The Sewer Rats + Els Panic
Sala Monasterio - Bcn
El cenobita, tradicionalmente, pertenece al cenobio y mantiene una vida comunitaria y aislada, donde la rutina jamás se ve rota por otra cosa que una inesperada lluvia torrencial o alguna pérdida de la cosecha. Sin embargo, afortunadamente, existe otro tipo de cenobita mucho más actual cuya vida comunitaria radica en la nocturnidad de un cenobio anclado en el número treinta del Moll de Mestral, en el Port Olímpic de la ciudad condal. Concretamente en la Sala Monasterio, donde, precisamente, la imprevisibilidad es la rutina de sus moradores, los cuales, éste pasado sábado veintiséis de marzo, se vieron sorprendidos por la gira “Punkabilly Attck –Over X-pain”, ofrecida por “Torment Productions” y anclada en la portuaria sala de la mano de “Maite Cardó Productions”. Con dos bandas para nada cenobíticas los alemanes “The sewer rats” y los lleidatans “Els Pánic”, los primeros en subir al escenario con su mezcla de punkabilly, horrorpunk, psychobilly y punkrock.
Xaku, voz y contrabajo; Johnny Infekt, guitarra solista, Von Torment, guitarra semi acústica; y Charlie “The Barber”, batería; con su aspecto Rockabilly y toques punkies, llenaron el escenario, no sólo por la enormidad del contrabajo. Comenzando con el tema que da nombre a su último trabajo, “Electric shock” “Carrer Boig”, “Podría ser el teu gos”, “She’s evil”, “Atómic Punk”, “Pirates”, “Rockabilly happy” hasta llegar al vigésimo tema “Bastards de l’infern” guiados por la profunda y rockera voz de Xaku, en ocasiones a un ritmo frenético, slap tras slap con ese clásico “cacheteado” rockabilly. Declamando letras en catalán que van desde el desamor al terror con Charlie, entremezclando el ritmo base con la rapidez y sonoridad del punk. Von Torment, al clásico sonido de la guitarra acústica salteado por el guitarra eléctrica de Johnny. Haciendo vibrar a un público, lamentablemente escaso, a causa del terror recientemente mostrado en la capital belga, y que mantenía a toda la península más occidental de Euroasia en estado de máxima alerta. Una prevención que, evidentemente, afectó también a la ciudad condal entorpeciendo la libertad de movimiento, si bien, no en el interior de la sala, frente a “Els Pánic”, los cuales provocaron una necesidad que variaba entre la individualidad del pogo y la paridad del rápido rock&roll. Como, una vez descendieron del escenario, provocaron “The Sewer Rats”. Chris Gin, voz y guitarra; Schorni Walker, contrabajo; y Danny Dillinger, batería; lejos de ser corrosivas ratas de alcantarilla o cenobitas de monótonos hábitos, saltaron al entablado botella de “Jack Daniel’s” en mano y comenzaron su frenético punkabilly.
Haciendo un repaso a su discografía con temas como “Wild at heart”, “All my Friends”, “Diana” y “I gotta get drunk” con Schorni descendiendo del escenario para tocar el contrabajo entre el público, mientras Chris, sin dejar de cantar lanzaba las gafas de un único cristal ahumado lejos de sí y, Danny, manejando las baquetas no sufría el despeine de su cresta, como los tupes de sus dos compañeros, a punto de desaparecer por el sudor.
Un delirante concierto de éstos alemanes bregados en distintos escenarios del mundo que se sorprendieron cuando, en China, dijeron que iban a cantar una canción de Elvis Presley y el silencio del desconocimiento fue la única respuesta. Si bien, esa noche, silencio fue lo único que no recibieron, el poco público vibró, coreó y bailó sus temas con el mismo énfasis que ellos pusieron hasta el final de su actuación. En una comunidad, desde luego, nada cenobita aun encontrándose en un cenobio, la Sala Monasterio, porque la monotonía y la falta de variedad no es, precisamente, la política que lo rige, como demostraron los ritmos frenéticos de “Els Pánics” y “The Sewer Rats”.
Texto: Yon Raga Kender
Fotografías: Maite Cardó y Christian Garcia
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