Elvis 81 aniversario
Augie Burr & Elvis Tribute Band & Friends
Luz de Gas Bcn
Si el pasado día ocho de enero Elvis Presley, en su octogésimo primer cumpleaños, hubiera estado sobre un escenario celebrando su aniversario, a buen seguro se habría sentido como en casa en la Sala Luz de Gas de Barcelona. Con su estilo reformado de aquel Music Hall Belle Époque, el Club Elvis España organizó un tributo a “The King” de la mano de Joaquín Luque, presidente quien, ante una sala repleta de un público selecto y, en su mayoría, maduro, cedió la batuta de Maestro de Ceremonias a Senén Armengol.
El más que reconocido presentador, crítico y productor de televisión y música cuyo objetivo no era otro que preponderar el protagonismo a Elvis Presley dando paso a David Bird, Luis Martín, Maren Pérez y Jordi Golmayo, la “E.T.B.” (“Elvis Tribute Band”) con el tema instrumental “Can’t help Falling in Love”. A buen seguro elegido como tema inicial por el sentimiento y voluntad de los asistentes a continuar irrevocablemente enamorados de aquel joven de Tupelo. Que, Augie Burr, voz principal y guitarra acústica de “E.T.B.”, tributa comenzando con “I’m coming home” haciendo hincapié en esa melancolía que provoca la ineludible separación del ser amado. Representado por la música y la persona de aquel Rey que, ese viernes, habría cumplido ochenta y un años.
No obstante, como buen Tributo, en realidad es una celebración, un regalo de los siempre fieles seguidores de una música y una forma de entender la vida que, evidentemente, les hace disfrutar de cada nota. Las cuales comienzan a tomar por completo la sala, con la aparición de Eddie Peregrin, Mamen Salvador, Juan Ibáñez y Miguel A. G. Garro, los “Velvet Candles”, formación a la que también pertenece Augie Burr.
Ambas Bandas se lanzan con “Swing down sweet Charriot”, “I gottta know” y "Kissin’ Cousins”. Cediendo el escenario a un siempre admirado y gran artista Gabino Diego que, una vez más, se deja llevar por el espíritu del Rey cantando dos temas. Antes de que aparezca el incombustible Santi Carulla haciendo honor no sólo a Elvis, sino a la naturaleza salvaje del caballo que dio nombre a su grupo y es un símbolo en el país de las oportunidades, “Los Mustang”. Cuya raza, se asemeja a la de Jorge Rebenaque, primero con el acordeón y después al piano antes de dar paso a la imagen de un Carlos Segarra que, aún deseoso de asistir al tributo del Rey. Le resulta imposible por motivos laborales y ha dejado grabado una pequeña reseña audiovisual tras la cual aparecen, en persona, Aurelio Morata con su guitarra y Moíses Sorolla a la batería, con ese espíritu tan “Rebelde” del homenajeado.
Al que no hace sombra, sino tanta luz como la que pudiéramos encontrar en Tennessee, Roberto Gil, micrófono en mano muestra su abnegación al lícito y eterno habitante de Graceland, como, igualmente, lo hace Al Sánchez, inesperado asistente que, desde luego, se niega a no dejar su pequeña aportación. Antes de que Jaime Stinus, con su guitarra, la haga con dos temas que dejan un más que buen sabor de boca preparando el terreno, aún a sabiendas que es innecesario, para la aparición con la gracia que le caracteriza de Jaime Urrutia, arrancando una sonoridad que no le lleva camino a Soria, sino a dar paso a Myriam Swanson. Dejando a un lado Magnolia y más cercana al Flamingo, se lanza a un “Love me” y un “Little sister” que nos muestra cómo hubiera sido la voz del Rey si hubiese nacido mujer.
Sonriendo como sólo puede hacerlo ella antes de dar paso a Mario Cobo, armado con su guitarra muestra a la perfección que no necesita demostrar o espetar “have I told you lately that i love you?” al Rey, pues sus dedos y cuerdas evidencian cuánto le reverencia. Igual que Ivan Kovacevic arrancando con un solo de contrabajo que hace las maravillas del respetable descubriendo el tema “Fool such as I” con el que muestra la locura, las palabras y la música con ese sonido tan intimista del gran instrumento. Antes de compartir tema con ese otro sonido, capaz de ser melancólico y, a la vez, regocijante del saxo de Dani Nel·lo para llegar hasta un final apoteósico con Suspicious Minds.
El escenario completamente lleno con todos los invitados y ambas bandas, cantando esa letra que habla de encontrarse atrapados en una trampa que, como en la canción, ninguno quiere dejar morir una cosa tan bonita, un sentimiento innato en todos, artistas y público, hacia el Rey, no sólo en el día de su octogésimo primer aniversario, sino siempre “Because I love too much”.
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez
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