Commando 9 mm + The Proxenets + Dirty Diablos
Sala Beggod - Bcn
El pasado viernes dieciocho de marzo, la ciudad Condal se encomendó al color, no a al de las monótonas luces de la Torre Agbar, sino al de las crestas mohicanas de los asistentes a la Sala BeGood. Comandada esa noche por tres formaciones punks, dos incipientes y una tercera casi custodia del movimiento en el territorio peninsular, “Dirty Diablos”, “The Proxenets” y “Commando 9 mm.” Los primeros, Razor y Javi Karnal, guitarras; Alberto Karnal, bajo; Lukas, batería y Miki, voz; “Dirty Diablos” asumieron la encomienda con su Punk Rock provocador frente a una sala repleta.
Foto archivo (Monasterio 22.01.2016)
Foto archivo (Monasterio 22.01.2016)
Blandiendo la cresta rojo fuego, Miki, comenzó a verter las estrofas de sus canciones alentando al resto de mohicanos a convertirse en un Dirty Diablo, a disfrutar de la burla de la creación siendo feo, sucio y diablo, no sólo para esa ocasión. Mientras las batacas de Lukas más allá de marcar el ritmo imponían su búsqueda de las chicas perdidas, las más buscadas y Razor con Javi, rasgaban el sexteto de alambres creando palabras con su sonido donde casi era posible entender que el amor y el odio son el cóctel de hoy. Apoyados por Alberto, golpeando las cuatro cuerdas cual tridente afilado incidiendo con su grave compás en ese olor a azufre que ha tomado el local. Donde no hay buenos chicos que lloran, pero sí una ingente cantidad de coloridas crestas moviéndose al macarra ritmo del punk rock y en la diabólica atmósfera de ácido sulfhídrico de “Dirty Diablos”.
A la que debe enfrentarse “The Proxenetes”. Charret, batería; Fuket, voz principal y bajo; Rubén, voz secundaria y guitarra, una vez ascienden al escenario “Fieles al vicio”. A su “Adicción al Rock and Roll” convertido en punk rock de sonido homogéneo capaz de trasformar el infierno carnal en calles del casco antiguo donde cada uno lo lleva como puede y como sabe.
Foto archivo (Puerto Hurraco 27.11.2015)
Foto archivo (Puerto Hurraco 27.11.2015)
Y, saber, Fuket, blandiendo el astil de cuatro cuerdas, sabe jactarse con la gravedad de su voz de ese entorno hostil, donde únicamente cabe la importancia de mujeres y Rock and Roll. Apoyado por la voz y el rasgado de la guitarra de Rubén, cuyos punteos apostatan, cual “La larga sonrisa del muerto”, de aquellos que todo lo saben. Al son de los bombos y platillos encomendados a Charret, cual joven forajido armado con sus voladoras baquetas creando la armonía enriquecida por sus rupturas ensambladoras del trío. En un “¡Qué te jodan!” y un “¡Maldita!” dónde no cabe el “No puedo” y sí el “no lo puedo evitar dejarme arrastrar por la adicción, el Rock and Roll del que ha disfrutado el colorido respetable de largas crestas. Vibrando y coreando sus canciones imbuidos por la infernal atmósfera adoquinada con el punk de “The Proxenets” a la espera de aquellos que pidieron que “Dios salve a los taraos” procedentes del más allá, “Commando 9 mm.”.
Empezaron a toda “Velocidad” porque, igual que es innecesario explicar la razón por la que “Charlie no hace surf”. Aún menos imperioso es explicar quiénes son Manolo UVI, voz y bajo; Pedro Sánchez, guitarra, y Rafa PPm, batería; historia pura del Punk peninsular, desde hace algunos años yendo y viniendo como “El retorno de Álex”.
Con las alegóricas razones expuestas en un “Miénteme” para, entre otras instituciones, a esas que provocan un “Suena Bang” en las calles o en el boulevard de “Jenny, Jenny” aquella que les hizo preguntarse “¿Qué me has dado?” esperando, también metafóricamente, que todo vaya a ir mejor “Mañana”. Aún conscientes que siempre habrá un “Johnny coge el Subfusil” que quiera apagar “1.000.000 de voces” que suenan en su propia oscuridad. No como las que resuenan en la sala, frente a “Commado 9 mm.”, nadie se ha “Desconectado”, acompañando “Canción de Odio” e imitando las reverberaciones y desgarros de la guitarra de Pedro en “Odio en Sudamérica”.
Todos con la misma mala prensa en ésta y aquella ciudad, todos al clamor “Antisocial” porque son otra “Generación Terrorista” y ninguno está “Equivocado” al grito de “No hay futuro” en busca de “Lady Mambo”. Esa que no quiere bailar un tango y mucho menos un pogo, como los que generan al son de esas baquetas poderosas de Rafa, golpeando los bombos marcando “Únete al Commando”, cuyo paso, para nada militar, perfilan las cuatro cuerdas del bajo de Manolo. Cantando a la diversión y al olvido de “cuando no estás tú” en ese “Cuando yo reviente” y no en un coche de “La Policía”, sino de ese “Amor frenopático” que, un día cualquiera, puede provocar ya no sólo una “Parálisis Permanente” sino “Un día en Texas”.
O mejor, una noche de punk con la autenticidad actualizada de aquellos años en los que el germen de una cultura alternativa, se enfrentó a una realidad casposa y oprimente calcada a la actual. Convertida en movimiento y modus vivendi, cimentado por resistentes mohicanos como los que, esa noche se encomendaron en la Sala BeGood, “Dirty Diablos”, The Proxenets” y los que fueron iniciales Manhigan, lobos enfrentados a la manada, que continúan haciéndolo en ésta tierra de falsos corderos, “Commando 9mm.”
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Ferrán Siuró y Manuel Alférez
No hay comentarios:
Publicar un comentario