Webb Wilder & The Beatnecks
Sala Les Enfants - Bcn
El pasado día catorce de abril pareció escucharse en un continuo eco en los alrededores del número tres de la calle Guardia de la ciudad condal, el sonido de las ruedas con paletas moviendo el agua para empujar aquellos grandes buques, repletos de ufanos caucásicos, surcando “el padre de las aguas” bajo la atenta mirada de los recién liberados esclavos. Un paréntesis temporal que va más allá de aquel año sesenta y tres en que abría las puertas Les Enfants, entonces a base de “jukebox” y, en la actualidad con bandas en directo como la que ocupó su escenario el pasado jueves. A buen seguro, responsable de ese inesperado eco de la navegación de su casi Mississippi natal, “Webb Wilder & The Beatnecks”. Webb Wilder, voz y guitarra; Tom Comet, bajo y coros; y Greg Baba, batería; presentando su último trabajo “Mississippi Moderne” al más puro estilo sureño, casi con la ramita en la boca bajo el sombrero de ala de Webb o la gorra de Tom.
Ascendieron al escenario ceremonialmente como si se encontrasen bajo su amada bandera confederada e iniciaron los veinte temas de blues, rock and roll y hillibilly sin mandolina ni violín pero envueltos por la irreal humedad del enorme pluvial del que proceden. Hicieron las delicias del público transportándoles a polvorientas calles donde escuchar a través del programa de las ondas, “Grand Ole Opry”, la cambiante voz de Webb. Con ese toque irónico de sus letras mostrando el añejo carácter de su tierra con la indudable calidad de quien lleva treinta años en la carretera. Como demostró aún imposibilitado a su acostumbrada comunicación con su público, siempre en tono sarcástico, sobrellevando esa barrera con pequeños comentarios certeros y, aún con su acento característico, medianamente comprensibles.
Cerca de dos horas de buena música de la mano de uno de los grandes del Roots Rock, Rock’n’Roll, Boogie Rock y Rockabilly Blues situado en el Salón de la Fama de Mississippi junto a “El Rey” o Sam Cooke, entre otros que ha visitado por primera vez ésta tierra de la que partió Colón. Precedido por ese halo de aquel distante universo que tanto amó Mark Twain y que su público, el de Webb, pudo saborear a través de sus notas mientras en el exterior de “Les Enfants” era posible escuchar el eco de las ruedas con paletas moviendo el agua para empujar aquellos grandes buques en los que, a buen seguro, habrán navegado “Webb Wilder & The Beatnecks”.
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez
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