jueves, 2 de mayo de 2019

Nonno - Rocksound Bcn

Nonno
Sala Rocksound Bcn


La tierra de cada lugar, indefectiblemente, posee un carácter marcado por sus habitantes o bien al contrario, la personalidad de éstos es debida a ese firme sobre el que habitan. Quizá, por evidencias como la de esa Villa centralista, donde insustanciales pretenciosos cargados de ínfulas banales pretendieron y continúan pretendiendo imponer su artificialidad, es posible afirmar que es realmente la tierra la que emana el talante de sus habitantes. Precisamente por esa mayoría de nativos y moradores de aquella inicial matriz acuífera, ligados a ésta y a la crudeza de su inherente naturaleza que no han permitido a esos presuntuosos invasores imponer su insustancial y execrable singularidad. Extrayendo la fortaleza para enfrentarse al invasor de las entrañas del firme que les mantiene, no sólo en pie, sino erguidos y altaneros propagando el convencimiento de que sin esfuerzo no hay recompensa. Pero no como premio o compensación impuesta, sino como retribución de un quid pro quo entre esa tierra y ellos que, como claro ejemplo de esa aseveración, pudo ser presenciada por un pequeño y selecto grupo de personas en una tierra bien distinta y, a la par, análoga. El pasado día dos de mayo en un pequeño lugar contemplativo de buena música en directo, la Sala Rocksound, en la siempre Layetana gracias a aquellos que, a buen seguro, su nombre no procede del italiano y tampoco es un noveno caprichoso, “Nonno”.



Dani Serrano, guitarra y voz; Dave Medina, bajo y coros; Antonio Berdiales “Berdi”, guitarra y Juan Zurdo “John Left”, batería, ascendieron al escenario con esa confraternidad de su lugar de procedencia saludando a su paso a todo aquel o aquella que había acudido a disfrutar de su más que particular estilo musical. Una miscelánea de rock, southern rock y un toque siatelita que les convierte en un grupo de autoría con quince temas preparados para esa noche, más uno a petición del respetable y otro de regalo Y que comenzaron con el que da nombre a su último larga duración, “Rebelión”, con el que iniciaron, no sólo ese talante marcado de su tierra, sino el disfrute de un respetable que, si bien, no se contaban en igual medida que en un concierto de “Metallica”, mostraron con el habitual distanciamiento mediterráneo, el apoyo incondicional a su música.



 Y, desde luego, la más que evidente satisfacción y regocijo con el grupo, comenzando con ese peculiar y siempre terrenal Dani, cuya particular voz y forma de declamar, no sólo lo hace inconfundible, sino casi relator de mil verdades que sus seis cuerdas, lejos de luchar con las de Berdi, secundan cada una de las estrofas. Todo ello apoyado en John Left, cuya zurda se mueve asimétricamente con la diestra para extraer una cadencia perfecta a sus baquetas sobre la que se acomoda su propia autoría. Homogéneamente a la de Dave, un tornado imparable a las cinco cuerdas que, aún imposibilitado a la voz por una disfonía que pronto será historia, golpeaba los cinco cordones de su bajo aunando base rítmica con una clase superior a su envergadura. Mientras Dave, casi oculto tras su media docena de alambres, arrasaba con sus punteos y rasgados sorprendiendo, no ya por su innegable y conocida excelsa ralea, sino por la inquietud de sus manos en alguien tan pausado lejos de su guitarra.



Una noche de rock mesetario repleto de verdades versadas en la realidad del individuo corriente y narradas con la musicalidad inicial de la asonancia y la destrucción a base de notas disonantemente armónicas. Que finalizó más allá de la foto final, después del “Desierto” y “Quién dijo miedo”, alrededor del otro terreno donde estos decanos habituales de un “El Pez Electrónico” se encuentran casi tan a gusto como sobre el escenario, el de la barra del bar. Compartiendo momentos y buenos caldos con sus fieles seguidores antes de continuar una andadura que, a buen seguro, tendrá el final que ellos elijan y que estará, como esa noche, repleta de confraternidad, proximidad y letanía de aquellos que, en todas las tierras, intentan cambiar el talante de las personas reacias a la estulticia y la pomposidad afines a ellos, los inclasificables y siempre excelentes, “Nonno”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez

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