sábado, 11 de noviembre de 2017

Boni + Puerta 104 - Sala Boveda

Boni + Puerta 104
Sala Boveda - Bcn
11.11.2017

Dice la leyenda que los rockeros acaban todos en el infierno, pero parece que esto poco o nada parece importar a los que todavía militan en el movimiento. Es más, casi podría asegurar que hasta les gusta, y no poco. Sobre todo cuando el infierno se llama Bóveda y su programación es una de las más destacadas de la ciudad cuando hablamos de rock estatal en estos momentos. Porque los que gestionan la sala han hecho suya la necesidad de dar visibilidad y voz a un movimiento que, aunque no ha sabido (o podido) renovarse como en anteriores generaciones, sigue estando vigente como plataforma activa para la reivindicación, la cultura y la diversión a partes iguales. Y los fieles que cada semana se citan ante sus puertas así lo confirman.
Empezó el concierto con el grupo PUERTA 104, banda barcelonesa que comenzó su andadura en 2004 y que este año, después de idas y venidas por causas varias, han vuelto a retomar su actividad.



 Siento no poder dar mi opinión sobre su actuación porque no llegué a tiempo, pero me consta por la gente con la que hablé, que hicieron un buen bolo y caldearon el ambiente hasta dejarlo en el punto justo de ebullición para que la salida del cabeza de cartel de la noche fuera lo más plácida y caliente posible.



Y es que cuando BONI apareció en el escenario, el griterío de la gente era más que notable. Se palpaba en el ambiente el aprecio y cariño que todo el público le profesa. Y calurosa fue su bienvenida cuando empezaron a sonar los acordes de “Pruébame”, canción que encabeza su segundo disco en solitario y que es uno de los imprescindibles de su discografía. Un tema de puro rock que es capaz de abrir los conciertos dejando a la concurrencia preparada para lo que se avecina. Que no fue poco. “Si sabe a rock and roll, saca la lengua”.


Muchos se sorprendieron del formato trío en que se presentó la banda, aunque este extremo ya había sido desvelado semanas atrás por el propio BONI a través de las redes sociales. Y quien ya lo sabía, como yo, serias dudas tenía sobre cómo temas pensados para dos guitarras se podían trasladar al directo con una sola, siendo ésta única la del propio BONI que, además, pone la voz a todos los temas. Pero para ser honestos, entiendo que detrás hay un gran trabajo invisible para la mayoría y una nueva manera de trabajar, y la rotundidad y claridad de la guitarra se alternó según requirió cada tema hasta el punto de que no se echó de menos a nadie y se pudo valorar y apreciar la gran labor de adaptación que se ha hecho a cada uno de ellos. Hasta diría que se encontró más cómodo que nunca sintiéndose protagonista único y principal, sabiéndose bien arropado por sus escuderos al bajo Juantxo y a la batería Nahiak Nahi.


Aprovechó BONI la primera parte del concierto para sacar a relucir la mayor parte del disco “Incandescente”, para presumir de un redondo que, en otra época y contexto, hubiera pegado tan fuerte como cualquiera de sus discos facturados con su banda madre. Temas como el que da título al disco, “Crónica de Iguala”, “Incomunicado” o “Cuchillas” se fueron sucediendo de la misma manera que hace justo dos años en la sala Sidecar, cuando lo presentó. Una primera parte con “Peligroso animal de compañía” como punto de inflexión, antes de atacar al respetable con una buena tanda de hits de Barricada, que quizás algunos era lo que venían buscando, a la vista de la respuesta y el fervor de los allí reunidos.


Bajo mi punto de vista, y como opinión personal no compartida por la mayoría de gente con la que hablé a posteriori, en este momento dos cosas me rondaron por la cabeza. La primera fue el casi idéntico guión del concierto de hacía justamente 2 años en la sala Sidecar, con prácticamente los mismos temas. Echando de menos la que para mí es su mejor canción “Contigo un secreto”. Hubiera agradecido un meneo más considerable a su discografía. El otro gran “pero” es el incomprensible olvido al que somete a su primer disco, más cuando lo acaba de reeditar en vinilo con todo tipo de lujos, detalles y parabienes. Creo que haría bien rescatando alguna de esas piezas que, salvando los 25 años de distancia entre ellas, nada tienen que envidiar a las de más reciente factura.


Empezó entonces una segunda parte con temas de Barricada en los que la gente enloqueció y canciones como “Cierra los ojos”, “Callejón sin salida”, “Obsesión”, “Bajo Control” o “Pasión por el ruido” recuperaron esa vida efímera en directo que la mayoría de seguidores de la banda echamos de menos en nuestro día a día particular. Y es de agradecer que los temas más clásicos como “En blanco y negro”, “No hay tregua” u “Oveja negra” no formen parte de este repertorio, dando protagonismo a otras canciones que, siendo igual de importantes, estuvieron en una segunda línea en la época dorada del grupo.


“Okupa”, “A toda velocidad” o  “Esta es una noche de rock and roll” dan argumentos a todos los allí presentes para saltarse el protocolo y gritar, saltar o sentir con pasión el ruido que en esos momentos estaba golpeando nuestros tímpanos. Hasta que se fue. Mejor dicho, se fueron. Porque BONI es él pero también es su banda, a la que hay que reconocer su buen hacer en todo momento y su aportación al muro sónico en que se convirtieron todas y cada una de las notas que durante todo el minutaje interpretaron. Y con ese porte y templanza de quien sabe que hace las cosas con la mayor humildad, al regresar presentó un tema del disco nuevo que ya ha grabado y que dejó a todos con muy buen sabor de boca, “Chulo”, que le cae como anillo al dedo a quien parece que no le pasan los años.


Y así, sin darnos cuenta, pasaron volando dos horas de rock and roll vigoroso y sudoroso donde BONI y su banda, delante de unos fieles feligreses a los que nada hubiera importado que el concierto se hubiera alargado al menos otra más, demostraron su magnífico estado de forma y la vigencia de su propuesta con un inminente nuevo disco bajo el brazo. Y la sala entera acabó recompensando con un caluroso aplauso y un sinfín de vítores el esfuerzo de un artista que, con toda la humildad del mundo, ha sabido adaptarse a un nuevo rol y, sin ningún tipo de dudas, puede presumir de haber facturado el mejor disco de todos los que compartieron banda con él en el pasado. Y por suerte y fortuna, en breve tendremos buenas noticias sobre su actualidad en forma de nuevo plástico.

Texto: David Domingo
Fotos: Manuel Alferez



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