viernes, 24 de noviembre de 2017

Canal 69 + Chevy Rockets - Sala Boveda

Canal 69 + Chevy Rockets
Sala Boveda - Bcn


Poseso, que no es ‘pues eso’ mal pronunciado, es una persona cuya voluntad ha sido tomada por un ente maligno y, con los ojos en blanco, cae en un estado letárgico realizando imposibles movimientos balanceándose hacia delante y hacia atrás, además de hacia un lado y a otro, esto es, cual si fuese un barco navegando en alta mar pero en cualquier lugar de tierra firme. Y, desde que la humanidad tiene recuerdo oral o escrito, han ido apareciendo en bien distintas culturas y lugares del globo terráqueo siendo, en todos los casos, cuando menos evitados a causa de esa supuesta entrega a algún ser pernicioso de cualquiera de los inframundos. Sin embargo, a finales de mil novecientos cuarenta, esa toma de voluntad de cualquier persona no fue achacada al dominio de una pérfida entidad, sino al poderoso ritmo musical del místico fervor afroamericano llamado por ellos mismos como “Rocking”, en un claro paralelismo a la nomenclatura náutica, “Rock”, que designa el movimiento de los barcos hacia delante y hacia atrás. De ahí, hasta el momento actual, millones de posesos han sucumbido al influjo “maldito” de ese irremediable movimiento corporal, similar al de cualquier navío, perfeccionado y repleto de variantes paulatinamente al cambio de las bien diferencias disonancias armónicas. Creadas por incorregibles contumaces subyugados a la hegemonía de unas constantes tormentas o calmas chichas navegando sobre un mar de pentagramas a bordo de redondas, blancas, negras, corcheas y fusas sufriendo un eterno vaivén llamado “Rock and Roll”. Una oscilación a la que, a buen seguro de forma embrionaria, cayeron aquellos que el pasado día veinticuatro de noviembre, en la más que naval y marítima Sala Bóveda de la siempre layetana ciudad, procedentes unos de la misma ciudad mediterránea y, los otros, de la urbe regente de la tierra de la plata cuyo nombre debe a la patrona de los navegantes, invocaron unos particulares oleajes a modo de “Tour 2017 - Rock y alma”, que hicieron oscilar a un público poseso al que no se le pasó por la cabeza expresar un estúpido y mal pronunciado ‘pues eso’, “Canal 69” y “Chevy Rockets”.



Una marejada de Blues, rock, funk y country iniciada por los moradores de una zona que aún mantiene el talante de un famoso Kiosco que, no sólo es posible que diera nombre al barrio, sino que influyó en gran medida dentro del talante “rocking” de la zona, “Chevy Rockets”, Eduardo "Vasco" Bariain, voz y guitarra; Martín “Pulpo” Federico, batería; Jorge Blanco, guitarra; Gabriel Gómez, bajo; Oscar Kamienomosky, guitarra; Omar Piñeyro, teclados; (Teclados); y Leandro Rao, armónica. Si bien, esa noche, cumpliendo una promesa de hermandad vitalicia hicieron un combo entre ambas bandas con Toni Larrosa a la batería, Johnny Juliá y Oscar García-Bragado intercambiándose a la guitarra de “Canal 69” y “Vasco”, al micro, Gabriel, al bajo y Oscar a la guitarra de “Chevy Rockets”, iniciando el repertorio de once temas haciendo un homenaje a Norberto Aníbal Napolitano “Pappo”, precursor del blues argentino y del heavy metal además de ser considerado, por otra leyenda, BB King, como el mejor guitarrista de todos los tiempos, con el tema “Mi Voiture”.



 Un comienzo donde, aquellos que pudieran no conocer a ésta banda, se sorprendieron ante “Vasco” por su desbordante voz grave, poderosa y blusera, cual liberado sureño del Nuevo Mundo norteño. Una voz a la que, en dos temas, “Como bajar” y “Ruta 66” se unió la de José Masegosa, vocal de “Canal 69”, cerrando esa complicidad y fraternidad de ambos grupos, no sin dejar de mostrar esa fuerza de “Chevy Rockets” que les ha llevado a ser una banda seguida por miles de amantes del buen rock, blues, funk y country. Algunos de ellos presentes en la sala disfrutando de cada rasgado y punteo de Oscar a sus seis cuerdas, de cada golpe a los cuatro alambres de Gabriel, respaldados por Johnny y Oscar, bien actuando de rítmica bien de solista, y de las baquetas de Toni, siempre increíbles.



 “Desconfío”, “Vas a pedir”, “A nadie más”, otra de “Pappo”, “Rock and Roll y fiebre”, “Arriesgar” y “Camino de barro” de su último trabajo, “Camino de Barro”. Coreadas por buena parte del público aunque, la mayoría, embobado ante esas melodías con denominación de origen del sur del Norteño Nuevo Mundo, pero con esa pátina tan particular y personal de “Chevy Rockets” cantadas por la inconfundible y embelesadora voz de “Vasco” que, tras, “Tengo lo tuyo”, se lanzó a la castellanizada “Blue Suede Shoes” de Carl Perkins como último tema, consiguiendo que nadie echara de menos al Rey del Rock que la popularizó. Un final de inicio de concierto donde, si bien es cierto que, estando suplidos a la perfección, se echó de menos al resto de componentes de la banda, “Chevy Rockets”. “Canal 69” ascendió al escenario e hizo una puesta a punto con gran celeridad debido a que los únicos que no habían tenido tiempo de ultimar sus instrumentos por no haber participado con anterioridad, fueron Raúl Navarro, bajo, sustituyendo a Edu Martínez y Andy Padel al teclado. 





José, emocionado en todo momento, volvió a agradecer al público su presencia y a “Chevy Rockets” no sólo por haber compartido banda y escenario, sino por la imperecedera amistad iniciada, casi casualmente, en su país brindándoles extender su gira “Entre amigos no hay error” por aquellas tierras con un final apoteósico, en el que ya compartieron escenario, y al cumplimiento de la promesa que estaban llevando a cabo de participar con ellos frente a su público más leal. Ese que casi llenaba la sala y que, allí donde vaya “Canal 69”, siempre se encuentra frente al escenario para corear cada uno de sus temas, esa noche concretamente once, que iniciaron pletóricos, con el primer ejemplo de su personal estilo combinado de soul, rock and roll, country, pop y blues, con “Gallo de pelea”. 





Arrancando una marejada que llevaría al respetable a ese estado poseso tan anhelado donde, además, siente como tocan su fibra más delicada. “Flash”, “Déjame decirte”, “Geishas en Madrid”, “Diario de abordo” y “Sabrás quién soy” reconvirtieron la sala en un transatlántico vapuleado por el oleaje donde sus pasajeros, lejos de sentirse aterrorizados, se movían arrítmicos y contumaces. “Juntos a la par” cantada a dúo con “Vasco”, volvió a llevar durante unos instantes a ese estado emotivo y emocionante donde la afectividad se halla a flor de piel, para lanzarse a mover aún más el oleaje tras una brutal demostración de Oscar con la guitarra, con paseo a hombros de José sin dejar de rasgar las seis cuerdas y un final frenético antes de lanzarse a los bises. “Sueños de portal”, “Que no llegue la sangre al río” y “No volverte a ver” poniendo punto final a su desbandada de riffs, baquetazos a veces casi de metal y letras cargadas de cotidianidad emotiva, es decir, la calidad rockera capaz de aunar, que no hipnotizar, al público y llevarlo a ese envidiable estado de posesión, “Canal 69”. En una noche donde las brisas fueron cargadas de enternecimiento y exaltación de la amistad en un “Rocking” provocado por el acercamiento de bien distanciadas orillas con invitados eufóricamente arrastrados al influjo “maldito” de ese irremediable movimiento corporal provocado por el auténtico y letal “Rock and Roll” de “Canal 69” y “Chevy Rockets”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez

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