Love To Rock Festival 2019
La Marina - Valencia
Love to Rock es un festival que necesitábamos en Valencia, porque me gusta la música en castellano con bandas valencianas y del estado español. Cuatro bandas valencianas, una de Cantabria, otra de Murcia y otrora de Madrid, son la estética musical que eligió M. Sena Productions para este primer festival en La Marina, sitio excelente para este tipo de eventos.
Y como siempre que hago la crónica de un festival, lo vuelvo a decir: promotores, productores o quien monte los festivales, faltan bandas de mujeres o con mujeres, 33 hombres por 2 mujeres (aunque estas dos valen por cada una por 20) no es una proporción justa. En este país hay enormes músicas para traerlas a los festivales, nos estamos perdiendo grandes talentos musicales.
Limbotheque, Los Coronas, Santero y los muchachos, Rulo y la contrabanda, Revolver, Tarque y Los Zigarros, fascinación y pasión por esto grupos fue lo que mi corazón cobijó el pasado sábado.
Me vais a permitir, que esta crónica la empiece por las bandas que tocan al final, pues son las que más seguidorxs tienen, más discos venden y cobran más. Pero a mí sin fin, me gustan las primeras luces del atardecer, no lo puedo remediar.
Una llamada de fuerza mayor al terminar Tarque hizo que me perdiera a Los Zigarros, pero a estos tod@s l@s conocéis, fueron teloneros de Rolling Stones en 2017.
El murciano nacido en Chile, Carlos Tarque, fue el sexto en tocar y la gente aún no estaba cansada, al contrario, tenían una energía sobre humana. Con Heartbreaker y Cactus en el corazón las voces vigorosas del público se oían hasta en el barrio del Carmen. La guitarra de Carlos Raya fraternizó con sus cómplices, aunque a mí me gustaba más con Sangre Azul.
A Carlos Goñi o lo que es lo mismo Revolver, lo conozco desde la época de Garage (banda que formara junto a Basilio Montes en 1981) lo he escuchado y fotografiado en muchas ocasiones, aunque hacia algunos años que no había ido a ninguno de sus conciertos. Revolver tiene asegurado el éxito en Valencia porque se le quiere mucho, no en vano es uno de los músicos valenciano-adoptado con más tirón en este país y fuera de él.
Dio un buen repaso a todos sus éxitos El Dorado, Odio, El roce de tu piel, No va más… canciones que son como besos de amantes secretos, como flores encendidas de primavera, que se alzan románticas en los bosques y que la gente quiere que penetren en su corazón.
Los cuartos en subir al escenario son de Cantabria, Rulo y la contrabanda, seis músic@s que con Raúl (Rulo) al frente hicieron que el personal sintiera como si saliese de un castillo encantado de fantasmas aromatizados por el perfume de la música. Canciones como Verano del 95, Noviembre, Cabecita loca o Heridas de Rock And Roll, experimentaron sensaciones y suspiros de satisfacción en las almas asistentes. Dimos la bienvenida a Alicia la nueva y tremenda componente de la banda que toca los teclados. Por cierto, me encontré con Isa Segarra y Nacho Herrero grandes fans de esta banda y súper enormes personas.
A partir de aquí, tres bandas valencianas seguidas, la tercera Santero y los muchachos. Miguel, Joseman, Soni y Pau, hacen Rock reposado, aunque tuvimos de todo menos reposo, con Volver a casa, Mañana asesina y Estamos bien entre otras, nos ofrecimos con placer a la diversión del baile.
Los Coronas son una banda de Surf Rock instrumental, de una gran enérgica musicalidad. Fernando, David, Roberto y Javier tocan canciones para desenterrar el luto y la tristeza, son ciudadanos de entrañas emotivas, con ellos nos entregamos a la diversión y al gozo.
Como diría J. D. Salinger, si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que deben saber es: que Carol es una mujer de armoniosa elegancia, mis ojos deslumbrados por la refracción de la luz del sol, miraban con pasión el desplazamiento de su traje obsidianico, la plasticidad de sus movimientos y su intensísima alegría, Carol es una epopeya revolucionaria a la que, si añadimos que tiene una voz prodigiosa con todos los registros para cantar Jazz, Blues, Funky o lo que ella quiera y que le acompañan cinco músicos como la copa de un pino; tendremos a Limbotheque.
La banda empezaba a dar los primeros acordes de Buono Giorno y los reflejos leonados del atardecer hacían un colosal bucle de resplandecientes ritmos para dar paso a Adelino y Mon Diable.
Bella Ciao, cantada con un timbre triunfante y furibundo solo se puede equiparar a la de Quilapayún (esto es una opinión muy personal ya que fue la primera versión que oí y desde entonces no me ha gustado otra).
David y Camilo a las guitarras, Gerard a los teclados y saxo, Raul al bajo y Miquel a la batería hacen una fusión biunívoca con la voz de Carol; l@s seis forman un corazón equilibrado.
La fluidez rítmica de la tarde hace que nos regalen Mentiras, Boogie y Mujer Pantera, canciones que están llenas de evocaciones a universos divertidos y jaraneros (y yo sin pulsera para echarme una birra) por eso el público, ell@s y yo disfrutamos de estar juntos.
Par acabar (los festivales es lo que tienen, aunque te quedes con ganas de más canciones, el tiempo es limitado) Still Loving’you la balada de Scorpions, el entusiasmo del público se desbordó en aplausos y yo, ya me podía morir en paz.
Y aquí me quedo esperando el Love To Rock 2020, para que me vuelvan a dar seis satisfacciones y un aquelarre inagotable.
Texto y fotografías: Iziar Kuriaki
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