viernes, 22 de abril de 2016

Disaster Jacks + Ravales + Zerschellt - Monasterio

Disaster Jacks + Ravales + Zerschellt
Sala Monasterio - Bcn


Soldados del asfalto cuyo sonido no es el de las botas marcando el paso, sino el de ruedas de polietileno o silicona surcando aceras, alquitrán, bancos y barandillas. El pasado veintidós de abril se dirigieron en escuadrón, sin necesidad de cuadrar filas, al terreno cercano al habitual de su antecesora marítima, el Port Olímpic. Tablas con bien diferenciados motivos plasmados en la parte inferior, surcando unas olas creadas por el hombre, camino de “Skaterock Party” en la Sala Monasterio. Donde, sin soltar sus monturas, disfrutar de una noche de punk y Skatepunk con “Disaster Jacks”, “Ravales y “Zerschellt”. Y, aunque éstos últimos, “Zerschellt”, Burgi, voz y bajo; Andreu, guitarra; y Tomeu, batería; llamen a la ruptura, se preocupan de poner a salvo sus tablas y se dejan llevar por esa llamada a la fractura social. 





Al son de “I’m a time Bomb”, “Let’s Sleep over tonight”, “Wild One” , “City lights” o“I want to shoot my Neighbour down”, cantados con ese acento tan particular de Burni, acompasado con su bajo mientras, Andreu, rasga las seis cuerdas y, Tomeu, descalzo, marca el ritmo con el pedal y sus baquetas hasta llegar a “The killer in the mirror” con el que pondrán punto final a su corta pero intensa actuación. Dando paso al punk más callejero de “Ravales”.



Maxi Santapa, voz y bajo; Eddie Aufray , guitarra; y Mauricio Schneider, batería; “old school” usuarios de grandes y anchas de tablas ascendieron al escenario comenzando con “Touch my baby” y, desde luego, afortunadamente, mucho “Baby” había entre un público que se lanzó a bailar cada una de sus canciones como si hubieran dado un salto en el tiempo. Porque, “Tienes que estar ahí”, “Never see the sun”, “Mi juventud”, “Antihero” “Rock en la radio” o “Víctimas”, llevó a ese respetable y a la misma sala, a uno de aquellos “pub” de los ochenta donde la gente se entregaba a la música. 





Con calidad, desde luego, porque ese punk callejero, de las adoquinadas y húmedas calle que dan nombre al grupo, es de alta estofa y ralea. Mensajes claros y directos acompañados por la rabia de las baquetas de Mauricio, el rasgado a las seis cuerdas de Eddie, teletransportando a un entablado compartido con “Los Ramones” y, desde luego, ese voz desesperada de Maxi, un grito calibrado y exigente, apoyado en las cuatro cuerdas del bajo, capaz de hacer mover al más intransigente e inmovilista, al son, por ejemplo, de ese “Havana Home” con el que invitaron al público a ascender al escenario. Y, a punto, estuvieron de destrozar con su furia rítmica hasta el último rincón del local, si bien, no fue así y, tras los efusivos agradecimientos de “Ravales”, el entablado que quedó en pie, como en tantas otras ocasiones, dió paso a “Disasters Jacks”. 



Angie Gudari, voz y guitarra; Mari Gudi, batería; David Vegas, bajo; comenzaron subidos a sus tablas con “13” lanzados en un grind hacia “Fuck Those”, “3stillers”, “Cheese and wine” y el tema que les describe “Disaster Jacks”. Si bien, pueden ser cualquier cosa menos un desastre, su ritmo punk hardcore es una locura que lleva a quien les escucha a lanzarse a alocados pogos intentando seguir la pauta de esa batería, Mari, cuyas baquetas no sólo vuelan, sino que asemejan ser omnipresentes en bombos y platillos, cual si en lugar de dos manos tuviera cuatro o seis. 



Como la media docena de cuerdas de Angie, rasgadas con la misma fuerza de su voz, impetuosa y concisa haciéndose escuchar incluso sin micro. Mientras David, con las cuatro cuerdas de su bajo, sin perder el ritmo, se pierde en los tonos graves de su instrumento cual si estuviera poseído por éste. 





Un trío que, además, presentó su nuevo trabajo brazo, “Acid Drop”, y que con el tema que da nombre al álbum fué con el que cerraron el concierto, acabaron de dejar exhausto a un público, a unos soldados del asfalto, obligados a marchar de la Sala Monasterio sin el sonido de las ruedas de polietileno o silicona anunciando su paso, con las tablas bajo el brazo, sin posibilidad de realizar flips u ollies camino de su casa. Pero aún con los frenéticos ritmos en la cabeza de una noche de puro Skatepunk con “Zerschellt”, “Ravales y “Disaster Jacks”. 

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

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