jueves, 7 de abril de 2016

Fundación Tony Manero - Sala Apolo

Fundación Tony Manero
Sala Apolo - Bcn


Lu-fuki es un término de la lengua kikongo que, al margen de su significado, era utilizado para definir y valorar la integridad de una persona capaz de trabajar para conseguir sus objetivos. También dicen que es uno de los posibles orígenes de la palabra que da nombre a una música que, no sólo, volvió febril las noches de los sábados. Sino que provocó el uso de hombreras, polyester, cuellos de camisa enormes, pantalones de campana, zapatos de plataforma, es decir, desde el punto de vista actual, una moda algo macarra centrada en aquellas mágicas pistas de baile. 


Y, desde luego, un estilo musical que, veinte años atrás, a un grupo de jóvenes barceloneses encandiló de tal manera que, el pasado día siete de abril en un escenario perfecto para sus seguidores, como es la Sala Apolo, conmemoraron su vigésimo aniversario. Dos décadas siendo catalogados como “Lu-fuki”, con toda la razón del mundo, haciendo honor a aquella música. Como casi toda, convertida en un movimiento social que, quizá con ironía, les llevó a crear una corporación bautizada con el nombre más emblemático de esa corriente musical, “Fundación Tony Manero”. Miguelito Superstar y Paquito Sex Machine, voz; Deliciosa Smith, bajo y coro; Ginés Brown, saxo tenor, flauta; Mr. Paco Manzanares, teclados; Marc Beaniges, batería; Tom Johnson, trombón; Marçal Muños, trompeta; y Lalo López, guitarra y coros; poco más que asaltaron el escenario con su impoluto y, cómo expuso Paquito Sex Machine “hortera”, vestuario de un blanco nuclear que a su público, el cual llenaba por completo la sala, encandilaba aún más para lanzarse a “mover el esqueleto”.


Miguelito y Sex machine, amos del micrófono, no cejaban en sus saltos y movimientos concupiscentes, al más puro estilo Tony Manero al son de unos metales arrolladores y una guitarra, la de Lalo, que sin un desafío provocado, vió como Paco, parapetado tras el Keytar, el casi defenestrado teclado que se toca colgado cual guitarra, se marcaba un par de solos al más puro estilo Jimi Hendrix. Con invitados de honor, como Luismi y Xeriff de “Dr. Calipso”, Koko-Jean Davis, de “The Excitements”, Cristina Brugada de “La Golden Beat”; Asier Suberbiola, Felipe Escalada, Martín Meléndez  y Pere Nolasc Turu, la “Aupa Quartet” al completo; y, por supuesto, un eterno “Fundación Tony Manero” el percusionista Ernest Martínez Masanet.


Una noche de juego de luces, “dancing” mucho “dancing”, capaz de dejar a Miguelito sin chaqueta y a Sex Machine, como Lalo, con los desabrigados brazos sobresaliendo de unos chalecos evidentemente níveos. En un “veinte años no son nada” en dos cortísimas dos horas de puro espectáculo en manos de esos indiscutibles Lu-fuki del Funky que, a buen seguro, aún estarán dentro de otras dos décadas con su particular fiebre del sábado noche, “Fundación Tony Manero”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Ferrán Siuró

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