sábado, 29 de diciembre de 2018

Los de Marras - Sala Salamandra

Los de Marras
Sala Salamandra - L´Hospitalet de Llob.


La adversidad comienza desde el momento que, una vez nacidos, golpean nuestras nalgas para dejar de ser pez y convertirnos en humanos. Esa inicial aspiración que abre los pulmones es el primer revés que da la vida, la iniciática llamada de atención en la cual es posible entrever que, esto, vivir, no va a ser especialmente fácil. Una dificultad acrecentada para más del noventa y cinco por ciento de la población que, afortunadamente, echa mano del desenfado y, hasta cierto punto, frivoliza con la realidad. A veces con una sonrisa pintada en la cara y unas grandes zapatones, otras narrando en clave de sátira la cotidianidad y, algunas, convirtiendo en poesía la crudeza al son de ritmos que enaltecen el ser, necesitado de instantes de ficticia rebelión. Revueltas y muestras de realidad repletas de denuncia en las que son expertos los trovadores procedentes de la siempre ciudad Edetana, que recalaron el pasado día veintinueve de diciembre en la Sala Salamandra, situada en aquellas tierras junto a la ciudad Layetana cuya población creció alrededor de una Torre Blanca, “Los de Marras”.



Agustín Crespo, voz; Iñaki Alonso, guitarra; Daniel Añó, bajo; Nelo Vidal y Daniel Guerrero (Warrior), guitarras y voces; y Pau Doménech, batería; iniciaron el repertorio de veinticinco temas con, quizá, el que mejor les representa a ellos, su carácter y ese Guarrock que les ha llevado a estar más de veinte años sobre los escenarios, “Poeta”. Esa oda al rapsoda perseguido por ese cinco por ciento incapaz de entender y, aún menos, permitir ese mensaje deliberado, fue la que inició la chispa de un público, en su mayoría, víctimas y protagonistas de lo que narran sus letras. Como la siguiente “De qué se ríe”, con la que, aún estudiantes y obreros poniendo los puntos sobre las íes, denuncian la risa sardónica del Ministro que, a buen seguro, está puesto de “Hierbagüena” aunque apoye campañas con el lema “qué mala es la droga” cuando, y ahí son conscientes, hasta ese maldito cinco por ciento, ha debido gritar un agónico “Escápate”.



 Porque, tanto público, rendido a Los de Marras, como ellos, condenan la execrable sangre que nutre infames recuerdos, evocaciones, bien distintas a las de “Cuesta abajo”, donde la crudeza de cualquier enfermedad, concretando en la detestable del cáncer, impensablemente aún resistente a la medicina, hace aparecer el auténtico ser entrañable y sacrificado que, casi todos, llevamos dentro. Para pasar a otra lucha, a ese otro ente que exhala la necesidad y que nos puede convertir en “Diosa de la noche” e intentar esquivar esa “Medolía” que convierte a los hijos en carne de cañón, porque los pilares se tambalean y hay que hacer “Malabares” para no ahogarse en los bares porque, igualmente que ese público que corea y canta cada una de las letras, están “Rotos”, sus sueños son juguetes rotos que empujan a preguntarse “Ser o no ser” y si realmente son el “Futuro”.



 Cuando el “Vivir es +” que respirar, es notar que un sueño aprieta y esperar que no nos lleve a ese “Ahora” donde hay un reloj que va al revés y en los ojos hay un túnel sin final que te deja malherido en un “Cada día”, que en ocasiones, es positivo y te deja “Revolviendo” y empezando de nuevo, volviendo a creer en el “Compadre”, recorriendo juntos el desierto con una cerveza y dos canutos. Pensando que es posible dejar de ser “Superinferiores” cuando los pueblos que luchan en guerra se maten a besos, pero su corazón “Arde” a fuego lento en cada canción porque no se pueden acostumbrar a andar al lado fácil de vida. Realistas aunque idealistas creyendo que llegará tarde o temprano el “Despertar” de los sin voz, muchos de ellos entre su público, detectables porque jalean casi roncos lo “Perdido”, lo extraviado y no precisamente mi verso o mi musa, sino mi voz.





 Y, como el resto, no cejar ni por un segundo de mostrar su fascinación a Los de Marras gritando sin vocalizar, “Pasión por ti” cual enamorado que desea de su enamorada ser virus en su sangre y estar siempre “A tu vera”. Al son de ese ritmo único que crea el público de Los de Marras, que a muchos puede parecer “Ruido” pero que ellos celebran cual orgasmo brindado a esa gente que les mira, cual “Sexo” en la calle o en cualquier jardín porque siempre es “Hoy”, esa noche, cualquier noche o día con Los de Marras, siempre te levantas de puta madre. Flipando con el cielo y sus colores, consiguen con su música a la que, esa noche, pusieron fin con ese tema, que te sientas aún mejor echando unas birritas y poniéndote a divagar que, a pesar de tanta mierda, aún estamos vivos “pa’gritar” que una vez más el concierto estuvo de puta madre, flipando como siempre con Los de Marras.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez

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