Jinjer + Donuts Hole + Rise to Fall + Far from Oniria
Sala Boveda, Bcn
No hay duda que la imagen de un elefante en una cacharrería se nos antoja un imposible catastrófico, acompañado de una estrepitosa melodía de cristales, porcelana y metal siendo aplastados, golpeados y estallados contra el suelo. A priori, no sólo podría parecer un espectáculo dantesco sino, además, un agotador estruendo auditivo que podría llevar casi a la locura. En música, quizá, el paralelismo imposible con esa imagen podríamos encontrarlo en el Groove Metal, en Melodic Death Metal y el Metalcore y Hardcore, con esos ritmos rápidos de doble bombo y murallas acústicas coronados por voces guturales, casi de ultratumba, tomando un escenario. A priori, pueden parecer ese elefante en una cacharrería musical, sin embargo, una segunda percepción nos da la sutil y flexible imagen del paquidermo pasando por entre los estantes golpeando la cacharrería con la intención del ritmo y, es entonces, cuando es posible descubrir ese ‘algo que se siente’, un algo que no puede ser definido realmente pero que conmueve y lleva a quien lo escucha allí donde éstos quieren que arriben. Y, a ese punto, de locura mortuoria, amorosa o social, hicieron llegar los cuatro grupos, casi una manada de elefantes, que el pasado día seis de mayo en la no menos paquidérmica Sala Razzmatazz 3, de la siempre layetana ciudad, poco más que tomaron el escenario con sus acordes, “Jinjer”, “Donuts Hole”, “Rise to fall” y “Far from Oniria”. Comenzaron una de las dos bandas locales, con su nuevo vocal, Lázaro Martínez, Alejandro Gómez a la guitarra, Berta Merelo al bajo, David López a la guitarra y Eric Cobo a la batería, “Far form Oniria”.
Y, desde luego, desde ese quimérico lugar asimilaron provenir caldeando el ambiente con “Never met Morpheus”, “Alone and Wandering”, “John Wick”, “Dear youth”, “Buried thoughts” y “Searching for Anubis”, levantando al público con sus guitarras, esa base rítmica atronadora y la acertada voz gutural de su vocal. Un respetable que había entrado en esa dinámica de asumir los brutales ritmos abandonados al movimiento de su cuerpos descansando, un pequeño instante, para encontrarse, de nuevo, arreciados por la marea de los euskeras “Rise to fall”.
Dalay Tarda, vocal; Hugo, guitarra solista; Javi, guitarra rítmica; Txamo, batería; y Asis, bajo; se lanzaron con la mis vehemencia a “Sustention” “End versus Beginning”, “Murk empire” o “Decoding reality” con la que acabaron aumentando la leyenda de una banda que ha tocado hasta en China. Dejando paso al otro grupo local, “Donuts Hole”.
Ariel Placenti, voz; Gun Sato, guitarra; Marco Alejandro Papiz, guitarra; Alejandro García, bajo; Sebastián AG González, batería. Tras la “Intro” que ya auguraba el estilo de metal alternativo con toques de trash, groove y death con el que han conseguido llenar las salas, comenzaron con “Lo que nació en nosotros”, y “Mi lado dominante de mí”, antes de agradecer y encandilar a un público deseoso de convertirse en “armonioso elefante en una cacharrería”. “La verdad”, “Días en la orilla” y “Bajo la piel” , antes de hacer un breve paréntesis para dar voz a su campaña contra el acoso. Axel, sin la pertinente voz growl de algunos de los temas, extrajo una bandera blanca serigrafiada con “Todxs somos parte” ya firmada por los miembros del grupo, en la que era posible firmar para apoyar ésta, lamentablemente necesaria, campaña en apoyo de esas silenciosas víctimas del abuso.
El tema, con el mismo nombre de su campaña, “Todxs somos parte”, se inició con la voz de Axel antes de ese duelo de las guitarras de Gun y Alejandro, parapetado por el contundente muro de las baquetas de Sebastián y el bajo de Alejandro hasta acabar en el amasijo final de voz y notas revitalizando aún más a un público completamente entregado. Tomado por esa atronadora armonía creada por unas guitarras, las de Marco y Gun, rasgando las cuerdas con la profusión de la destreza y la incoherencia del sentido ávido y vívido, parapetados por los cuatro alambres de Alejandro, aún más impalpablemente presente como indispensable puente con la distorsionada cadencia del muro atronador de la batería de Sebastián, por encima de los cuales se eleva la grave voz de un Axel que, interactuando sin cesar con el público hasta llegar a esos dos temas finales, “Lejos del alba” y “Ourteo”, llevaron a la layetana banda y su público hasta ese final apoteósico donde, una vez más, ni músicos ni público, deseaban silenciar los instrumentos, “Donut Hole”, de nuevo, convirtió en realidad la ilusa y repleta de cadencia imagen del elefante en la cacharrería antes de pasar el testigo a los ucranianos “Jinjer”.
Otros paquidérmicos del sonido coronados por su vocal Tatiana Shmailyuk; Roman Ibramkhalilov a la guitarra, Eugene Kostyuk al bajo y Vladislav Ulasevish, a la batería. Se lanzaron sin tregua a su repertorio mostrando el porqué de encontrarse entre lo más alto de su estilo, no sólo por la inesperada voz de Tatiana, capaz de cambiar de eso infernales gritos guturales a la melódica voz casi de soul, sino por el compendio de su música, “Who Is Gonna Be The One” , “Sit Stay Roll Over , “King Of Everything”, “I Speak Astronomy”o “Bad Water” . Llevaron al público casi a perder la razón, perdidos en esas murallas armónicas de Eugene con sus cuatro cuerdas y Vladislav con sus baquetas, casi arrasadas por los seis alambres de Roman, mientras el siempre llamativo cuerpo de Tatiana ascendía y descendía de una improvisada tarima sin dejar de interactuar con el respetable.
Cansado, pero no agotado, de una intensa tarde-noche de Groove Metal, Melodic Death Metal y Metalcore y Hardcore desparramado en la Sala Razzmatazz 3 por una manada de elefantes tocados con la genialidad de arrancar melodía al aparente estruendo de su cacharrería, “Jinjer”, “Donuts Hole”, “Rise to fall” y “Far from Oniria”
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez
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