domingo, 3 de julio de 2016

Klandestino + Antibanda - Nevermind Bcn

Klandestino + Antibanda
Nevermind Bcn


Desde que la humanidad recuerda, la opresión del individuo por parte de una minoría elitista y desalmada, ha regido su existencia. A lo largo de los años ha habido distintas sublevaciones, unas con más dramatismo y resultados a corto plazo que otras. Sin embargo, si bien han cambiado, en según qué sociedades, el estado de bienestar de esa gran mayoría; en realidad el despotismo sigue rigiendo la vida de nuestra especie. Si bien, esas sociedades llamadas a ser el triunfo del trabajador, no son más que el ejemplo de unas libertades placebo que han sometido aún más al individuo. Alejados de esa tiranía descarada de países donde la vida ha perdido todo valor, la artimaña del supuesto acceso a la libertad de expresión, el libre albedrio y el status similar al de esa minoría elitista y desalmada, ha condenado al ser humano a las cadenas del plástico. Esa economía plasmada en las pantallas de los cajeros automáticos, cuyo valor, en realidad, no va más allá de un simple “Delete” como emblema de esa estafa maquinada para crear una opresión mayor e inmune a cualquier intento de rebelión. Alzamiento frustrado por la carencia real de moneda y, no hay duda, por el talante servil y apocado de esa gran mayoría dependientes de voceros capaces de ver la realidad tras el falso velo color rosa. Figuras eminentes como, por ejemplo, los componentes de dos bandas de punk rock, “Klandestino” y “Antibanda Street Punk”, que el pasado día tres de julio, regalaron la denuncia empírica a todos aquellos que asistieron a su concierto en una de las salas referentes del punk y el skate de la siempre layetana ciudad, “Nevermind 2”. Dos grupos, el primero local, cuya denuncia no es baladí, quizá porque ambos, compuestos por nativos de aquel país allende el Atlántico y hasta no hace mucho regido por un presidente llamado Humilde. Están imbuidos por esa pátina, no ya de humildad, sino de realidad y hartazgo que les ha llevado a esa delación de la realidad que comenzó con “Antibanda Street Punk”.



Camila Tornatore “CamilyBoop”, batería y Marcelo Castellanos “ELKBZA”, voz y guitarra. Iniciaron su ritmo frenético de punk setentero presentando su último trabajo, “Gilipolla Records”, con uno de los dieciséis temas ese último LP, “Buchón”. El primero de los catorce que tocaron, donde hablan, no precisamente de un palomo de buche hinchado haciendo la corte a la paloma, sino poniendo en evidencia la figura del chivato, el buchón. Quizá en un paralelismo con la traición social de esa “América sudaca” a la que cantan y que no se diferencia mucho de esa realidad “gallega”. Continuaron con “Pato Vica”, “Pedro”, “Morroni”, “Piñata, fútbol y cerveza” y “Washington”.



Con la eterna sonrisa de CamilyBoop manejando las baquetas a una velocidad desorbitada y “ELKBZA” interactuando con el público, descendiendo del escenario armado con su guitarra, hasta llegar casi al final del concierto. Donde, para sorpresa del respetable, lanzado a poguear y coreando sus canciones, “ELKBZA” presentó a dos viejos amigos a los que les une una gran amistad y un pasado musical en el grupo “Rivolta”, del que fue vocal, los hermanos Miguel y Manuel Alférez. Con el primero cantaron, “Piara indecente”, un tema de la mítica banda que fundaron ambos, “Decibelios” y, con el segundo, Manolo, siguió dejándose fotografiar mientras se lanzaba con “Me pica un huevo”, “El Punky” y, para acabar, “Sucio Policía”. Mostrando, no sólo el porqué de su larga gira por todo Sudamérica, sino el talante de réplica y rebeldía de una música de autor y capaz de llegar, encandilar y estimular a un público reticente a aceptar el fin de su actuación, la de CamilyBoop y ELKBZA, “Antibanda Street Punk”. Afortunadamente, sus paisanos, grandes músicos que decidieron crear su formación en la ciudad layetana, asieron rápidamente el testigo y ascendieron al escenario sin casi dejar respirar al público.



“Klandestino”, Hueso, voz; Alexis, guitarra y coros; Mauricio “El Pil”, bajo; y “Bestia”, batería; cuyas baquetas comenzaron como un tiro con el inicial “Tu cabeza”, el primer tema de los catorce que conformaron su continua y acertada delación, que continuó con “Persecución”, “Spanish Revolution”, antes de invitar a “ELKBZA” para compartir el tema, “¿Y ahora qué?” de “La Polla Records”. Y continuar, no “A la deriva”, sino con “Desobediencia”, con Hueso compartiendo pogos con su público, tras haberse lanzado sobre ellos, sin perder en ningún momento la letra de la canción. Mientras “El Pil”, golpea las cuatro cuerdas arrancando a su bajo el consistente y cadencioso sonido grave. Sin luchar con los rasgados continuos de Alexis, blandiendo el mástil de su guitarra como artesano del sonido al son de ese sonsonete rítmico, cual cientos de voces de manifestantes, extraído por “Bestia” con sus baquetas.



Todo en conjunto creando ese punk rock que hace bullir la sangre de quien lo escucha, casi en un provocativo estado de insurrección. Cuyo colofón, “Klandestino”, lo centra en su tema “Los tipos de arriba”, llevando a los sudorosos asistentes casi a salir a la calle esgrimiendo eslóganes de insubordinación quizá, a causa de la evidente desazón ante el final del concierto. Aunque, probablemente, porque su asistencia al concierto evidencia, su acierto musical y consciencia de esa necesidad de rebelarse y negar el placebo servido en bandeja de papel de plata por parte de esa minoría elitista y desalmada que, inquieta, observa desde lejos. Temerosa de esa capacidad para ver e intentar rasgar ese rosado y tupido velo, en ocasiones, a través de eslóganes denuncia y auténticos himnos como en los que se está convirtiendo el punk rock de las dos bandas que repartieron rabia y buena música en el “Nervermind 2”, “Antibanda Street Punk” y “Klandestino”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

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