sábado, 26 de octubre de 2019

La Polla Records + El Drogas - Palau Sant Jordi

La Polla Records + El Drogas
Palau Sant Jordi
25/26.10.2019


Fin de semana de lujo en Barcelona para los amantes del rock ibérico con el doblete histórico de las dos consagradas bandas que, después de 40 años a pico y pala plasmados en la tenacidad de sus cabezas más inquietas y visibles, llenaron dos noches consecutivas el Palau Sant Jordi. Un merecido baño de masas a modo de justo homenaje a dos figuras clave para entender el devenir de la música rock y punk de los últimos 25 años en el Estado español. Un reconocimiento a unas canciones imperecederas que, por desgracia, cobran más vigencia que nunca en estos últimos tiempos. Un agradecimiento sincero a una filosofía de vida que abrió la mente a numerosas generaciones y explicó, de un modo de vista muy particular, desde un prisma diferente, lo que en la escuela y en casa nos escondían, mientras los poderes fácticos desde su escondrijo dictaban a los medios de comunicación el camino a seguir. Y a juzgar por lo visto en ambas actuaciones, esas letras continúan siendo un bálsamo de aire fresco para los jóvenes que empujan desde abajo inflamando la moral de las mentes políticamente correctas.

La Polla Records ha logrado algo que ni ellos mismos habían pretendido nunca, que decenas de miles de personas hayan peregrinado por toda la península en 8 conciertos en grandes aforos para escuchar su Santa Misa. ¡Salve Evaristo… Mater misericordiae! Y para la ocasión, para esta gira tan profana donde no ha habido ni descanso ni paz, el monaguillo invitado por su similar planteamiento vital y su cercanía ideológica ha sido El Drogas, que puso toda la leña en el container, perdón, en la hoguera, para que LPR lo incendiara y el público propagara el fuego con sus cánticos y su apoyo místico-religioso.


A sabiendas de que la información sobre los conciertos realizados, así como las entrevistas previas a los artistas y las crónicas de los shows han invadido los medios y las redes durante estos últimos diez días, me centraré en contaros mis sensaciones desde la subjetividad de un seguidor entregado, mezclando los conciertos de viernes y sábado como si fuera uno, aunque viví los dos de manera diferente : el primer día, ante la expectativa de la sorpresa, me dejé llevar por el corazón y entregué mi cuerpo entero al ritual mágico del ruido. Mientras que el sábado, con el guión estudiado, preferí analizar con mi cerebro lo que estaba sucediendo y entregué mi cabeza a la captura de todos los detalles para guardarlos en un lugar preferente de mi memoria.


Salió El Drogas a ganar con “Okupación”, sabía dónde se metía y eligió un repertorio con una mayoría de temas de su etapa con Barricada, para que el público se metiera de lleno en el espectáculo. “En la silla eléctrica” pone el pabellón patas arriba y viene a mi retina el primer concierto que vi de ellos, la grabación del directo del 89, con el grupo en su máximo esplendor. ¡Treinta años no son nada! “Sofokao” y “En punto muerto” esculpen la roca con acierto y van dando forma a lo que sería la tónica habitual a partir de ahora.


Canciones de todas las épocas, sin olvidarse de los grandes éxitos de TxarrenaEmpujo pa´kí”, “Frío” y “Azulejo frío” e intercalando algún medio tiempo para darse un respiro. Así fue como “La hora del carnaval”, “Animal caliente”, “Cordones de mimbre” y “Víctima” fueron cantadas por el público en su práctica totalidad. Aunque los puntos álgidos del concierto, donde el público se implicó más y no sólo con su garganta, fueron las interpretaciones de “Bahía de Pasaia”, “Barrio conflictivo” y la explosiva “Aprieta el gatillo” de Cicatriz respetando su versión original.


Lógicamente el final quedó reservado para los grandes clásicos “No hay tregua”, “Balas blancas” y el cierre habitual con “En blanco y negro”, intercalando como novedad entre ellas la gutural “Peineta y mantilla” y la siempre bien recibida “Todos mirando”. Coraje, fuerza, empatía e inteligencia para un Drogas al que no pesan los años que no sólo cumplió con su cometido, si no que hasta fue el ganador del combate para no pocos asistentes.


La Justicia. Sin orden ni ley. En todo caso, la que dictó sobre el escenario La Polla Records desde que se intuyó su entrada en el escenario, mientras ardían dos cruces en las gigantescas pantallas y un coro de voces gregorianas anunciaba que la tormenta estaba punto de estallar. “Salve” suena atronadora, el montaje es espectacular y Evaristo ya sabe cómo manejar grandes audiencias, se ha curtido durante años en los grandes festivales y no paró ni un momento de teatralizar cada una de las composiciones con sus gestos y movimientos marca de la casa. Tocaron 44 temas dando un extenso repaso a toda su discografía y, como es de suponer, todos hubiéramos hecho cambios en el set-list, pero no creo que esta vez importara a nadie.


El público disfrutó de cada segundo, de cada nota, y todas las canciones fueron coreadas de principio a fin al unísono por todo el respetable, uniendo las gargantas a la vez que las almas, y ahí radica bajo mi punto de vista el éxito del grupo : han logrado que la gente haga suyas sus canciones y las cante desde sus adentros. Mi “yo cerebral” me susurraba que él hubiera aprovechado esta gira para incluir algún tema de la maketa “Y ahora qué?” e incluso del Maxi “Barman” y, aunque el repertorio en su mayoría fue bastante previsible con todas las esperadas “Nuestra alegre juventud”, “Chica Ye Yé”, “Los 7 enanitos”, “Cara al culo”, “Come mierda” o “El avestruz”, también hubo lugar a la sorpresa, con temas como “Memoria de muerte”, “El suicida” (brutal), “Maigenerasión” o “Eutanasia” (rotunda).


 Su nuevo tema “Ni descanso ni paz” no desentonó en absoluto y sirvió de puente para llegar a “Balada inculta”, mi tema preferido del grupo, pura artillería. Fue una alegría encontrarme de nuevo con él, así como con “Europa”, “Los monos”, “Radio Krimen”, “Iván” y “Ciervos, corzos y gacelas”, los mejores momentos de ambas noches, a juzgar por la coincidencia de mis dos “yos”.


Del último disco nos brindaron 3 temas “Hoy vamos a explicar la palabra feo”, “A tu lado” y “Punkyfer”, sentido homenaje a Fernandito y no faltó el bloque de canciones que se ha enquistado en Gatillazo desde hace años : “Lucky man for you”, “Porno en acción”, “Txus”, “Johnny” y la que cerró el concierto “Odio a los partidos”. Sin desmerecer su importancia, yo no las hubiera tocado todas. Como anécdota, os confesaré que sus temas insignia “Ellos dicen mierda” y “No somos nada” los viví el viernes de cara al escenario y el sábado decidí hacerlo de cara al público, mirando, observando las expresiones de la gente, sus rostros desechos de satisfacción, desde la ternura y el sentimiento de la primera de ellas hasta la rabia y la furia que provocó la segunda en la muchedumbre.



Gente que grita, que se abraza, que golpea sus codos, hasta hay quien prefirió vivir esos momentos en la soledad de su mundo por la importancia de esas canciones en su vida. Lo que vi en esos dos temas de espaldas al escenario es el reflejo de dos conciertos memorables que siempre llevaremos en nuestro recuerdo.

Sí, se ha hecho justicia. Por fin La Polla Records ha podido recoger el jugoso fruto de lo que durante tantos años sembró.

Texto: David Domingo Domingo
Fotografías: Manuel Alférez 



Love To Rock Festival 2019 - Valencia

Love To Rock Festival 2019
La Marina - Valencia


Love to Rock es un festival que necesitábamos en Valencia, porque me gusta la música en castellano con bandas valencianas y del estado español. Cuatro bandas valencianas, una de Cantabria, otra de Murcia y otrora de Madrid, son la estética musical que eligió M. Sena Productions para este primer festival en La Marina, sitio excelente para este tipo de eventos.

Y como siempre que hago la crónica de un festival, lo vuelvo a decir: promotores, productores o quien monte los festivales, faltan bandas de mujeres o con mujeres, 33 hombres por 2 mujeres (aunque estas dos valen por cada una por 20) no es una proporción justa. En este país hay enormes músicas para traerlas a los festivales, nos estamos perdiendo grandes talentos musicales.  

Limbotheque, Los Coronas, Santero y los muchachos, Rulo y la contrabanda, Revolver, Tarque y Los Zigarros, fascinación y pasión por esto grupos fue lo que mi corazón cobijó el pasado sábado.  

Me vais a permitir, que esta crónica la empiece por las bandas que tocan al final, pues son las que más seguidorxs tienen, más discos venden y cobran más. Pero a mí sin fin, me gustan las primeras luces del atardecer, no lo puedo remediar.

Una llamada de fuerza mayor al terminar Tarque hizo que me perdiera a Los Zigarros, pero a estos tod@s l@s conocéis, fueron teloneros de Rolling Stones en 2017.

El murciano nacido en Chile, Carlos Tarque, fue el sexto en tocar y la gente aún no estaba cansada, al contrario, tenían una energía sobre humana. Con Heartbreaker y Cactus en el corazón las voces vigorosas del público se oían hasta en el barrio del Carmen. La guitarra de Carlos Raya fraternizó con sus cómplices, aunque a mí me gustaba más con Sangre Azul.


A Carlos Goñi o lo que es lo mismo Revolver, lo conozco desde la época de Garage (banda que formara junto a Basilio Montes en 1981) lo he escuchado y fotografiado en muchas ocasiones, aunque hacia algunos años que no había ido a ninguno de sus conciertos. Revolver tiene asegurado el éxito en Valencia porque se le quiere mucho, no en vano es uno de los músicos valenciano-adoptado con más tirón en este país y fuera de él.


Dio un buen repaso a todos sus éxitos El Dorado, Odio, El roce de tu piel, No va más… canciones que son como besos de amantes secretos, como flores encendidas de primavera, que se alzan románticas en los bosques y que la gente quiere que penetren en su corazón.

Los cuartos en subir al escenario son de Cantabria, Rulo y la contrabanda, seis músic@s que con Raúl (Rulo) al frente hicieron que el personal sintiera como si saliese de un castillo encantado de fantasmas aromatizados por el perfume de la música. Canciones como Verano del 95, Noviembre, Cabecita loca o Heridas de Rock And Roll, experimentaron sensaciones y suspiros de satisfacción en las almas asistentes. Dimos la bienvenida a Alicia la nueva y tremenda componente de la banda que toca los teclados. Por cierto, me encontré con Isa Segarra y Nacho Herrero grandes fans de esta banda y súper enormes personas.


A partir de aquí, tres bandas valencianas seguidas, la tercera Santero y los muchachos. Miguel, Joseman, Soni y Pau, hacen Rock reposado, aunque tuvimos de todo menos reposo, con Volver a casa, Mañana asesina y Estamos bien entre otras, nos ofrecimos con placer a la diversión del baile.


Los Coronas son una banda de Surf Rock instrumental, de una gran enérgica musicalidad. Fernando, David, Roberto y Javier tocan canciones para desenterrar el luto y la tristeza, son ciudadanos de entrañas emotivas, con ellos nos entregamos a la diversión y al gozo.


Como diría J. D. Salinger, si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que deben saber es: que Carol es una mujer de armoniosa elegancia, mis ojos deslumbrados por la refracción de la luz del sol, miraban con pasión el desplazamiento de su traje obsidianico, la plasticidad de sus movimientos y su intensísima alegría, Carol es una epopeya revolucionaria a la que, si añadimos que tiene una voz prodigiosa con todos los registros para cantar Jazz, Blues, Funky o lo que ella quiera y que le acompañan cinco músicos como la copa de un pino; tendremos a Limbotheque.


La banda empezaba a dar los primeros acordes de Buono Giorno y los reflejos leonados del atardecer hacían un colosal bucle de resplandecientes ritmos para dar paso a Adelino y Mon Diable.

Bella Ciao, cantada con un timbre triunfante y furibundo solo se puede equiparar a la de Quilapayún (esto es una opinión muy personal ya que fue la primera versión que oí y desde entonces no me ha gustado otra).

David y Camilo a las guitarras, Gerard a los teclados y saxo, Raul al bajo y Miquel a la batería hacen una fusión biunívoca con la voz de Carol; l@s seis forman un corazón equilibrado.


La fluidez rítmica de la tarde hace que nos regalen Mentiras, Boogie y Mujer Pantera, canciones que están llenas de evocaciones a universos divertidos y jaraneros (y yo sin pulsera para echarme una birra) por eso el público, ell@s y yo disfrutamos de estar juntos.

Par acabar (los festivales es lo que tienen, aunque te quedes con ganas de más canciones, el tiempo es limitado) Still Loving’you la balada de Scorpions, el entusiasmo del público se desbordó en aplausos y yo, ya me podía morir en paz.

Y aquí me quedo esperando el Love To Rock 2020, para que me vuelvan a dar seis satisfacciones y un aquelarre inagotable.

Texto y fotografías: Iziar Kuriaki

domingo, 20 de octubre de 2019

Saltimbankya - Head Over Hell - Dreams of Agony - 422 - Boveda

Saltimbankya - Head Over Hell - Dreams of Agony - 422
Sala Boveda Bcn

El encanto, la seducción, el hechizo y la fascinación se hallan repartidas, sin un orden preestablecido, en las distintas vigilias de la noche. Ese espacio de tiempo cuando el sol desaparece en el horizonte y da paso al discernimiento, la intuición y la lucidez, todo ello temido por el hombre, necesitado de la evidencia de la luminosidad para atosigar con su resolución y esconder su incomprensión tras un halo rutilante y cegador. Quizá, por ello el día es masculino y la noche, como no podía ser de otra manera, es femenina, cáliz de la creatividad, la proliferación y, desde luego, la conjetura de la realidad. Convertida, la noche, en páramo del miedo, el peligro y hábitat de seres malditos también, quizá, como apología del enigmático y siempre temido poder del raciocinio ante la fortaleza pues, no hay duda, el desconcierto de creerse ciego jamás es paliado por el ímpetu de la fuerza. Aunque, por otro lado, a buen seguro el auténtico, es en la noche donde la búsqueda de la dispersión, la enajenación y la concomitancia se convierte en leitmotiv vital. En cierto modo, idiosincrasia local de la Sala Bóveda, en la siempre Layetana ciudad, como mostró el pasado día diecinueve de octubre organizando la noche de metal con voces femeninas. Cuatro bandas cuya nocturnidad y alevosía está oreada por los vientos del mismo piélago, si bien una de ellas más cercana a la Albufera que al Llobregat, “Saltimbankya”, “Head Over Hell”, “Dreams of Agony” y “422”.

Sin olvidar, ni por un segundo, las reivindicaciones hacia un estado que, desde el treinta y uno del siglo pasado, ha olvidado el decoro y el respeto hacia quienes habitan la península, ya en el sexto día de protestas continuadas, “422” ascendieron e iniciaron la noche de la sororidad y el empoderamiento femenino. Montse, voz; Sergi, teclado y voz; Carlos, guitarra; Miguel, bajo; Antonio, guitarra; y Oscar, batería, con su inconfundible Hard Rock/metal.



Tras la Intro, se lanzaron hacia la “Calle Tentación”, pasando por las “Cunetas” ante un público, que lejos de sentirse en “Soledad” ni de descansar de “Su Mala Mujer”, se sentía “Invictus” ante la potencia musical y la combinación de voces de Montse y Sergio. Brindando un más que evidente homenaje a las cientos de personas que en las arterias de la ciudad, casi habían extraído estrofa a estrofa, su “Cementerio 117” y desde luego, del popurrí englobado en “The eye of the tiger” con el que dieron por finalizada su actuación.



Cargada de una inconfundible e irredimible intensidad que, una vez más, hizo vibrar a un público conocedor y ansioso de “422”. Como ávidos, pero de ascender al escenario, para mostrar su metal sinfónico se hallaban “Dreams of Agony”.

Un quinteto layetano con Leyna Díaz a la voz, Rubén Burillo a la guitarra, Barn Cantos al bajo, Jordi Carrera a los teclados y Arnau Salto a la batería. Si bien sería cuando el público estaba de nuevo ensalzado y, Sergio Ainoza, compañero de Leyna en “Age of Dust”, había cantado un par de temas, de hecho fue en el último tema, “The Crown of fate”, despidieron a su particular Forgotten Tale, a Jordi en los teclados, deseando encontrárselo en los escenarios en su nuevo proyecto.



 Pero, eso fue al final, lejos de dejarse llevar por la tristeza, se enfrascaron en el repertorio preparado con la misma frescura y entrega con el que tienen acostumbrado a su público. Anhelante de esa voz vertiginosa de Leyna que encarece cada rasgado o golpe o, bien al contrario, creando el quinteto un amasijo musical rayano a la sinfonía enaltecida, esa noche, por las guturales voces de Sergio. En una “Divine Tragedy” engalanada por “The Other Half” y embelesada por un “The Moon Spell” emanada, precisamente de la “Blood Moon” cuyo anhelo, no cabe duda, es similar al resultado que anhelan todos aquellos que tenían tomada la ciudad, “A Broken Throne” y que llevaría, sin perder la composición y sí el orden, a esa “The Crown of Fate” con la que, no sólo despidieron a Jordi, sino también su actuación y a un público, como siempre, insaciable de ese metal sinfónico de “Dreams of Agony”.



Cuya agonía, como todo músico, fue la de abandonar el escenario y cedérselo a los únicos foráneos de la noche, procedentes de tierras cercanas al Promontorio Blanco, “Head Over Hell”, Rose Mack, voz; D-Barón, teclado; S-Beast, bajo; J-Khaos, guitarra; y D-Tremor, batería. En su primera visita por tierras layetanas, comenzaron fuerte con su metal gótico, “Sacred Symphony” sentó el precedente de lo que al público esperaba, cinco arrolladores temas más que, afortunadamente, se vieron obligados a arrostrar por la brutalidad y oscuridad de cada nota y cada estrofa. Hermanados con el conflicto que parte desde el Monte de la Luna hasta lindar con su Comunidad, enfrentado a la estulticia de unos retrógrados totalitarios hijos de una libre que desde el treinta y nueve, por su culpa, no lo ha sido, se lanzaron a “Evil inside Me”, “Génesis Revelations”, “Light and Lust”, “Always”, “Live Fast & Die Slowly” y “Freedom is your Price”, con la que pusieron fin a su actuación. 



Enaltecidos y exaltados por la respuesta de un público que, no todo, les descubría esa noche y, como demostró en su cerrada ovación final, no sólo esperarían su vuelta, sino que se convertirían en compulsivos seguidores de “Head Over Hell”.



 Dejando paso a una banda que, lejos de volver del ardiente infierno, han retornado de su gira por el Niflheim regado con vodka, “Saltimbankya”. Thanya Santos, voz; Xavi Pascual, voz gutural; José A. Romero y Robin Munch, guitarras; Edgar Aguiló, teclados; Quim Sisa, bajo; Arnau Coma, batería. Lanzándose, con Intro incluida, a la puesta en escena de su ópera rock donde, por encima de todo, prevalece la defensa y denuncia de la opresión de la mujer en una sociedad, ambientada en el mundo circense, reflejando la lucha femenina en pos, no de un triunfo, sino de un status que debería ser el habitual. “Asylum”, “Seven of crows”, “The voice” y “Master of your lifes”, iban desgranando la trama implicando a un público que transitaba entre la ovación teatral y la aclamación metalera, “Gypsy Queen”, “Phantoms Inside Me”, “Go away” y “A new beginning” acabaron por llevar al respetable donde, únicamente “Saltimbankya” puede llevarles, al éxtasis de la melodía y la interpretación.



Finalizando una noche, cuyo colofón, fue precisamente esa reivindicación, lamentablemente necesaria paralelamente a la que se extendía fuera del local, de un posicionamiento social que, aún hoy en día, es necesario reclamar y requerir. “Saltimbankya” puso fin a una noche apoteósica, oreada con las brisas de la protesta y, no sólo la autodeterminación, sino también de la lamentable obviedad de remarcar que en una sociedad lógica, el lugar en el mismo, se debería de obtener por méritos o deméritos propios, jamás de manera condicional.



Una noche de voces femeninas, de sororidad y empoderamiento que, lejos de plagiar la estulticia y cegazón de quienes mantienen un régimen arcaico y antinatural, se convirtió en la fiesta del metal, en la celebración de las libertades y en una arrolladora conjunción de música y voces que, aunado con un público febril, a punto estuvo de echar abajo hasta los cimientos de la Sala Bóveda, con “Saltimbankya”, “Head Over Hell”, “Dreams of Agony” y “422”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez Canos

domingo, 13 de octubre de 2019

Ska-P - Festador 2019

Ska-P
Festardor 2019

En 1994 escuché por primera vez a Ska-p, fue la canción “Sargento Bolilla” del primer álbum, “Ska-P”, ese mismo año nació mi hija Iosune, a lo mejor esa casualidad ha hecho que ella sea más fan que yo de esta banda.

La canción “Sargento Bolilla” estaba llena de evocaciones a mundos más funestos, atormentados y amargados, pero era un Ska, veraz sustancia de fuerza, el sanctasanctórum de los bailes, así que me echaba unas risotadas sarcásticas y bailaba, bailaba.

Este año el Festardor los ha traído en exclusiva para la Comunidad Valenciana yo, que jamás los había visto, ni escuchado en directo y por lógica fotografiado, mis entrañas estuvieron apresadas por la alegría y el entusiasmo de verlos por primera vez.



Muchas veces llevo fotografías para que me las firmen las bandas y así poder hacerles alguna foto simpática posando, pero al no haberlos visto nunca, no tenía ninguna y la seguridad del Festardor es inflexible con la entrada de la prensa a camerinos, vamos que no dejan, así que tuve que esperar a los pies del escenario a que subieran, la espera dio el resultado que yo esperaba y que atesoraba el fondo de mi corazón, les hice las fotos simpáticas.

La formación del grupo, aunque much@s ya la sabéis son: PuPul guitarra y voz, Gary trombón, Joxemi guitarra, Eloy coros y performance, Juan trompeta y violín, Kogote teclados, Julio bajo, Luismi batería y, el que para mí fue el mejor músico de la noche porque emana un aura propia que alcanza y envuelve a todo el público, porque con él la noche estuvo impregnada de fragante aroma a Ska, porque su trompeta manifiesta prodigalidad y porque es capaz de enternecer a un tigre, él es Txikitin.



“Tumba tumbaremos al depredador, tumba tumbaremos al ejecutor” la primera canción directa a los cerebros de las 20.000 personas que allí estábamos, La estampida, claro lo dice la canción, la sociedad es un órgano del que se debe extirpar lo gangrenado y que hay más putrefacto que los torturadores y los ejecutores ¡pues a tumbarlos!

Fueron haciendo un recorrido por toda su discografía, El gato López, El vals del obrero, A la mierda, Mestizaje y es que a veces es en la soledad de nuestra conciencia donde hallamos el hilo invisible que engarza con nuestro destino, y nuestro destino esa noche era como diría Juan Antonio Zunzunegui: “para vivirla con dureza, con violencia y en peligro, porque lo mejor de la vida está en lo que tiene de inminencia y de riesgo de perderse”.   



Del último disco “Game Over” tocaron, entre otras, Jaque al Rey, ¡putos borbones! La habilidad de Ska-P está en la fecundidad de sus canciones y lo gráfico de sus definiciones, Cannabis, Vergüenza, Intifada, Ñapa es, son concepciones sociales del arte de la música y por eso no podemos ir por el mundo de espaldas a la vida.


También tocaron canciones que abrasaron nuestro pensamiento con el chispazo infernal de los deseos criminales, de los apetitos sin esperanza, Romero el madero, Paramilitar, Kasposos, Derecho de admisión, estas melodías provocan en mi pensamiento, la germinación de planes que mucho me temo no puedo decir en esta crónica, aunque ¿porque no? ¡Puta gentuza, la metería en la cárcel y tiraría la llave al mar!  

L@s músic@s buscan el delirio valiente al soplo que desaparece en el lloro que se fuga por la cara, a las áreas inaprensibles de la música.


Aunque la humanidad tiene el corazón lleno de mierda, hace de la necesidad virtud y como las olas besan la arena con dulzura, las mujeres y hombres de este planeta cambiaremos la sociedad para que sea más armónica y caminaremos hacia la supresión de los aparatos opresores y de todo gobierno que no sea el propio individuo.

Escuchando este concierto de Ska-P y a las personas que coreaban las canciones, no tengo duda que esta sociedad va encaminada a la anarquía y yo estaré ahí para verlo… y vosotr@s también.

Texto y fotografías: Iziar Kuriaki

sábado, 12 de octubre de 2019

Festardor 2019

Festardor 2019
Puerto de Sagunto
9, 10, 11 y 12 de octubre 2019

El 12 de octubre se cerró la 7ª edición del Festardor 2019, este año cambió de ubicación siendo el Espai La Nau de Puerto de Sagunto su enclave. Por este festival, que además este año al coincidir que el miércoles 9 es fiesta en la Comunidad Valenciana y aprovecharon para incluirlo como día lectivamente musical, pasaron 60 grupos. Esto recuerda mi denuncia, que ya reitero en cada uno de los festivales a los que voy; faltan bandas de mujeres o con mujeres. Haber mujeres han habido, pero pocas.

Y hablando de bandas de mujeres, el día 9 abrió el festival Mantequilla Voladora, que presentó su nueva formación ya que se han unido a Iosune y a Sergio, Cris y Carlos. El día 12 cerró el festival Chimo Bayo, curiosamente la banda y el disc-jockey tiene algo en común, yo asistí a la única vez que Mantequilla Voladora abrió uno de sus conciertos con la intro de “Así Me Gusta A Mí” curioso en una banda de Punk Rock.

Mantequilla Voladora

En estos cuatro días de música han pasado por el festival 70.000 personas, hecho que hace que el certamen se consolide como unos de los más importantes del estado español. Como he dicho antes, 60 bandas estuvieron presentes en los ojos y oídos de la muchedumbre que se confinó en el Espai. El miércoles, por ejemplo, sonaron The Niftys, Sociedad Alcohólica, Deserie o Combo Calada entre otros. Endiosadas misivas de divertidas armonías y robustas entonaciones flotaron dulcemente en el aire. Me es difícil hablar de todos los grupos ya que seguir los tres escenarios a la vez es muy complicado.

Green Valley

El jueves las voces de Malonda, Benito Kamelas, Celtas Cortos, The Locos o JazzWoman en el escenario de Rap, nos transportaron a un sueño de felicidad y seducción, la música fue reflejo de brillante proeza.

Decía San Agustín: “Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama” y el viernes amamos mucho pero mucho mucho, amamos tanto que más de 15.000 personas nos deleitamos con Los De Marras, Desakato, Hora Zulú, Def Con Dos y con l@s raper@s Ayas y Prok o Pupil·les (Mireia, Natàlia y Joan son una banda valenciana que vienen a feminizar el Rap).

Los de Marras

El último día nuestras almas ensoñaron delicias inefables al contemplar conmocionadas a Prozak Soup, Juanito Makandé, Dub Inc, Funkiwis, Natos & Waor o Mediterranean Roots. Pero comunicación espiritual con el alma llena de ansiedad y un sentimiento mas fuerte que la voluntad, eso solo nos pasó con Ska-P, era el único concierto que iban a dar en la Comunidad Valenciana y 20.000 espíritus como policromos focos de exhibicionismo nos entregamos con fricción al placer del Ska.

Natos & Waor

Cuatro días en que la desesperación, la amargura y la terrible verdad de la humana existencia dieron paso a la esperanza, al optimismo, a la alegría, a la dicha y al placer. Cuatro noches en las que experimentamos la fantástica sensación de flotar en la música, de zambullirnos automáticamente en la mágica rueda del Rock. Los vatios que habían cubierto nuestro cerebro fueron brillantes rayos de sol que nos cargaron emocionalmente y nos dimos cuenta que el año que viene volveremos a este festival convencid@s de que la vida esta sostenida por el sublime puntal de una ilusión alcanzable, el Festardor 2020.      

Texto y fotografías: Iziar Kuriaki.

Def con Dos

Desakato

Dub Inc

Hora Zulú

Morodo

Ska-P