sábado, 29 de octubre de 2016

Teratoma + Madera + Dullboozer - Sala Breakout

Teratoma + Madera + Dullboozer
Sala Breakout (Sabadell)


La oscuridad se cernió sobre la pequeña Manchester del río Ripoll, rota por los brillos arrancados al negro de unas tribus marcando un paso acelerado bajo la pobre luz de las farolas. Las que apenas iluminaban los distintos senderos que aproximaban al averno, la “Death Metal Night”, abierto en el número cuarenta y ocho de la plaza Laietana, “Sala “Breakout”, un cúmulo de oscuridad formada en su base por los acólitos y en su parte superior, creando la cúpula, por tres capas germinales. Una aparente pesadilla monstruosa empecinada en henchir la evasión hasta hacer estallar el lugar en una explosión de huida a base de velocidad, agresividad y muerte de la realidad. Una existencia absorbida por dos barreras sónicas y vertiginosas de cuerdas y pedales apoyadas en graves reverberaciones vocales engendradas por “Teratoma”, “Madera” y “Dullboozer”. Éstos últimos, los primeros en quedar suspendidos sobre la originaria sima de oscuridad.



 Serra, guitarra; Morc, voz y bajo; Axel, guitarra rítmica; y Pepo, batería; siguiendo el sonido de las pezuñas de “Baphomet”, nuevo tema de su próximo trabajo, impusieron un “Blackening” (Nightmare) que provocó la exaltación de todos los acólitos allí reunidos. Poseídos por los acelerados ritmos de “Dullboozer”, intentaron seguir los pasos de “Wolf”, “Dressed to kill”, “Cursed by Sorrow”, “Ragnarok” y “Blinded by fear” de ‘At the gates’, cegados con el muro inflexible creado por Pepo con sus baquetas y el contramuro de las cuerdas de Serra, Axel y Morc. Este último, coligando ambos muros con la gravedad de sus ‘growls’ para aunar la voluntad de un respetable ansiado de “Embrace the Darkness” bajo la mirada de “Lord of Heaven, Lord of Sin”. Un público para nada “Butchered”, eufórico con la distorsión y la rápida percusión “Under black skies we battle” de unos futuros amos del Death Metal, “Dullboozer”. Que, aún con las brisas macabras de sus cuerdas y baquetas moviendo cual huracán las largas cabelleras del público, dejaron el escenario, la originaria sima de oscuridad, a “Madera”.



 Ishmael: voz; Toni, guitarra; Jaime, bajo; Mario, batería; y Robert, guitarra y coros; como los anteriores, originarios de esa ciudad layetana donde la “Amnesia” provoca que el “Cazador de almas” se deje llevar por el “Escalofrío” en un “Eclipse total” guiada por la grave voz de Ishmael. Parapetado por los sólidos paredones de las rapidísimas cuerdas de Toni, Jaime y Robert, y las casi invisibles baquetas de Mario. Transportando al público a su hogar, a “La Morgue”, donde “Nunca más verás el sol” y únicamente escucharan “La voz de su cabeza” o la de “El elegido”, vertiendo palabras cual si fuese “Green poison”, el maná del “Guerrero”. Porque así fue, “Madera” se convirtió en guerrero cuyas huestes, un público poseído, estuvo a punto de seguir su vuelta al interior de la tenebrosa sima, sin embargo, se abstuvo ante la presencia del ‘Brutal Death Metal’ de “Teratoma”. 



Los también layetanos Tito, voz; Juanma, guitarra; Joxe, bajo; Juanjo, guitarra; y Sergi, batería; tomaron esa originaria fosa de negrura expulsando cual quiste el fluido de su interior con la Intro de “Zombies”. Rociando su tumor con “The teratogenous reborn” en un vasto “Suffering” que ensalza los ánimos de un público arrobado por la “Sinister Situation” como adeptos de “The Hidden Church” que les lleva a que “Teratoma”, grite con descaro “I will feed you” y lleve a cabo su propia “Coronation”. Al son de la imponente voz del aguerrido y curtido en mil batallas Tito, esgrimiendo el micro al son de su cabellera arriba y abajo cuando sigue el imparable sonido de las guitarras de Juanma y Juanjo. Capaces, al margen de los punteos, de crear un contencioso paramento apoyados en las cuatro cuerdas del nuevo tumor, Joxe, cuyas ramificaciones unen guitarras y batería, las baquetas de Sergi, más que voladoras apenas visibles, como retaguardia sólida en una banda cuyo “Visceral hate”y “Decrepit carnaje”, sigue las pautas de una “Venial Conspiracy” y “To the gory end”. Un final donde, al público, sus acólitos, les es imposible acumular en la memoria los impresionantes temas que acaban de escuchar y abandonar sin más el local. Aún con sus cuerpos y mentes inquietas por la avalancha atronadoramente armónica de "Teratoma”, reticentes y a la espera de un posible nuevo tema que, no el grupo, como las bandas anteriores, poseído por la nigromancia de sus letras, sino el local, Sala Breakout, sometida a los horarios, impide una posible improvisación de temas no contemplados en el repertorio. No obstante, aún en la vorágine del vórtice oscuro en que se ha convertido el escenario, público y bandas vuelven a sus respectivos túmulos, llevando consigo una porción de oscuridad. Parte de ese estallido de aparente monstruosa pesadilla creada por la ‘Death Metal Night’ en la avezada e infernal “Sala Breakout” espolvoreada con el azufre de tres bandas sobrenaturales, “Teratoma”, “Madera” y “Dullboozer”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: (Dullboozer) Sole Calvo - (Madera y Teratoma) Anónimo

viernes, 28 de octubre de 2016

Canal 69 - Luz de Gas

Canal 69
Sala Luz de Gas Bcn


La candidez es capaz de hacer volar cometas corriendo sobre la arena de una playa y naves espaciales desde un centro de control de lanzamiento. Es una cualidad, a veces, para nada ligada a la vida infantil, una aptitud intrínseca del carácter que ha llevado a la humanidad a un futuro compartido con extraterrestres. A lidiar con dragones, caballeros  y princesas, a erigir gurús a quien agradecer la existencia, incluso, a creer que el planeta era redondo y no plano. También a crear monstruos acechando en la oscuridad y aladas féminas apareciendo de los árboles o el agua, extraños seres capaces de conceder deseos y, desde luego, líderes sin escrúpulos y arrogantes ansiosos de provocar la destrucción de la raza humana. Mentes ingenuas y, a la par, límpidas, cuyas diferentes trayectorias y, desde luego, distintas edades están capacitadas para creer en posibles imposibles. En descartadas transformaciones como el de un viejo teatro adaptado al cabaret de estética impresionista y cortinas rojas aterciopeladas reconvertido, sin perder la esencia del lugar, en sala musical. Trocado en referente de la música en vivo de la siempre layetana ciudad y, más que preparada, abocada a albergar no menos que aparentes e ilusas metas de bandas locales, del territorio peninsular e, incluso, del resto del planeta, que arrastran un público candoroso necesitado de las distintas notas y letras utópicas. Bautizada con la manida expresión que un hijo escuchó a su padre, “Luz de gas”, ocupada con proyectos fantasiosos convertidos en realidad tangible como el de “Canal 69”que, el pasado veintiocho de octubre, disfrutó del legendario escenario. 



José Masegosa, voz; Oscar García Bragado, guitarra; Edu Martínez, bajo; Andy Padel, teclado; Joan Julià ‘Johnny’, guitarra; y Tony Larrosa, batería; presentando su último trabajo, “Entre amigos no hay error”, también uno de esos sueños realizados gracias a las colaboraciones de Ariel Rot, Carlos Tarque, Aurora Beltrán, Rebeca Jiménez, Vasco Bariain y Ricardo Marín entre otros. Si bien, esa noche, contaron como única colaboración en un par de temas con Maximiliano Molina a la percusión.



 Aunque sería a mitad de concierto, el cual iniciaron con “Sabrás quién soy” y, desde luego, no sólo su club de fans sino, el público que casi llenaba la sala, sabían quiénes eran y, aunque innecesariamente, les incitaron a espolonear, cual “Gallos de pelea”, para materializar otro más de esos plausibles inalcanzables. Inaccesibles inadmisibles que afrontaron con un “No volverte a ver” y un “Juntos a la par” que “Espabila” hasta a el último de los presentes y les transporta al movimiento. Al vaivén de un quimérico velero donde escribir en el “Diario de abordo” al son del oleaje y esa combinación explosiva y tan propia de pop, soul, algo de country, blues y mucho rock&roll. 



Creando un ambiente único donde todos son una unidad necesitada de aclamar un “Déjame decirte” que cura y, a la par, niega cualquier “Herida abierta” cual la inexistencia de “Geishas en Madrid”. Sin necesidad de estar “Haciendo equilibrios” porque “Canal 69” mirando a los ojos de su público les asegura a cada uno que “Quiero estar contigo”, cual si banda y respetable fuesen un pareja compartiendo “Sueños de portal” donde el futuro impide “Que no llegue la sangre” al río, ni a ningún lugar. Porque lo imposible, cual “Flash”, se ha convertido en posible, en una sala de alto abolengo, “Luz de gas”, casi llena de público y seguidores coreando y bailando cada tema. Arrobados por unas melodías repletas de ilusión, algo de crudeza y mucha fantasía, la de la consecución de los sueños, esa que derrumba inaccesibles muros y eleva voluntades a sólidos entablados como al que ascendieron “Canal 69”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

sábado, 22 de octubre de 2016

Kaos Urbano + Rude Pride - Sala Boveda

Kaos Urbano + Rude Pride
Sala Boveda - Bcn


Pertenecer a la que llaman clase obrera o clase baja invita, quizá como único recurso, a entender perfectamente la presión y formas de un “establishment” enajenado de esa realidad. Incluso cuando, en su “sabiduría”, intentan explicar, por ejemplo, el significado dado por ellos mismos a parte de esa clase baja como “cockney” primero conceptuándolo con orígenes latinos, de 'cock' y 'neigh' o del latín “incoctus”, inculto. Para, finalmente, la sátira de Samuel Rowlands, evidenciar que no es más que una composición despectiva, de ‘cock y egg’, siendo su primer significado "huevo de forma rara" y, realmente, persona ignorante de modales campestres, es decir, en idioma básico de Cervantes, paleto. Pues, esos ‘paletos’, no sólo dieron lugar y espacio a su propia jerga, ‘cockney’, sino que, además, nombre a un movimiento musical, cultural y social enfrentado a esos que se sienten con ‘permiso y deber’ de tachar de forma despectiva al resto de la población. Su raíz es, en realidad, una evolución o familiaridad de un saludo, de la educación que, casi a buen seguro, carecen esos elitistas irrespetuosos. A partir de un sencillo y afable, ‘Hey, you’ nació el ‘Hoi, you!’ y, de ahí un compendioso ‘Oi’, ese estilo musical que Garry Bushell definió como un filón específico del real punk. Y, desde luego, afortunadamente, como ‘paletos’ hay en todas partes, en esa Villa centralista y peninsular donde el ‘establishment’ sigue el vuelo de la gaviota aparecieron, entre otras, un par de orcas capaces de depredar y atajar el vuelo de la blanca palmípeda, ‘Kaos Urbano’ y ‘Rude Pride’. Dos grandes cetáceos cuya fortaleza les llevó, el pasado veintidós de octubre, a la layetana Sala Bóveda, derrochando su aparente ferocidad con la lógica de frases y letras irrevocables capaces de abatir pequeños muros de estulticia y grosería altanera. Una denuncia cargada con balas de ‘cockney’ al más puro estilo celtibérico iniciado por ‘Rude Pride’.



 Miguel, vocal y tecleado; Aron, guitarra y coros; Carlitos, bajo y coros; Alberto, guitarra y coros, y Anxo, batería y vocal; al ritmo de una clarísima declaración de intenciones, no sólo por la “Intro Reggae”, sino por el miedo y pánico de “Pride & Fear”, con el que sobresalen de la superficie marítima para agarrar con sus fauces molestas ‘gavinas’. Elevando el ritmo y ese ‘cockney’ con “Outta My Way” que llama a las ‘cosas’ por su nombre para, con ‘Crisis Sons’, plantear una única elección, una última salida, la de la falta de confianza, ‘No trust’ pero tomando una loable dirección contraria, ‘Wrong way’, de quien nunca se arrodilla y camina erguido. Porque en compañía de amigos, ‘No problem’, ni en ’45 years’ ni en una ‘New Age’ porque ellos lo tienen claro incitando al público a que se una a su grito unánime ‘We'll Never Change’, porque son los malditos cabezas rapadas, orcas de grandes fauces devoradoras de alimañas blancas cuya ardiente bandera, ‘Flag on the fire’ crea imposibles surcos en el mar ‘Underpaid Scars’. 



Con el talante de quien se sabe repudiado, ‘Hated and rejected’, víctima de ese ‘establishment’, causante de la carencia de medios y alimentos y, en cierto modo, de enfermedades como la del empobrecimiento de la sangre por falta de vitamina ‘C’ que lleva a la creación de manchas lívidas, ulceraciones en las encías y hemorragias. Una ‘Historia triste’ de ‘Skorbuto’, una historia final que no impide, como el respetable que atesta la sala, unirse a ese grito liberador ‘Screaming Oi!’. Porque cada vez son más manteniéndose firmes  y fuertes, con su propio estilo de vida, ‘My Way Of Life’, donde no cabe la rendición aunque, esa noche, el público se rindió ante ellos, ante una desvergüenza compuesta por el respeto y la dignidad negada por los auténticos insolentes, la de ‘Rude Pride’ cetáceos de un mar de alquitrán. Como, de ese negro asfalto aunque surcando la antigua ‘colina de ciervos’, proceden los siguientes en ascender al escenario, a ese entablado firmemente inestable donde se mueven como pez en el agua, ‘Kaos Urbano’.



 Sku, voz; Peke, batería; Fray y Mig, guitarras; y Javi, bajo; con su particular “La hora del baile”, último trabajo que, además, celebra las tres décadas de su exclusivo e inigualable ‘streetpunk’. Un quinteto de orcas cuya carta de navegación se iniciaba con un esclarecedor “Sexo, drogas y streetpunk” exponiendo y compartiendo que, como el respetable coreando cada una de las frases, son despojos de la sociedad que no van a claudicar ni a caer “Devorados” por el siglo veintiuno y el consumo. “Nacidos del odio” con nada que perder, son Skinheads que niegan a los políticos y se enfrentan al racismo porque, además de hijos de un obrero, son seres pensantes “Entregados” en cuerpo y alma a su gente, a los que aportan a su causa, algunos con suerte pudieron acudir a la cita en esa atestada Sala Bóveda, porque ¿Quién habló de abandonar? Si hay que morir venganza con un “Divide y vencerás” contra el intento de control y las viejas consignas al son de la “¡Música Oi!”, la de su vida recogiendo las botas que les observaban en un rincón, casi gritándoles “Volverte a ver”, y aunque nada ha cambiado en mil años, siempre habrá “Años Salvajes”. Una vida entre “Piñas van”, piñas vienen “Con cojones” como puños, con orgullo, “Inadaptados”, testarudos y con aquel “Espíritu del 69”. Aferrados a esas vívidas raíces, caminando por “Las calles de abajo” preparando como siempre el sonido de la calle, la única salida, “Bronca y rebelión” o, lo que es igual, gasolina pa’los cerdos porque no son bichos raros son, como su público, sudando la gota gorda y abatidos pero erguidos e imparables por al frenético ritmo, “Kaos Urbano”.



 Sometidos, como todos, a la ley de “Vagos y maleantes” y no se van a callar en un llamamiento a la desobediencia a ese injustificado odio y humillación recibido cual aquel mítico “Ángel caído”. Que en ocasiones, a ellos a todos, les haga capaces de arrasar como un huracán solitario y sin dejar de pensar en “Tu pasado”, el de todos, donde los trabajos sucios, los engaños y las traiciones transformaron al obrero en un perro callejero, en unos nadie en, como ellos, “Los hijos de la Calle” que a nadie servirán y a nadie rezaran. Bajo el lema “Larga vida al Oi!” seguirán con lo suyo, luchando por lo nuestro como banda de borrachos degenerados, violentos, armados y alcoholizados capaces de atestar las salas que pisan al son del grito ¡Antifascista! Ese unánime alarido que define un movimiento tergiversado por la falacia de aquellos que, como premisa, les llamaron paletos e incultos para someterlos bajo un yugo, que no una bota, rota por la cadencia del calzado de aquellos que no son recibidos en ningún lugar y de todos los bares rechazados. 

Como “Kaos Urbano”, apremiados por las inamovibles contingencias del local, no habrían descendido del escenario y no sólo porque es uno de sus hábitats naturales, sino porque el público se negaba a abandonar la sala, a dejar de corear cada frase de sus canciones convertidas en himnos denuncia de la asquerosa verdad, esa que convierte a tranquilos y clánicos cetáceos en orcas asesinas. En animales feroces que, por una parte, afortunadamente descargan su furia y sus dentelladas sobre entablados como el de la Sala Bóveda de la siempre layetana ciudad, donde los hijos de las calles pudieron disfrutar de dos bandas descargando con balas de ‘cockney’ al más puro estilo celtibérico la repudia al ‘establishment’, “Kaos Urbano” y “Rude Pride”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

El Legado + Playa Ängel - Rocksound

El Legado + Playa Ängel
Sala Rocksound - Bcn


La aceptación de uno mismo pasa por entender la complejidad de la sencillez vital, esto es, cada uno es cada quién, ni mejor ni peor, simplemente es. Y, ese ser, tan difícil de aceptar, crea guerreros cuyas batallas son el día a día, largas jornadas de veinticuatro horas enfrentados a sí mismos y a un entorno que, no hay duda, siempre deja huella. A veces indeleble, cual modificación permanente del color de la piel, creando estigmas que recuerdan derrotas y victorias. Bocetos marcados con hierro incandescente mostrados al mundo con el desparpajo de aquellos guerreros, los almogávares, temidos en toda Europa y en cuyo honor brindaron una de las arterias de la siempre layetana ciudad. Donde, en el número ciento dieciocho se aposentó una de las salas de música en directo más aguerridas de la urbe, “Rocksound” y que, el pasado veintiuno de octubre celebró los treinta años de “El Legado”, junto a “Playa Ángel”, en perfecto contubernio con aquellos legendarios guerreros. Iniciaron el asedio y la celebración los procedentes de ese cruce de caminos tarraconense, Playa Ángel.





Mario Silvestre, guitarra; Jesús Loren, voz y bajo; José Silvestre, guitarra; y Narcís Beltran, batería. “Playa Ángel, rompieron el fuego con “1975”, más rockera que el resto de punk rock’n’roll, como “Sangre joven” donde las guitarras de Mario y José, se disparan para seguir con “Camaradas” una clara definición del grupo, “Secretos Tatuados”, “Dulce Sabor”, “Sayonara”, “Living in the city”, “Frío” y “Ciudad de Dios”. Con la presencia impositiva del bajo de Jesús, cuando no está cantando y, desde luego, por entre los constantes rasgados la cadencia de Narcís con las baquetas, lanzándose a un “La noche es nuestra”, “Verano eléctrico”, “Demonios del mar”, “Hibrid Moments”, su homenaje a Bowie y a Parálisis Permanente interpretando la versión de éstos en castellano de “Héroes” para acabar con una historia de amor como es “Sangri·la”. “Playa ángel” unos jóvenes guerreros a punto de convertirse en diestros espadachines que hicieron de zapadores para los incombustibles y bregados en mil batallas, “El Legado”. 



Treinta años de éstos ceretanos sobre ese terreno entablado que, lejos de acabar con ellos, les ha hecho más dúctiles sin perder la ferocidad de su talante, de aquellos keretanis que habitaban el lugar antes de la llegada de los romanos. Con esa perenne sombra de los dólmenes, comenzaron su eterna sublevación con el tema “Tu verdad” que provocó, de ipso facto, la ubicación del respetable gracias a ese particular Metal-Punk. Rock combativo que nace del rasgado de la guitarra de Quique, cual espada lanzando estocadas, barridos y tajos, acompañado por las punzadas del mandoble que asemeja el bajo de Ricard, similares a los golpes de baqueta, cual nunchakus del ritmo, de “K the King”. Marcando una cadencia, no rota, sino aunada con la potente y autoritaria voz de Julen, cual grito de guerra en pos de un único enemigo, uno mismo.



 “Asco y pena”, “Zippo y gasolina”, “tan cerca, tan lejos”, “Pisa fuerte” y “Chasis rígido y por comarcales”. Mostrando que las tres décadas, aún les ha vuelto más rabiosos y combativos, alzando su particular “Bandera Negra” antes del unánime, “Les venciste” y, desde luego, siempre “Con ánimo de ofender”. En esa “Sucia canción de amor” que mantienen con la vida que no les impide arder, “Burning for you”, convertirse en puro fuego y quemar “Calabozo 7359” aumentando la velocidad del “Sonic Reducer” de los Dead Boys. Como colofón a una gran batalla mantenida sobre el escenario y contra una realidad, la de todos, que les llevará, a “El Legado”, treinta años más sobre los escenarios. Tablas capaces de aguantar sus beligerancias como la de esa noche, la de “Rocksound”, a la altura del nombre con el que rinden honor a aquellos temidos combatientes en la asfaltada arteria donde se encuentra y que, al igual que el público, no podrá borrar la huella del paso de contendientes como “El Legado” y “Playa ángel”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

viernes, 21 de octubre de 2016

La Frontera - Sarau 08911

La Frontera
Sarau 08911 - Badalona
21.10.2016

La Frontera la vuelve a liar, esta vez convirtieron la sala Sarau 08911 de Badalona en su territorio Western.
La banda madrileña nos ofreció un directo como nos tiene acostumbrados, intenso y "cañero". Una dosis de rock and roll en vena que crea adicción. Pasadas las once y media de la noche comienzan a ocupar el escenario, primero sube las escaleras Harry Palmer con su guitarra, ataviado con su gorra y camiseta de Ruta 66; tras él, es Vicente Perello quien toma posición en la batería. A continuación es Toni Marmota quien accede al escenario como si fuera un enterrador del lejano oeste, , levita negra de raya diplomática y su inconfundible sombrero de copa y gafas de aviador de los años 40, rápidamente se coloca al cuello el bajo también negro. Por ultimo, y como no podía ser de otra manera, Javier Andreu, camisa negra de country y botas de cowboy de cocodrilo marrones, sin duda una de las mejores voces del panorama rockero español, acompañado de su Gretsch blanca.

"Buenas noches", fueron las primeras palabras antes de comenzar el Rock and Roll con "Viento Salvaje" a la que le siguió "Vivo o Muerto". 27 temas, casi dos horas de buena música, un repertorio desordenado e improvisado por Javier, quien decidía en cada momento el siguiente tema a sonar.
Repertorio con el que vibraba, cantaba y bailaba el escaso publico congregado, "cuarentañero" y "cincuentañero", pero con un excelente gusto musical.


"El Limite", Judas el Miserable", "Pobre Tahúr" fueron las siguientes, "Juan Antonio Cortes", "Cuatro Rosas Estación", "Tren de Medianoche", "Si el Whisky no te Arruina.....", con "Cielo del Sur" se produce el "éxtasis", tema que arranca a bailar hasta quienes no suelen hacerlo.

Tema tras tema que llevaron a lo mas alto a La Frontera desde que comenzaron su andadura musical en el año 1985, mas de 30 años haciendo disfrutar con lo que mejor saben hacer.
Finalmente "Viva las Vegas" cierra el concierto, y tras la despedida, el grupo se pierde por detrás del escenario y el publico, con ganas de mas, se prepara para la próxima vez que La Frontera se deje ver por la ciudad condal.

Texto y fotografías: Manuel Samaniego




domingo, 16 de octubre de 2016

Blueroomess - Bar Forum

Blueroomess
Bar Forum - Bcn


La tierra, ese firme que pisamos, aún siendo similar mantiene el carácter en cada lugar, la civilización intenta modificar los asentamientos pero, incluso conmutando los nombres, es imposible distorsionar la naturaleza del carácter. Sino, como ejemplo, ‘Tallasi’, fue el nombre con que el pueblo Creek llamó a su territorio y que, posteriormente, se transformó en Tulsa. De donde procede ese ‘Tulsa sound’ con una personalidad cargada del talante indio, salpicado por un estilo que se ha convertido en parte de casi toda la música moderna procedente de una antigua acepción griega. Ésta, relacionada con genios, ninfas, náyades e, incluso, sátiros traviesos los cuales, probablemente, tomaron parte activa en la aparición de los míticos “Blue devils” cuya visión, al parecer, ligada a tristeza, melancolía o depresión, provocó el origen del “Blues”. Azules que compendian en el índigo, el tinte del desconsuelo capaz, no sólo de influir, como género musical, en la música popular del mundo entero, sino de amalgamar dentro de un abstracto habitáculo completamente azul un sorprendente arco iris creando una inesperada y, por otro lado, armónica y extraordinaria “Cámara azul de la confusión”. Pero no una confusión al estilo alocado del camarote de los hermanos Marx, sino una amalgama musical muy cercana al Tulsa sound, es decir, cualquier género originario de ese “Blues” que, aún melancólico, guarda una belleza y una euritmia embelesadora y fascinante como la que fue posible disfrutar el pasado día quince de octubre en un análogo lugar, Bar Forum. En el número sesenta y cinco de la calle Mariá Aguiló de la siempre layetana ciudad, ésta particular estancia capaz de alojar y mostrar una bien distinta gama de colores musicales, tuvo como actuación estelar a unos habitantes por autoría de esa pieza añil del engatusamiento, “Blueroomess”.



 Paola Graziano, voz; Juanma Casado, guitarra acústica y coros; Sergio López, percusión; y Aaron Feder, pedal Steel; comenzaron su particular ‘mess’ con brochazos de “Grandma’s Hand” de Bill Whithers y pinceladas de “Going to California” de ‘Led Zepelin’ creando la ojiva polícroma con dos temas propios, “Blue Room” y “Rebel Soul” al que se añadieron trazos de “Guitar Rolls”, “Wayfaring Stranger”, “Sam Sam” y “Ghost Riders in the Sky” del imperecedero Johnny Cash. Un arco iris de folk, rock y blues, que mantenía alegre y eufórico a un público que, lejos de dejarse llevar por ese “Blue devils”, presente casi en todo momento, eligió la travesura y el jolgorio del sátiro y se impregnó, cual niño en el barro, con los colores pastel de ese imagen refractaria polícroma. Imbuidos por el ‘blue’ que adereza “Bluerromess”, se dejaron cautivar por la inclasificable voz de Paola, capaz de tomar cualquier registro vocal y moverse al ritmo de una guitarra acústica, la de Juanma, cuyo sonido se convierte en una voz que recorre su cuerpo, en un vocablo que ensalza sus curvas cargado de rima y asonancia creando un eco en el que se enriquece la metalicidad, quizá más ligada a las estrellas que a lo terrenal, del Pedal Steel de Aaron. Extrayendo una arrítmica uniformidad cargada del lenguaje de la naturaleza, ensalzado por la particular batería de Sergio, y no porque ésta sea una maleta-batería, sino por la cadencia perfecta que finaliza e inicia ese arco iris encerrado en la azulada habitación. 



Lanzándose hacia el total de veintitrés temas, contando los ya cantados, con un pequeño descanso donde Jodie Cash y Spelt Speed Tony, vocal y guitarra de “Jodie Cash Fingers” cantaron un tema de ‘Susan Tedeschi’, “Little by little”y un tema propio “Rollin’ Swingin” con esa esencia de rock & roll clásico y rockabilly genuino arrolladoramente cercano. Próximo, no sólo por encontrarse entre un público agasajado y eufórico por la inesperada sorpresa, sino afín por la rica y elegante voz de Jodie y la cercanía de Tony rasgando la guitarra como si estuviesen en familia. Y, no hay duda, así era, Paola, como perfecta anfitriona, sin dejar de interactuar al igual que Juanma, Sergio y Aaron, había creado ese clímax familiar muy cercano a la de la lejana Tulsa, aun después de los dos temas finales, el propio de la banda, “Words I didn’t say” y, con ese brochazo azulado de la banda, “Riders on the storm” de The Doors, acercándose más al clásico country del tema que, dicen, está inspirada. Se despidieron ajenos a la realidad que habían conseguido, no encerrar, pero sí mantener a su público, incluso más tarde ya alejados del Bar Forum, dentro de esa “Cámara azul de la confusión”, en el interior de una música con sello propio en tinta color índigo, “Blueroomess”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

sábado, 15 de octubre de 2016

Dirty Rockets - Rocksound Bcn

Dirty Rockets
Ciclo Cara Acaraperro
Sala Rocksound - Bcn


Cuando una idea aparece, asemeja el instante anterior a que un grupo, tras ascender al escenario, comienza a lanzar la primera nota. Durante una milésima de segundo un pesado silencio parece apoderarse del mundo, un instante donde se acumula el peso de cientos de horas de ensayo, incontables minutos de creación salteados por la aquiescencia, la autocrítica e, incluso, la auto humillación. Un momento de duda, alegría, pavor e, incluso, ansia de salir corriendo, un santiamén que, lejos de pasar veloz, parece ralentizarse hasta la agonía y la desesperación idéntica a la que agrede cuando nace un planteamiento. Una idea imposible cuya consecución es poco más que una quimera, una ilusión irrealizable aparecida en la sinrazón para atormentar hasta llevarla a cabo. Esbozos maquiavélicos que, en ocasiones, se convierten en sólidos proyectos, en propósitos plausibles como el ciclo que se está llevando a término, en su tercera edición, por parte de Producciones Acaraperro. El “Ciclo Cara Acaraperro”, hermanado con el llevado a cabo, ya en su sexta edición, por “Izar&Star” en Euskal Herria, nació con el talante de ésta productora musical, a saber, ilusión y una necesidad innata de seguir creyendo en la música. Con las mismas formas que les llevaron a crear su plataforma, saltando al vacío sin permitir que el desánimo les acongoje y la intención, ya demostrada en los ciclos anteriores, de mostrar la riqueza, diversidad y alto nivel del pop-rock hecho en tierras lacetanas. Proponiendo una selección de grupos de reconocido prestigio que, junto a su repertorio, reinterpreten bajo su propio enfoque un destacado disco, artista o género de proyección universal a modo de regalo para el público local. La primera ofrenda para el respetable fue entregada el pasado día catorce de octubre en la inauguración de la edición del “III Ciclo Cara Acaraperro” en la Sala Rocksound, en el ciento dieciséis de la calle de Almogávares, de la siempre layetana ciudad. Los retoños del Blues y el Punk, “Dirty Rockets” aceptaron la propuesta y se pusieron en el pellejo de los míticos ‘The Sonics’ y su clásico, “Here are The Sonics”. 



Chaqueta, camisa y pantalón de un mismo color negro roto por el rojo de la corbata tomaron el entablado, Sergi, batería; Rivero, bajo; Álvaro, guitarra; y Edu, saxo y voz; rompieron ese inicial instante de pesado silencio con las baquetas de Sergi, golpeando con rapidez, como manda el tema, dando pie al bajo de Rivero y la guitarra de Álvaro a preparar el terreno para que Edu de voz a “The Witch”, el primero de los temas del disco con el talante inconfundible de “Dirty Rockets”. “Do you love me”, “Roll over”, Boss Hoss” y “Dirty Robber”, sin buscar un homenaje a Gerry, Larry, Bob, Andy o Rob, sino con la veneración de quien, no sólo los ha tomado como referencia, sino como devoción. Pero con la cortesía y la elegancia de ésta banda cuyo colofón es, precisamente, su imagen distintiva, la cual se va despedazando sin abandonar en ningún momento el estilo y la gracia, conforme el calor de los focos empapa sus ropas. “Havel ove will travel”, “Psycho”, “Money”, “Walking the dog”, “Night time is the richt time”, “Strychnine” y “Goog golly Miss Molly” dió por terminado el reto frente a un público que, además de dejarse llevar por la buena música, se encontraba en completo “Good golly”. 



Deleitándose con el buen hacer del inconfundible sello de “Dirty Rockets” y esperando, cómo no, continuar con el lema tan rockero y punk plasmado en su último trabajo, “Death or Fun”. Y, todos, eligieron ‘diversión”, comenzando ese esperado repertorio con “Shake station” y “Give it up”, tan diferentes pero con esa distinción tan propia, enajenan al respetable ávido de más. “Resurrección”, “Devil’s wife”, “Psychotic” y “Mass control”, barajando temas de otros trabajos, alguna versión y de ese intercambio de lenguaje en sus canciones. Como las influencias musicales desde el rock más clásico, evocaciones del surf, algo de pub-rock y mucho punk rock, donde la guitarra de Álvaro se permite largos punteos y rasgados, junto a la más que presente carencia del bajo de Rivero, liberado del variante ritmo de la batería de Sergi, mientras Edu, se hace presente con su voz desenfrenada cuando no se deja llevar por la magia de su saxofón. “Jenny” “Cinderella”, “Sonic Reducer” “One, one track mind” y, desde luego, una fuente más de la que han bebido “La Banda Trapera del Río” versionando “Ciutat podrida”, antes de acabar con “Luces, humo y alquitrán” y “To love, to cry, to run”. Una inauguración del “III Ciclo Cara Acaradeperro” que, de nuevo, consiguió más que complacer a un respetable reacio a abandonar la layetana Sala Rocksound, gracias a la sabia elección de un grupo como el prestigioso “Dirty Rockets”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

sábado, 8 de octubre de 2016

Mantequilla Voladora + Puk-2 - Sala Matisse

Mantequilla Voladora + Puk-2
Sala Matisse - Valencia

Que Puk-2 fuera la banda propuesta por Mantequilla Voladora para acompañarl@s en la presentación del disco de est@s, no es casualidad, es una de las bandas que les ha influenciado a la hora de hacer su música, esto es lo que dicen en las distintas entrevistas que he oído de ell@s.
La noche se presentaba bien, Punk Rock, Pop Punk (esto del Pop Punk no llego yo a asimilarlo) mi tipo de música preferida, y por Lou que fue increíble. Los de Burriana empezaron bombardeando con Astros sin suerte, Sportcore, Telegrama Urgente, canciones llenas de creatividad, llenas de vida.


Fan 2, bajo y voz, Draky batería y Raúl, Guitarra y voz forman el Power Trío más contundente que he visto, Punk Rock sin concesiones, uniendo canciones para que la peña no descanse de empujarse y saltar. Hablando de saltar, Fan 2, tremendo bajista y una de las dos voces, lo tiene muy claro, le queda pequeño el escenario.  Con "Bala Perdida", "Viven!" y "Barco Fantasma", seguían insistiendo en que la música está para vivirla. Draky el batería no deja una nota al aire, rotundo y tajante con los palillos, llena la sala de cañonazos con sus golpes. Raúl es una de las dos voces de Puk 2, se deja llevar por los magníficos toques y acordes de su guitarra hacía el universo Punk, y me gusta. "Desafío Total 2", "Mi Batallón", "Final Fatal" y "Rugido del Kraken", fueron las cuatro últimas canciones, pero con un total de diecisiete, hicieron que mi vida tuviera sentido durante esa hora y cuarto.


“182” es el primer disco de Mantequilla Voladora, la banda más joven de Punk Rock con disco en el mercado de Valencia, y me atrevería a decir de España. Volvían a la sala Matisse después de dos años de la presentación como grupo para presentar su disco “182”, trece canciones hechas con el corazón de tres estupend@s músic@s, Sergio, bajo, Ophelia, batería & Iosune, guitarra y voz.
Un año les ha costado sacarlo, el hecho de estudiar y la lejanía entre sus ciudades ha sido la causa, el cd autogestionado de principio a fin ha salido a la venta por cinco euros, ahora esperemos que como casi todas las bandas que empiezan en esto del Show Bunnisses  puedan pagarlo con actuaciones y ventas del álbum.


Con "Otra Vez", primer single y vídeo, empezaron el proceso profundo, estimulador y enaltecedor de la actuación, con un público joven y excitado no les fue difícil pasar a "Como Niños" o "TV Rocks", en esta última Ophelia crea vida de una batería al principio inerte, sus dibujos y su forma de tocarla me recuerdan Sandy West aunque si Sandy tocara ahora (no lo puede hacer por razones obvias) lo haría como Ophelia. "Naranja" dió paso a la única versión que hicieron, "American Idiot" de Green Day, banda de clara influencia en el grupo. "Jugadores de madera" es la canción más tranquila del disco y que va dedicada a la amistad, palabra esta que hoy día much@s rebajan hasta la degradación pero que en voz de Iosune hace que se llene de lealtad, cariño y amor.
"Dirty Copa" y "Writer", hicieron que la sala estuviese en punto intenso de ebullición, por eso descaradamente suenan los acordes de la canción que da titulo al disco "182",  canción de desamor, al que parece que el álbum este dedicado.- “182 son las veces, que te has ido para no volver…”  siguen "Kahlan", "Que más nos da", "Historias para no dormir" y "Muñeco de Nieve", en ésta, Iosune a mitad de canción se quita la guitarra y se la da a  Carlos, guitarrista y voz del grupo Flightcase, los cuatro acabarían la canción en perfecta armonía.


Con las caricias de los acordes al bajo de Sergio, único hombre del la banda, formidable músico y enorme persona, suena la última canción, su segundo single y vídeo –con el guión, la dirección, la producción y el montaje de Mantequilla Voladora- Peces en el mar, canción que puso l@s asistentes a cantar y bailar, esta se la sabían tod@s, lleva 4600 visitas en You Tube.
La gente se quedo con ganas de más así, el bis, se convirtió en una Jam Sesion subiendo a la batería Sergio y al bajo Carles, los dos componentes que faltaban de Flightcase  además de Elisabet Gang, vocalista de The Splizzy Gang, como no, Basket Case de Green Day fue la elegida para acabar una noche que ​​​​​​​​ tod@s l@s asistentes recordaremos como la noche que la banda más joven en la historia del Punk Rock valenciano y seguramente de España, presentó su potente, esplendido y magnífico disco, “182”.

Texto y fotos: Iziar Kuriaki.

Estallido + Jolly Roger Band - Monasterio

Estallido + Jolly Roger Band
Sala Monasterio - Bcn


Aquello que llaman mundanidad, esto es, casi el noventa y ocho por ciento de la población es, precisamente, el crisol donde se funde el metal que constituye las formas sociales y las tendencias. Es, en esa “frugalidad”, donde el autoerigido dos por ciento de excepcionalidad cimenta su distanciamiento nutriéndose de la genialidad, de la espontaneidad de intelectos privilegiados capaces de enriquecer cualquiera de las ramas sociales, deportivas, musicales o intelectuales. Ejemplos, hay muchos, pero de entre todos ellos podría elegirse el ámbito social y el deportivo, donde encontramos a las bandas “Estallido” y “Jolly Roger Band”, que derrocharon excepcionalidad el pasado siete de octubre en un lugar, Sala Monasterio, en el treinta y tres de Moll de Mestral, de la siempre layetana ciudad. Cuyo entablado, cubierto por la pátina de la originalidad y el ingenio musical de bandas locales, peninsulares y allende la norteña cadena montañosa que íberos o vascos conocían como ‘Ilene os’ (Montes de la Luna). Fue asaltado por aquellos que navegan con vientos huracanados de punk rock bajo estandarte pirata, “Jolly Roger band”. Raül (Suburban Rebels, etc.), batería; Serra (Dr. Calypso, etc.), guitarra; : Gos (L'Odi Social, etc.), bajo; Omar (Opció K-95, etc.), guitarra; Esteve (Oi! Tant!), y Xavi, voz; con el desparpajo del ufano seguidor de balompié mostraron su tarjeta de presentación con la primera de las dieciocho versiones, una de ellas muy particular, “Antifa Hooligans”. 



Evidenciando, no sólo que un seguidor de ese deporte tan vituperado y ligado a poco más que grupos de gente violenta sin cerebro, es capaz de hacer la “o” con un canuto, sino que, además, pueden regalar buena música. Como la que desperdigaron, incluso más allá de las acristaladas fronteras de la sala, capaces de hacer arribar sus perfectas notas hasta el último rincón, continuaron con “Song 2”, “If the kids are United”, “Gotta Go” y el himno del Fútbbol Club St. Paulí alemán, “Das Herz von St. Pauli”. Del cual todos ellos son aficionados y socios de una peña oficial del club y que, en dos mil doce, les llevo a grabar, por algunos de los que hoy son miembros de la banda y por otros peñistas, un video clip de una versión de "Oh vell barrabàs" de ‘Skatalà’, algunas de cuyas miles de reproducciones fueron hechas desde el territorio teutón propiciando que fuera emitido en el segundo festival bianual del club, al que fueron invitados. Un tema que, esa noche, sonaría tras “Urroztarra”, “I’m forever blowing bubbles” y “Mierda de ciudad”, continuando con el clásico himno del equipo de la ciudad de ‘The Beatles’,  “You’ll never walk alone”  para pasar a un himno, bien distinto y, a la vez, idéntico de ‘The Ramones’, “Blitzkrieg Bop”.



 Un curioso “St, Pauli belongs to me”, Wir sind zecken”, “Frana la curva” de ‘Erode’, “Per la victoria”, “Viva la revolución”, “Salve” de “La Polla Records” y finalizando con ‘Kortatu’, “Zu atrapatu Arte”. En un rápido y directo epílogo que aunó aún más a sus seguidores, un público que vitoreó cada uno de los temas cual si se encontraran cantando el epinicio de su club o esos himnos en que se han convertido todos los temas versionados. Un respetable capaz de disfrutar la música de “Jolly Roger Band”, un buen libro, una buena película o, a los siguientes en ascender al escenario, “Estallido”, una banda inspirada en la música de aquellas tierras de Marley y Luther King, cuyo resultado, según califican ellos mismos, es una explosión de “Reggae Sucio Callejero con tendencias Funk y ritmos Calypso”. 



David Difunto ‘Rockatansky’, voz; Sergi Marcial ‘El Tigre’, guitarra; Marcos Luna ‘El Luna’, bajo; Franc Monsterpunk, guitarra; Nuria Montoriol, teclado; y Carlos Buira ‘Bolo’, batería; tras la intro comenzaron el asalto al repertorio de diez temas con un “Cara a cara” propio, que anima a enfrentarse directamente a la realidad. Que, por otro lado, frente a la enorme estampa de David, el público, lejos de arredrarse deja que sus miembros superiores e inferiores sigan el ritmo de la melodía jamaicana. Regocijándose con la profunda voz, para nada de un ‘Difunto”, lanzada a “El lado oscuro” y “Matar a un ruiseñor”, antes de afrontar “Nunca te despedí”, “Born with a tail” y “Retinas derretidas”· todos ellos versiones donde la influencia del ‘El Luna’ sobre las cuatro cuerdas del bajo, no sólo agregan un toque de nocturnidad profunda, sino que apoya a la perfección el ‘riddim’ marcado por ‘Bolo’. Haciendo volar sus baquetas con la soltura de quién se ha visto en batallas más duras.



Mientras Nuria, oteando bajo el ala de su sombrero, hace volar sus dedos sobre el teclado afrontando otra creación propia, “Bootlickerman (Regreso al fracaso)”. Donde hablan de ese pobre desgraciado que vive únicamente para un trabajo donde siempre será un fracasado, un chivato para lanzarse a la sencillez, también de un tema propio, “Funky Reggae”. Con el que muestran, precisamente, el panorama que se extiende frente a ellos, un público alegre tomado por el ritmo reggae funky, antes de embargarse en “Reggae from the Gheto” de ‘John Holt’ y “Mr. Misery” de “The Aggrolites”, como apoteósico final de su actuación. Con mucho más que la aceptación de un público que, lejos de las paradisíacas playas jamaicanas y la abrumadora ebullición de su capital, sintieron el ritmo, el jolgorio y la buena música de aquellas tierras de la mano de “Estallido”. Una noche de explosiones que comenzó en la portuaria Sala Monasterio, al pairo del aficionado balompédico mostrando que va más allá de esa decrepitud intelectual con la que los ligan y de la onda expansiva, no menos cargada de sabiduría, de los detonantes ritmos de Reggae Sucio Callejero, “Estallido” y “Jolly Jack Band”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez