Porretas + Último Rekurso + Zerzedilla
Sala Boveda - Bcn
La imparable fortaleza del rocanrol, “Porretas”, llegó a la Sala Bóveda el pasado viernes once de diciembre, como las ondas radiofónicas que transportaban la radionovela de humor de los ochenta que dio nombre a los amos de esa energía convertida en vital. Una inexorable y arrolladora pujanza que se inició con el primer grupo invitado, Zerzedilla, procedentes de la misma tierra mesetaria de “Porretas”, invitaron al público a romper la quietud del rutinario día laboral con el desenfado de sus versiones y temas propios. Columpiándose entre el rock, el punk y el desenfado contagioso del comienzo del espectáculo.
Al que se uniría, Último Rekurso, no como el postrero requerimiento, sino como el iniciático subterfugio de punk-rock mostrando un “odio al alcalde”, no sólo de su lugar original, Sant Boi de Llobregat, sino al de todos los ayuntamientos. Un mayorazgo y liderazgo que invitó con un clamoroso “nos vemos en el infierno” al son de unos temas que incitan al pogo y a la inapelable necesidad de elevar los puños y tomar consciencia de una realidad social, esa que obvia la precariedad de aquellos anónimos seres que calzan la estabilidad de nuestro entorno. En ese instante, el entorno, convertido en un ambiente caldeado y en consonancia con el rock gamberro de los de Hortaleza.
Los reyes del rocanrol con denominación de origen propio, Pajarillo, Bode, Manolo y Luis, los “Porretas”, suben al escenario y aún siendo capaces de enviar a hacer puñetas y amenazar con poner a tono al más pintado. Inyectan, siempre con su “barrionalismo” presente, la juerga y el rocanrol de su Hortaleza a un público entregado, sin bota de vino y bocata salchichón, sino con los tragos de cerveza, no la de cinco estrellas de su tierra, pero burbujeante y espídica igualmente. Y, en su estilo, no como el de pulgas en un perro sino como los de un barrio cualquiera, recuerdan a Robe con un “Y aún arde Madrid”, de la mejor de las maneras y a la altura de su talante. Siguiendo con más rocanrol gamberro y acusativo de la injusticia social, con la naturalidad y sin perjuicios de sentirse eternamente señalados. Al son de ese punteo que asemeja señales de humo, arguyendo que no eres tonto y que te líes un cigarrito.
Y que, “Si nos dejáis”, ocurre exactamente lo que ocurrió el viernes en la atestada Sala Bóveda de la ciudad condal, los Porretas volvieron a mostrar que con algo de humo y unas burbujas de cebada se puede disfrutar de la vida y la buena música, sin dejar a un lado esa realidad, no de la que huir, sino en la que vivir.
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Ferrán Siuró
No hay comentarios:
Publicar un comentario