The Skatalites Band + Lord Xeriff i els Calip6
Sala Apolo - Bcn
He de reconocer que en este caso fui al evento empujado por la insistencia de un amigo. Ninguna de las bandas forma parte de mi dieta musical. Quizás fue por ello por lo que quede gratamente sorprendido por lo que aconteció esa noche en la grande del Apolo.
Se encargó de abrir el show Lod Xeriff i El Calip6. Banda derivada de Doctor Calipso, esta ramificación de aquella mítica banda se atreve con sonidos más pausables y bailables. Una orgia de vientos, ukeleles, maracas y percusión que acudió a la concurrencia como si de una botella de árnica se tratase. Es todo un estímulo toparse con una banda que hace el recorrido inverso, va en busca de sonidos más ancestrales en lugar de intentar captar los sonidos más actuales. Y eso se agradece porque en ocasiones en los sonidos más antiguos pueden revelarse como los más vigente.
Temas tan bien tejidos como “Mamar No Puedo”, “Sincópate” o “Aixó No Funciona” se comportaron como el mejor de los entretenimientos para lo que vendría después.
Pero lo que realmente me dejo ojiplato esa noche fue la actuación de Skatalites. Auténticos colosos de la música que esa noche dejaron la sala Apolo muy pequeña.
Creadores del Ska y embrión del reggae, la banda se ha convertido en una auténtica marca de calidad. De la formación original solo se mantienen Lloyd Brevet y Doreen Shalfer aunque entre sus miembros hay alguno que lleva décadas siendo integrante fijo. También es cierto que alguno de sus componentes no había nacido aun cuando aquel lejano 1964 Jamaica los vio nacer.
La sección de vientos fue la auténtica protagonista de la noche. Junto con las teclas de Ken Stewart, consiguieron trazar un arcoíris de notas musicales con un brío luminoso. Un concierto de esos que se escapan al común desarrollo de las cosas. Canciones como “Freedom Sounds” o “Nice Time” se comportaron como un narcótico que mantuvo abotagados a los asistentes.
Así que esa noche aparecieron fugazmente The Wailers e incluso todo un John Barri del que bordaron una adaptación magistral de una de sus bandas sonaras inmortales.
Pero sin duda lo emoción la puso Doreen Shalfer. Autentica diva poseedora de un magnetismo fascinante. Su forma de interpretar está a la altura de muy pocas y tal aserto es ley entre sus seguidores.
Casi dos horas de diversión y placer que me hizo abandonar la sala pensando que quizás me he perdido algo durante todos estos años. Sin duda la próxima cita no me la perderé.
Texto: General Lee
Fotografías: Manuel Alferez
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