sábado, 1 de octubre de 2016

Inox Stainless Rock + Dosis Gray + Rosas Negras para la Novia +Paralizando

Inox Stainless Rock + Dosis Gray + Rosas Negras para la Novia +Paralizando
Sala BeGood - Bcn


La lúgubre luz del final del franco y despiadado absolutismo fue tomada por una semipenumbra de aparente voluntad popular rasgada por un ínfimo fulgor. Una refulgencia creada por la avidez de un pueblo abstenido de libre albedrío y necesitado, no ya de ocio, sino de liberación mental. Una exención, en realidad, hallada en los cientos de garitos repartidos por una tierra de conejos, como bautizaron los fenicios a la península ibérica, que lamentablemente se han convertido en Bistrós y bares diseño, donde la cegadora luminosidad, con el colorido despampanante de sus moradores, ha envuelto a la población en un cretinismo autarquico que, si quiera, en aquellos tiempos de impositiva franqueza había conseguido imperar. Aquellos tugurios desbordados por tribus urbanas arremolinadas alrededor de algún improvisado escenario, incluso en una ocasión sobre un camión circulando por la ciudad, eran lugares donde, no sólo apoyar a grupos y bandas locales o foráneas, sino donde hallar unas verdades sin tamiz. Con la realidad del "a pie de calle" donde se crea y se va dando forma a cualquier sociedad, esas formas que maduran y evolucionan y que, quizá por la imposición desalmada de esos locales fundamentados únicamente en el parecer de algún modisto del ladrillo, se ha vuelto a posturas tan retrógradas como las que campaban en aquellos oscuros años de franca imposición. En aquellos garitos, el movimiento se demostraba andando, las libertades carecían de género y los géneros no se debían a imposiciones como enfrentaban y proclamaban, entre otras muchas cosas aquellos que gritaban, los que no sobrevivieron, y modulaban quienes han llegado hasta éstos días sobre los inflexibles entablados. Hoy en día frente a un escaso público, como ocurrió el pasado día uno de octubre en la layetana Sala BeGood, situada en el setenta y ocho de la calle Pamplona, donde se citaron cuatro bandas, “Inox Stainless Rock”, “Dosis Gray”, “Rosas Negras para la Novia” y “Paralizando”. Una de rabiosa actualidad y las otras tres compuestas por legendarios moradores de aquellos atestados garitos, enfrentadas a una escasa media entrada como, lamentablemente, viene siendo habitual en el circuito de las salas de música en directo. Si bien, como reza la paremia “Esto es Rock&Roll”, y ninguna de las cuatro bandas escatimó esfuerzo, ilusión y presteza ante un público fiel y, es evidente, algunos, ávidos de revivir experiencias en aquellos garitos, otros, neófitos o casi neófitos en una de las satisfacciones más básicas y enriquecedoras que, posiblemente, dé la vida, la música en directo. Comenzaron los más actuales, no por ello inexpertos, “Rosas negras para la Novia”.



Clara, batería; Yoan, bajo; Mr. Barberan, guitarra; Phil, guitarra solista; y Kabra, voz; expertos músicos con una larga trayectoria con un estilo punk rock que bebe de bien diferenciadas fuentes. Entre los diez temas de su repertorio que comenzaron con “1977” de ‘The Stranglers”, presentaron alguna de las canciones de su aún inédito primer trabajo de punk rock, con temas como “Rosas Negras” y “Sangre eterna” con el talante de su carismático vocal, Kabra, un auténtico espectáculo sobre el escenario. Se lanzó con “Escapando de la jaula” de ‘Vómito’, respaldado por los punteos y rasgados de Phil, imparable y pendenciero con Mr. Barberan, que lejos de arredrarse responde con el fuego de sus seis cuerdas. 



Sobre las brasas de la cadencia salteada de personalidad de la batería de Clara y el bajo incombustible de Yoan consiguiendo crear, antes y después de abordar “Mentes Vírgenes” y “La Sonrisa de un muerto” un clima de garito. De aquellos ‘baretos’ donde “Morir en París”, “New Rose” de ‘The Dammed’, “De el Olimpo a el Hades” y, desde luego “Unidos” de ‘Parálisis Permanente”, el tema con el que acabaron, habrían sonado tan bien como esa noche. Donde el público jaleó ese "para vivir unidos, para morir unidos" envueltos por la poderosa atracción de “Rosas Negras para la Novia”, recreando sin esfuerzo el clímax de tugurios donde, los componentes de “Dosis Gray”, los siguientes en ascender al escenario, se habrían sentido y se sintieron como pez en el agua.



Javi Zubiria, guitarra y voz; Rafa Balmaseda, bajo; y Álvaro Casal ‘Pato’, batería; presentaron su primer trabajo, “Dosis Gray”, que ellos mismos definen como ‘punk rock cañero’ aderezado con letras cargadas de denuncia y mucha rabia. Comenzaron con “Surfin’G-Ray”, “Inconformista”, “Esperándote a ti” y “Venganza” con un ‘Pato’ mostrando con su baquetas el por qué “Vómito” tenía aquella cadencia sin cadencia, arrebatado como siempre con los palos dejando que la sangre en ebullición marque el ritmo. Seguido y, en ocasiones, abandonado por las cuatro cuerdas del que fue miembro de la mítica banda, “Parálisis Permamente”, Rafa, sin que el tiempo haya conseguido detener sus manos y su ímpetu. Dió vida a un bajo que, como siempre, era imposible diferenciar donde acababa el instrumento y empezaba el instrumentista moviéndose junto al responsable, letrista y compositor del grupo, Javi. 



Con su particular tono de voz que nos retrotrae a aquellos años setenta del punk, rasgando las seis cuerdas con la actitud de quién ha luchado hasta encontrar la melodía exacta para la letra y la aptitud de quien respira igual que puntea o toca la media docena de alambres. “Te arrepentiras”, “Comportamiento habitual”, “Tienes que controlar” y “Electricity” pusieron punto final a su actuación, frente a un público que parecía estar asimilando que la ciudad layetana fuese en un futuro sede olímpica, cuando lo había sido en un pasado. La Sala BeGood se había convertido en un tugurio ochentero , “Dosis Gray” había terminado de llevar a cabo un imposible en el que “Inox Stainless Rock”, el siguiente grupo, iba mucho más que a deleitarse porque entre todos habían conseguido que, la media entrada, asemejara un lleno total.



Garikoitz Gorrotxategi ‘Gari’, guitarra; Josu Alecha, guitarra solista; Iban Martínez, batería; Claus Groten, voz y bajo; con su último trabajo bajo el brazo, “Chica Zombi”, ascendieron al entablado comenzando con “No es lo mismo”, “Prende la mecha” y “Un hombre sin piedad”, éste último tema una muy particular revisión del clásico “Highwaymen” del grupo “The Highwaymen” compuesto por Johnny Cash, Kris Kristofferson, Waylon Jennings y Willie Nelson. “Todo lo que no”, “Ellas es mi droga”, “Miedo”, “Ministro”, “Dulce, bella y cruel” y “Vagos y Maleantes”, ya entrados en la denuncia evidenciando una realidad social contra unos gobernantes que tachan a la población de escoria.



Lanzados con ese inicio de Josu punteando al que se une “Gari” con la presente cadencia de Iban sobresaltada por el bajo de Claus de nuevo, blandiendo directamente dardos contra la injusticia sufrida por el inmigrante en un paralelismo con las barreras y realidades sociales, antes de embaucar al tugurio entero con  “Te veré en París”, “Radio Terror”, “Déjame hacerte sangrar” y “Mirando al abismo” de “Vómito” con la que, sin perder la razón ni luchar contra monstruos, dieron su concierto por finalizado. Frente a la espesa bruma creada por un público entregado y sudoroso consciente, no cabía duda, de que la noche no había acabado, Claus, dejó a un lado su bajo y brindó el ascenso a Rafa con el suyo. Casi de forma aún más quimérica, el local se transportó, “Paralizando” el tiempo con las melodías de “Parálisis Permanente”, “Inox Stainless Rock” y ‘Rafa Balmaseda’ o, lo que es igual, ‘Gari’, Josu, Iban, Claus y Rafa, “Paralizando” se olvidaron de todo, salvo de hacer un mucho más que sentido e increíble tributo a “Parálisis Permanente”.





Nueve temas, “Unidos”, “El Acto”, “Sangre”, “Autosuficiencia”, “Nacidos”, “Pasajero” “Santa”, “Héroes” y “Texas” con aportaciones de “Kabra” y un final apoteósico donde el grito unánime no era otro que el de que no acabara la noche. A punto de tirar los muros del garito ochentero en que se convirtió la Sala Begood, deseosos de buena música creada por grandes artistas y tocada por mejores músicos. Un público codicioso de instantes donde liberar la similar liberación mental que anhelaron en aquellos años de semipenumbra de aparente voluntad popular rasgada por un ínfimo fulgor. El de aquellos tugurios desbordados por tribus urbanas arremolinadas alrededor de algún improvisado escenario. Lugares donde, no sólo apoyar a grupos y bandas locales o foráneas, sino donde hallar unas verdades sin tamiz y una diversión sin complejos ni condiciones como la que encontraron y ayudaron a crear esa noche con “Inox Stainless Rock”, “Dosis Gray”, “Rosas Negras para la Novia” y “Paralizando”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

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