jueves, 23 de noviembre de 2017

Simples Individuos + Pyrus - Sala Monasterio

Simples Individuos + Pyrus
Sala Monasterio - Bcn


Todo el mundo conoce la incompatibilidad del agua y el aceite, por mucho que se intenten mezclar, tras unos segundos de aparente comunidad, el aceite comienza a buscarse y crea, inicialmente, un atrayente paisaje de pequeñas y grandes gotas flotando en la transparente agua. No hay duda que es una visión, cuando menos, hipnótica eso sin añadir cuatro puntos de luz que convierten la momentánea visión en un cuadro abstracto de sublimidad hasta que, finalmente, no la densidad sino la bendita incompatibilidad deja finalmente otra atractiva imagen donde, aparentemente, yendo en contra de la lógica el elemento más pesado reposa bien delimitado sobre el más liviano. Una percepción similar, a priori, se pudo vivir el pasado día veintitrés de noviembre de la mano del Sello discográfico y consulting para bandas “Promociona tu grupo” y Maite Cardó Productions en uno de los pocos locales de música en directo capaz de encontrar la compatibilidad en lo incompatible, “Sala Monasterio”, con “Simples Individuos” y “Pyrus”.
Los primeros de raíces rioplatenses, los segundos teutones, los primeros rock alternativo con autoría, los segundos histriónico Glam versionando a los grandes. Aceite y agua que, mientras se encontraron mezclados, consiguieron dar ese espectáculo y disfrute musical creando un cuadro tremendamente atrayente para el público que allí se congregó. Una mezcolanza iniciada por los bávaros “Pyrus”.



 Roxxi 'da Cat' Diamond, guitarra solista; M. Hoe Thunder, bajo y en ocasiones guitarra rítmica y voz; Mosi Hollywood, voz, guitarra rítmica y, en ocasiones, bajo; Kenny 'Rumble' Lessmann, batería. Iniciaron su particular puesta en escena de largas melenas y coloridos ropajes jugando hasta el límite entre el Glam y el artificio casi adolescente de fiesta de fin de curso, un repertorio de doce temas tras una “Intro” donde mostraron su calidad instrumental. Enlazando con la primera versión “If you want blood” de “AC/DC” para seguir con “Boys of summer” de “The Ataris” y “Paranoid” de “Black Sabbath”, antes de intercambiar posiciones en los temas “Paradise City” de “Guns N’ Roses” y “Living on a prayer” de “Bon Jovi” entre Mosi y M. Hoe, para volver a sus posiciones y continuar “Wanted Dead Or Alive” de “Bon Jovi”, “Community Property” de “Steel Panther”, “Runaway” de “Bon Jovi”, “You could be mine” de “Guns N’ Roses”, “Jump” de “Van Halen”, “The Final Countdown” de “Europe” y como broche final, “Kickstart my Heart” de “Mötley Crüe”.



 Agua cristalina donde la apuesta segura con los temas hizo que el público vibrara, además, con la espectacularidad confusa de “Roxxi” rasgando y punteando las seis cuerdas, a cada tema con menos ropa moviendo su impoluta y perfecta cabellera rubia, casi amarilla, sobre unos tatuajes con mucho amor propio y volátiles pero sin dejar de mostrar una calidad respalda por infinidad de tablas. Con Mosi, disfrutando cual pubescente siendo ovacionado por la emulación sin parangón de sus ídolos, con el entregadísimo M. Hoe, viviendo cada uno de los golpes a las gruesas cuerdas de su bajo y, desde luego, con el continuo sentimiento de haberse convertido en uno de aquellos idolatrados bajistas que marcaron época. Y con Rumble, menos caracterizado manteniendo una cadencia perfecta oculto tras la batería y el glamour de sus compañeros, “Pyrus”, todos ellos como el traslúcido elemento aparentemente incompatible con el óleo haciendo gala de la fastuosidad que precede al espectáculo con denominación de origen, “Simples Individuos”.



 Fernando Codesal, voz; Juanje Masa, guitarra; Suby Braks, bajo; y Jon Love, batería; ascendieron casi taimados, no por un posible pavor al entablado, sino por la figurada estampa de sobriedad comparada con la de sus predecesores, si bien, consciente de su bien distinta labor y afianzados por un público conocedor de su música, iniciaron con “Amanecer”, el primero de los ocho temas que ocupa el repertorio de esa noche. “Despertar”, “El tiempo”, “Nacer en un lugar mejor” y “La traición del juego” recalcando al respetable un mensaje conocido, vivido y envuelto en esas composiciones que les llevan a moverse con desenfado y fervor. Aunándose en esa denuncia, quizá velada, de malditas y vívidas excusas injustificables del autoengaño de la sinrazón parapetada tras una razón infundada. Y, qué mejor voz delatora que la de Fernando, cual trovador medieval escudado por las seis cuerdas de Juanje, como si la velocidad de sus dedos no fuese con él ni con su reciente segunda paternidad, inmutable lanza esos feroces rasgados contundentes y punteos imprescindibles, atento a una base rítmica que comienza y acaba con Suby y con Jon, dos bien dispares elementos rítmicos, Suby, sonriente y despavorida de férrea delicadeza golpeando las cuatro cuerdas de su bajo, Jon, un animal de inflexible consistencia aparentemente desbocada.



 Capaces, todos ellos, de tocar su eterno homenaje a ‘Golpes bajos’, con el tema “No mires a los ojos de la gente”, brindado a Maite Cardó y a Barbi Resio, vocal del grupo “Machine Gun”, acompañada por Tamara y Nuria, batería y bajo respectivamente, que ascendió a compartir el tema siguiente, y lanzarse ipso facto a esa locura de tema que es “Por venir”. Para acabar con “Trascender” transportando al respetable a ese mundo sin patria pero con origen palpable que, cual aceite en agua, crea sólidas burbujas que paulatinamente se unen hasta crear ese manto final reposando bien delimitado sobre la liviandad de la realidad, “Simples Individuos”. Pusieron fin a una noche de grandes contrastes, tanto musicales como espectaculares, cuya inicial imagen de amalgama acabó con una estampa bien circunscrita y rabiosamente representativa de la buena música, “Simples Individuos” y “Pyrus”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alferez

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