jueves, 31 de marzo de 2016

The Bellrays - Sala Bikini Bcn

The Bellrays
Sala Bikini Bcn


Un vocalista es un músico que interpreta mediante la voz, un cantante es un vocalista que se expresa mediante el canto y, Lisa Kekaula, es un instrumento único acompañada de Robert Vennum con la magia de su guitarra, “The Bellrays”. Un campanazo que, el pasado treinta y uno de marzo, resonó en la condal Sala Bikini frente a un más que nutrido público. Acompañados por Paul Rodas, al bajo y Maximiliano Resnicosky, a la batería, aparecieron en el escenario con el mono de trabajo. “Black lightning” y “Mine all Mine”, aún con la mágica voz de Lisa, sonaron algo fríos, no en vano iniciaban el “Spanish Tour 2016” presentando su último trabajo “Covers”.



Y aunque las ganas eran más que evidentes, fue con ”Maniac Blues” cuando la voz y los dedos comenzaron a calentarse, iniciando realmente el concierto que todo el mundo estaba esperando. El de la fuerza irreductible de esa voz femenina que bien podría haber pertenecido como amazona a aquel “Reino de Califia" del que hablaba Montalvo, y que dió origen al nombre del estado federado al que pertenecen ella y Bob. Ya con “Dream Police”, “Pinball City” y “Anymore”, el poderío, tanto de la voz como de la guitarra rasgaron la tela del uniforme de trabajo, y apareció el caudal que todos estaban esperando. 



Lanzándose hacia “The Way”, “Power Born”, “Living Lie” y “Everybody get up” como posesos del ritmo, con esa particular forma de entender y mostrar la música. Dejándose llevar por completo con “Infection”, “Coming Down” y “Perfect”, las seis cuerdas de la guitarra parecían ser una sola, capaz de arrancar acordes imposibles, el bajo de Paul volaba, las baquetas de Maximiliano parecían no existir y la pandereta de Lisa, no podía competir con la garganta de ésta.



Preparándose, entre grito y grito de -This is rock show, people!-, para mostrar su propia versión de “Whole lotta love”, “Man Enought”, “Never say die” y acabar con un apoteósico “Highway to hell”. Perdidos irremisiblemente en la cadencia de sus palillos y sus cuerdas, metálicas y vocales, frente a un respetable tan extenuado como ellos reacios a dejar de oír ese rock & soul-punk-blues. Cuya puesta en escena se convierte en un placentero martillazo directo a la percepción capaz de crear una burbuja donde, únicamente, la voz y la música importan, una pompa creada y rota finalmente por “The Bellrays”.

Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Manuel Alférez

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