasterio, que ha visto y provocado la creación y el auge de éste grupo, Chaqueteros, cuyo 7º aniversario no sólo fue un festival a la buena música. Sino un fiestón por todo lo alto que reunió a un público fiel, junto a otros noveles que repetirán desde ese once de diciembre, cada primer viernes de mes para disfrutar de la esencia de la música. De la locura, el frenesí y el desenfreno que, exclusivamente, esa banda única capaz de crear un nuevo repertorio mensual, puede derrochar y contagiar aun cuando no estén celebrando su séptimo aniversario, Chaqueteros.
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez
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