sábado, 20 de mayo de 2017

Sin Propina + RKeR + Sirius - Jokers House Bcn

Sin Propina + RKeR + Sirius
Jokers House Barcelona - Bcn


Los bosques están considerados como lugares hermosos y relajantes, pasear por entre el enramado escuchando el canto de los pájaros, el corretear de las ardillas y deleitarse con el juego de luz provocado por los rayos del sol abriéndose paso en la frondosidad, se convierte en una de las imágenes más bucólicas conocidas. Sin embargo, la idéntica espesa estampa cubierta, si hay suerte, por la blanquecina luz de la Luna, se torna en páramo de terror tomado por el eco de mil acongojantes sonidos que constriñen la voluntad y dan pie a mil leyendas sombrías cuyo común denominador suele ser un final dramático y sangriento. Es decir, la memoria colectiva toma la batuta y entona el lógico miedo visceral de aquella época primitiva donde la especie humana, principalmente de noche, era especialmente vulnerable, creó esa ambientación sobrecogedora en pos de la salvaguarda de la especie. Y, como ello, ocurre con mil connotaciones sociales, como las largas melenas reposando en fornidas espaldas cubiertas por chaquetas de cuero, especialmente si acaban de descender de una sonora motocicleta o, también, portando un estuche con forma de instrumento de cuerda. La sociedad, una mayoría que, en la actualidad, debería no sorprenderse, hace uso de la memoria colectiva y demoniza esa estampa cuando, no ya músicos consolidados convertidos en figuras inmortales, sino lugares donde, lejos de encontrar alguna leyenda urbana, encontrara familiaridad, diversión y desenfado, muchas veces, incluida música en directo. Como, por ejemplo, ya lo dice su nombre, el “Club Social Jokers” o “Jokers House Barcelona”, un local de motoristas donde es posible escuchar música en directo en un ambiente distendido, cordial y jovial con un único límite, el del respeto. Y, para muestra de ello, de ese derrumbar estúpidos estereotipos amedrentadores, el pasado día veinte de mayo asistieron una bien variopinta, por su diversidad estética y social, cantidad de personas al enésimo concierto de ésta gran sala con “Sin Propina”, “R ke R” y “Sirius”. Tres jóvenes bandas que, a buen seguro, su aspecto podría generar alguna de esas fábulas metropolitanas pero cuya realidad, no es otra que la de engendrar buena música que entretenga y divierta a un público, desde luego, sin complejos. Y, alterados por ascender al escenario, pero sin ningún tipo de problema obsesivo, encabezaron la ocupación de ese proscenio del motor y la brisa del asfalto, “Sirius”.



 Toni, bajo; Simón, batería; Dani, guitarra; y Gax, voz y guitarra; comenzaron con su Trash Metal, Crossover Trash y Hardcore, sin dar tregua a nadie con “Chains”, el primero de los nueve temas propios y tres versiones que tenían preparados para esa noche. Vislumbrando una realidad que aunque gritada y evidente, parece que nadie se percata, si bien, ellos no cejan en constatar, “Progress” y “Born in misery”, al son de esos palos alados de Simón, incuestionables y contundentes marcando la acelerada cadencia apoyada por las gruesas cuerdas del bajo de Toni, moviéndose imparable en el corto espacio del que dispone.





 Dani, aparentemente más comedido, rasga las seis cuerdas de la guitarra a una desproporcionada velocidad creando la obligada barrera adosada con la guitarra de Gax y, desde luego, su voz, delatadora y atronadora espetando cada letra que compartió en un tema con Joe, vocal de “Fuck Off” “Starve”, “Insane”, “Power metal” y "Fucking hostile”, intercaladas entre las versiones de “Judas Priest”, “Diamond”, de “Motorhëad”, “Ace of spades” y la última y tema final, “Nos vimos en Berlín” de “Sociedad Alcohólica”. Jaleando al público, ávido de la brutalidad y fuerza de su música e incapaz de mantener uno sólo de sus músculos inmóviles, tomados por completo por la avalancha musical de éstos layetanos, “Sirius”. Los siguientes en ocupar el escenario rutero fueron, los también locales, “R ke R- Tributo a Reincidentes”.



 David Viles, voz; Bea, batería; Rul, bajo; Siles, guitarra solista; y Peeper, guitarra; comenzaron su particular homenaje a aquellos que, como todos, se sienten víctimas de un país libre al que el odio rompió, “Reincidentes” con un tema que, en cierto modo, resume el carácter de los grupos y de la propia sala, “Gracias por venir”. Una bienvenida muy particular que inició el repertorio de dieciséis temas donde la consciencia de la estulticia alrededor del “Grana y oro” ya, si quiera, provoca “la rabia”, sino que se toma como “Un día más”, como cualquiera de los de “Carmen”, ‘¿habrá solución a tanta frustración?’. No hay duda, hay que seguir gritando desde el escenario, “Mi balcón” o en las calles, siempre “Aprendiendo a luchar” y tomarse respiros en lugares como “Jokers House Barcelona” donde cantar aunados el “Himno del bar”, siempre resonará en “La ciudad de los sueños”, cual libertinaje del ser, porque sin “Vicio” no se puede estar.





 Menos aun cuando se pone la radio o el televisor y “Camela 3” da la información más veraz, esa que a todos les pone “Jartos de aguantá”. Y nadie, nunca, pedirá perdón, mucho menos un público que se dejó arrastrar por la voz de David, interactuando en todo momento con el respetable, incluso compartiendo micro con Oscar Cabezas de “A golpe” y Marc de “ADN” O, Bea, golpeando las baquetas, casi, como Manuel J. Pizarro, a la altura de Peeper con las seis cuerdas o las cuatro alambres de Rul. “R ke R”, una banda que toma el reflejo de aquellos capaces de iluminar un oscuro bosque, “Reincidentes”. E, incorregibles e indisciplinados con denominación de origen, también fueron los arribados de tierras falleras, “Sin Propina”.



 Aris, voz y bajo; Javi y Vadik, guitarras; y Pablo Sanz, batería; desplegaron su verborrea demencial e imputativa a lo largo de dieciséis  temas de “Rock y nada más” acuñados con los aires de la albufera. “El tejado”, “La buena cara”, “Vuelve a caminar”, “Adiestrados” o “Ellos dicen mierda, nosotros amen”, llevaron al público a ese punto de rebeldía y clarividencia, desde luego no de adivinación, sino de constatación, agitados por la constante interacción de Aris, incapaz de reprimir sus dotes de enaltecedor de masas, siempre sometido a esa base rítmica, compartida con las incesantes baquetas de Pablo, de la que sus cuatro cuerdas, sin escapar, en ocasiones sobresale con la gravedad característica del bajo.



 Rodeado por los constantes rasgados y compartidos punteos de las dos docenas de alambres de las guitarras de Javi y Vadik, Vadik y Javi, incansables si quiera, cuando, tras “la gran mentira”, “Falsos dioses” y “El Pajarillo”, arribaron al último tema, “Canción pa’unos colegas”. Y, colegas, ya eran el público asistente, coreando estribillos y jaleando cada comentario de Aris, porque su “Rock nada más”, es mucho más que eso, es música que enaltece el carácter y no deja quieto el cuerpo, “Sin Propina”. En una noche, larga, como únicamente puede ser en salas como “Jokers House Barcelona”, donde aquellos que, realmente viven en ésta acomodaticio siglo veintiuno, no caen en arcaicas memorias colectivas y disfrutan de un entorno de buena música, mejor ambiente y, desde luego, grandes bandas en directo, como “Sin Propina”, “R ke R” y “Sirius”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez

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